Buendía. Estoy muy
contento porque viene a cenar a casa el psicodramatista argentino Enrique
Stola. Eres feminista, psiquiatra y
psicoterapeuta muy conocido en tu país y también por profesionales
europeos. Muchas gracias Enrique, espero que te encuentres como en tu casa.
Una parte horrible de las
masculinidades más tóxicas (m.tóxicas) son los abusos sexuales a menores. Saliste a la
escena internacional hace unos años (2008) testimoniando como experto, y como
testigo contra el caso del cura Julio Grassi por abusos sexuales a los menores
Gabriel y Ezequiel, menores a los que
atendiste.
¿Cómo
terminó aquel caso?
Stola. No
me resulta fácil hablar de este tema porque lo pasé muy mal durante años. El
caso comenzó a fines del 2002 con una investigación periodística cuyo resultado
se dio a conocer en dos emisiones televisivas que conmocionaron a Argentina
porque Julio César Grassi era el cura más conocido, mediático y poderoso.
Dirigía la fundación “Felices los niños” y fue acusado por tres menores por
abuso sexual y corrupción de menores. Tres instancias judiciales, la primera en
2009 y la última en el 2013 condenaron
por los abusos cometidos sobre “Gabriel”, que era mi paciente.
Buendía.
Vaya, siento remover las heridas. Gracias por la confianza. Tengo entendido
que fuiste amenazado de muerte varias veces, y coincidiendo temporalmente con el
caso entraron en tu casa tres veces y te dieron una paliza terrible. Lo que te
ha pasado parece de película.
Stola. Declaré
como testigo en el 2008 y ahí terminaron las amenazas y la campaña que hicieron
contra mí por internet. Pero quiero aclararte que todos los testigos sufrimos
amenazas, intimidaciones y en mi caso golpes. Sé que cumplí un rol importante
en el sostén de las víctimas y en el desenmascaramiento de cómplices maniobras
judiciales que tendían a beneficiar al imputado cura. Fue la segunda vez que
entraron (2006) que me golpearon y tuve un estrés postraumático que tardé tres
años en resolver, porque el hostigamiento hacia mí continuó hasta el momento en
que declaré en el tribunal de primera instancia.
Buendía. Dentro de la
construcción de la masculinidad juega una importancia especial las emociones y
sentimientos o su ocultación, como hablamos tantas veces. Escucho con emoción lo
que me cuentas y me apetece decirte que me has dado una lección desde que te
conozco. Estamos socializados desde muy pequeños para medirnos
y pelear entre machos, para maltratarnos también los hombres unos a
otros. A veces es difícil plantar cara, por eso admiro tu coraje y valentía. Yo siempre me he
considerado un cobarde dejándome influir por ciertas cosas, aunque hoy por hoy no
sé realmente si es verdad.
Estoy
seguro de que te lo han preguntado muchas veces ¿Enrique tienes o tuviste miedo?
Stola.
Tuve mucho miedo. Voy a explicarte: Tengo 64 años. Desde mis 6 años,
cuando fue derrocado Perón en Argentina, lo político se instaló en mi vida. A
los 8 años yo leía el diario y trataba de entender el lenguaje de la dictadura
del momento. Me crié en un pequeño pueblo de provincia y a los 14 años
participé en la primera manifestación política peronista, opositora a la
dictadura. Fui a la universidad y me comprometí con los grupos revolucionarios
peronistas. La democracia se dio por poco tiempo entre el 1973 y 1976. Luego
fue la feroz represión. Estuve en la resistencia a la última dictadura y
nuevamente la democracia, ya para quedarse, a mis 34 años.
Desde mis 6 años
a los 34 el miedo estuvo presente, pero en dictadura uno genera defensas,
se fortalecen los grupos; la mirada cómplice, la sonrisa y un café compartido
tienen un gusto a resistencia y libertad que permite vivir y sobrevivir si es
que no te pegaron un tiro. Pero cuando estos matones entraron en mi casa, en
plena democracia, el desamparo que sentí fue increíble e infinito.
No podía
confiar en el poder judicial; no había grupos que me protegieran o donde yo
pudiera alimentarme afectivamente y
generar esa vivencia; sentía que el cura tenía un poder terrible y además
contaba con el apoyo de la jerarquía eclesiástica y grupos violentos; debía
continuar con mi trabajo para vivir y sobre todo debía proteger a mi paciente
el que, indudablemente, la pasó mil veces peor que yo. Tuve mucho miedo, la
pasé mal. Dormía muy poco y mal a pesar de tomar hipnóticos, me despertaba con
las imágenes de la agresión y con el rostro del cura.
Buendía.
El tema de los abusos sexuales a menores es un tabú a todos los niveles y en
todos los ámbitos. ¿Son eficaces los tratamientos con esos hombres? ¿Son recuperables? ¿Es posible según tu experiencia el cambio en estos hombres?
Stola.
Hasta ahora no hay evidencia científica de recuperación de los abusadores
sexuales adultos. Es diferente la situación de niños y adolescentes abusadores
en donde la tasa de recuperación sé que es alta. No tengo idea de qué hay que hacer con los
adultos abusadores, es un debate que la sociedad no hace y las respuestas son
parciales y por lo tanto no resuelven nada. En Argentina está preso Von Wernich
por crímenes de Lesa Humanidad y hay otros curas abusadores también detenidos
que no son personajes importantes para la iglesia.
Buendía. Te he escuchado muchas veces
que los hombres que ejercen violencia de género realizan una militancia directa patriarcal cuando abusan
de niñas, o pegan a sus mujeres, de tal forma que también ejercen el poder
contra todas. Los poderosos tienen aliados que se apoyan entre sí, unos
hombres a otros, a veces con mucho dinero. Hay una relación del maltratador
individual con la conexión estructural del poder y el patriarcado.
Enrique,
tal vez te va a extrañar lo que te digo: Te doy las gracias por
contribuir a limpiar mi casa. Habrá
alguna gente a la que le parezca contradictorio y otra mucha no entenderá nada.
Dices palabras muy duras que me duelen y me produce una profunda pena saber
que existe todo esto, pero de lo que estoy más seguro es de que no quiero
taparlo. Te lo digo como un humilde miembro de la Iglesia de a pie. Entiendo
la Iglesia no como una jerarquía de hombres en un Estado Vaticano que no
debiera de existir seguramente, sino como la Asamblea del Pueblo de Dios, y no
lo digo yo sino el propio concilio Vaticano II. La Iglesia a la que amo
profundamente, el pueblo de los hijos e hijas de Dios, seguidores de un hombre
que mataron por hablar, dicho sea de paso. Las personas honestas de todos los lados se alegran o
se tienen que alegrar cuando hay justicia,
caiga quien caiga.
Sigue Buendía. Mira
Enrique, tengo un regalo para ti. Te voy a leer una cita muy interesante de
Comte que he reservado para la ocasión:
¿Retorno de la espiritualidad?
Si fuera así tendríamos que felicitarnos. ¿Retorno de la fe? Tampoco sería un
problema. Pero lo que regresa es el dogmatismo, en muchas ocasiones acompañado
por el oscurantismo, el integrismo y, a veces, el fanatismo. Sería una
equivocación que les regaláramos el terreno. El combate de la Ilustración sigue
vivo, pocas veces ha sido tan urgente, y se trata de un combate por la
libertad. ¿Un combate contra la religión? Sería equivocarse de adversario. Más bien a favor de la tolerancia, el laicismo y la libertad de
creencia o de incredulidad. El alma no pertenece a nadie. Tampoco la
LIBERTAD. (A.Comte-Sponville, El
alma del ateísmo. Introducción a una
espiritualidad sin dios).
Stola. ¡Gracias! ¡No
conocía esta cita! Jacques Rancière, filósofo francés, rescata a la literatura
como un instrumento político, es decir, de acción transformadora en lo social
no sometida al poder dominante. Esta cita trae a mi mente los recuerdos de
momentos de vivencia intensa de libertad cuando lo leído derrumbó mis esquemas
de comprensión de la realidad para pasar a estructurar otros, que espero también
caigan.
Buendía.
Bromeando con los estereotipos
en Argentina, tenemos terapeutas, fútbol, y la Iglesia. Cuento hoy en mi casa
con Enrique Stola, además en Barcelona disfrutamos a Messi, y ahora por si
fuera poco hay un papa Argentino. ¿Qué más
podemos pedir? ¿Qué va a ser de nosotros?
Pero antes de que me
respondas, tengo que confesarte que yo siento cariño especial por los tres
hombres. ¿Esto es un chantaje sicológico?
Stola. Te cuento que en la
década del 70 tuve fuerte relación con curas y monjas tercermundistas. Con
respecto al caso Grassi, tengo palabras y sentimiento de agradecimiento hacia
la monja hermana Pelloni, una gran luchadora contra la trata de personas y la
explotación sexual y hacia el cura Eduardo de la Serna y el grupo que lidera,
de fuerte compromiso ético y social. Entiendo tus expectativas con respecto a
Francisco y creo que son las expectativas de las personas de bien identificadas
con el ideal cristiano, pero permíteme poner cierta distancia e ir observando
paso a paso qué cosas buenas y concretas pueden ir ocurriendo para el conjunto
de la población, no solo para el crecimiento del catolicismo o el prestigio
Vaticano.
Buendía.
Agradezco mucho tu testimonio y tu reconocimiento. Muchas personas en el
mundo, hombres y mujeres de buena voluntad escuchamos ciertamente con esperanza
las homilías y las cartas del Papa Francisco que apuntan nuevos aires.
Una
curiosidad menor ¿Qué significa eso que he escuchado decir varias veces de que
el Peronismo ha entrado en el Vaticano?
Stola:
Es cierto que Bergoglio ha tenido sus contactos dentro del peronismo,
especialmente cuando joven, pero ahora esa expresión “Papa peronista” es desde
mi perspectiva oportunismo político. Estoy muy alejado de este señor, no puedo
disculpar que en Argentina nunca haya recibido a víctimas de abuso sexual
perpetrado por curas. ¡Nunca una palabra de aliento a las víctimas!. Recuerdo
que un día viernes por la tarde (28.11.2003) encontré a “Gabriel” shockeado en
la puerta de su edificio. En la madrugada habían entrado en su humilde estudio
(donde vivía transitoriamente) y, además de destrozar el poco mobiliario, lo
habían agredido brutalmente para que retirara su denuncia contra el cura. Lo
llevé a una guardia hospitalaria y luego a mi casa a quedarse algunos días
hasta ver donde podíamos alojarlo. Él y yo estuvimos hablando todo ese fin de
semana y angustiados. No sabía como protegerlo.
Se me ocurrió la idea de
conectarme con dos monseñores, Bergoglio (presidente de la Conferencia
Episcopal) y Laguna, de Morón, Prov. De Buenos Aires, que es donde estaba la
fundación. Las dos entrevistas fueron solicitadas (30.11.2003) con objetivos
diferentes: con monseñor Laguna con el fin de detener la violencia contra las
víctimas e iríamos el abogado Juan Pablo Gallego y yo. Con Bergoglio solicité
la entrevista para “Gabriel” porque mi paciente había sido creyente en Dios y
la contención afectiva por parte de monseñor Bergoglio (institucionalmente más
poderoso que Grassi) podía tener un efecto espiritual sumamente reparador. El
día lunes reiteré el pedido y ante el silencio de ambos, el día martes cuando
salí por los medios radiales informé de mis pedidos y dije que “ si no tengo
respuesta en las próximas horas voy a ir a patear las puertas de la Nunciatura
Apontólica, y ellos (Bergoglio y Laguna) saben que lo voy a hacer”. A la hora
me respondió Laguna y nos encontramos por la tarde. Bergoglio jamás respondió y
entonces a los 20 días le envié un fax diciéndole que retiraba, ante su
insensibilidad y mala educación el pedido de entrevista. Así fue.
Buendía.
¿Cuál es el comportamiento del sistema judicial en Argentina? ¿Hay división de
poderes?
Stola. ¡Qué pregunta…! Como en todo
sistema capitalista y patriarcal los poderes económicos y religiosos tienen sus
canales de presión. Formalmente hay división de poderes y muchísimas veces eso
es claro. Existe un Supremo independiente y hacia abajo funcionarios judiciales
que trabajan bien. Pero esos no son problema. El problema son aquellos y
aquellas que deciden sobre la vida de las personas en función de sus creencias
religiosas y no de lo que dicen la Constitución y las leyes. También se da en
el Poder Legislativo, representantes que en vez de defender los intereses de la
ciudadanía defienden intereses corporativos, económicos o religiosos. Mi
experiencia desde setiembre del 2002 hasta que tuve que declarar en el 2008 y
el último fallo de la Corte provincial en el 2013 fue ¡muy mala!, tanto que
cuando declaré dije que yo había incorporado un prejuicio que era (y es) “todo
funcionario judicial es sospechoso hasta que demuestre lo contrario” Las
presiones político- religiosas, especialmente estas últimas, fueron muy
fuertes. Cuando Bergoglio asumió como Francisco ya estaba en plena acción la
presión sobre la Corte provincial con cinco tomos de una “investigación privada”,
como dijo Grassi, que la Conferencia Episcopal presidida por Bergoglio encargó
a un abogado profesor Marcelo Sancinetti en donde nos atacan a quienes
trabajamos con las víctimas y exculpan al condenado cura. Se publicaron 200
ejemplares de cada tomo. (Aquí se abren otros caminos y contactos de la iglesia
con un mafioso como Yabran, empresario que se suicidó en Argentina, pero te lo
cuento en otra visita). Los libros se llaman “Estudios sobre el caso Grassi”,
la primera parte se publicó en el 2010, la segunda en el 2011 y es una “edición
privada, limitada a los comitentes: la Conferencia Episcopal Argentina”. Las
otras entre 2012 y 2013. Grassi hizo referencia a los mismos el día en que se
ordenó su detención y también hablaron de esos libros algunos obispos. Bergoglio
conoce muy bien el caso y Grassi siempre dijo que la iglesia no “le soltó la mano”. Creo que la condena de
este cura sorprendió a la iglesia tanto como a mí. Nunca pensé que lo
condenarían a este poderoso cura. Las presiones para liberarlo siguen, varios obispos
han dicho públicamente que Grassi es inocente.
Buendía. ¿Por qué cuesta tanto sacar buenas leyes contra la violencia de género o
contra los abusos sexuales a niñas, niños y adolescentes?
Stola.
El patriarcado tiene sexo, es masculino. El machismo no tiene sexo,
atraviesa todos los cerebros, hombres, mujeres y otras identidades. En los
poderes el colectivo hegemónico es el machista. Los hombres establecen alianza
sin necesidad de decir nada y las mujeres machistas acompañan o sostienen
activamente el “superior interés masculino”. Entonces solo la presión de las
organizaciones de defensa de los derechos humanos de las mujeres, niños y niñas
puede lograr, siempre con arduo trabajo, conseguir esas leyes. Cuando los hombres
machistas necesitan una ley, ejemplo en mi país el “impedimento de contacto” la
logran rápidamente.
Buendía. Tienes una
actividad mediática muy intensa, tanto la prensa, las teles, radio…. ¿Has buscado ser un psiquiatra tan mediático, o ha sido a
tu pesar?
Stola.
Sé que puedo expresar en pocas palabras un concepto y siempre me juego
por lo que creo que es correcto. Eso es valorado por parte de la prensa oral y
escrita y se comunican conmigo. También me han invitado a programas y a los dos
minutos estaba fuera, cuando denuncié intereses que tenían que ver con la
emisora que me había invitado. Rescato algo de mi y es un sostenido esfuerzo
por ser coherente, sostener en la cotidianeidad lo que afirmo en mis palabras.
Quienes no me quieren saben que soy frontal y no me someto a ningún poder,
saben a quién tienen enfrente. Hay veces en que me resulta muy placentero
participar de programas y en otras es muy trabajoso y movilizador, quedo
agotado.
Buendía. A quienes
trabajamos con la educación y la prevención nos cuesta mucho hacernos valer.
Sin embargo hay demasiados sectores que se benefician económicamente del río
revuelto. Parece que no tengan mucho interés en erradicar las causas, y
parece que se limitan a ponen parches a los efectos más urgentes. ¿Opinas lo mismo?
Stola.
Los poderes pueden reaccionar ante la visibilización de la violencia de
género extrema pero lo que no van a hacer, porque eso va en contra de su
estructura de poder, es dar los fondos y los instrumentos para ir
desarticulando la violencia simbólica, esa violencia que no se reconoce como
tal, como dice Bourdieu, y que es el contexto de la violencia extrema. No tengo
en esto esperanza ni desesperanza. Soy militante feminista, trato de ser
coherente, denuncio cada pequeño acto cotidiano en donde detecto esa violencia
y me niego a participar de rituales que deben ser leídos en términos de
dominación, como por ejemplo un casamiento (me parecen un acto espantoso) y
aquellas ceremonias en donde a niños y niñas se les impone una creencia
religiosa o la marca corporal de la tribu (son otros actos espantosos).
Buendía. Entiendo todo lo que has dicho. son tus palabras y yo las respeto.
Enrique, en la misma línea que dije antes, estamos en la misma trinchera. Somos diferentes, de eso tampoco cabe ninguna duda, compañeros de la misma
trinchera contra el patriarcado y la hipocresía, o la corrupción. Y a su vez
creemos en el diálogo y en la diversidad como es evidente. El encuentro es
múltiple.
Stola. ¡Si! Me alegró encontrarte y
que me encontraras ¡Cosas buenas que
suceden en las redes sociales! Estos puntos de lucha nos hermanan. Luego cada
uno lleva su propia mochila y proyecta su propia sombra y le da a la vida el
sentido que cree más conveniente. Y lo hermoso, lo estético y ético es que
ninguno quiere imponer ese sentido al otro. Eso quisiera de las religiones: que
renunciaran a ejercer el poder político dominante o a
usar al Estado para imponer sus normativas y creencias. Y pensando en vos, Manuel (voy a seguir
hablando en argentino, “voseando”) me parece… ¡excelente la tarea que estás
llevando adelante! Realmente admiro a las personas que como vos, afectivamente
unidas por vivencias e ideales de amor y justicia, trabajan cotidianamente por
quitar de las instituciones lo autoritario, los privilegios, la dominación y
todo lo puedo sintetizar en lo patriarcal. Quienes tenemos experiencia
institucional sabemos muy bien que esa lucha no es nada fácil, el poder de
algunos…, la indolencia e indiferencia de otros...
Buendía.
Muchas gracias por tus palabras. Es la verdad la que nos hará libres. Creo en el cambio en los hombres. En este caso podríamos decir "espero una conversión empezando por mí". Voy a
seguir necesitándote para limpiar la casa de farsantes. Se hace mucho daño en
nombre de Dios. A menudo hablo con hombres que dicen ser católicos
tradicionales. Les pregunto por qué, y en resumidas cuentas explican que dan
limosnas, o arreglan las obras de la parroquia, asisten a los oficios, se
aseguran un colegio caro donde no enseñen a sus hijos e hijas sexualidad, ni
ciudadanía, o que sus madresposas renuncien a su carrera profesional para quedarse en casa y ser sumisas.
Y yo les digo que todo eso es patriarcado y capitalismo, solo eso. En otra ocasión hablamos de las mujeres en la Iglesia. Son el setenta por ciento de los practicantes del hecho religioso y sin embargo se hacen cargo de la mayoría del trabajo de las bases. Su empoderamiento ayudaría a la prevención del tema que hoy nos ocupa.
Stola. Manuel, ¡brindemos porque
desde diferentes espacios, perspectivas y creencias se fortalezcan los vínculos
y el espacio democrático, la solidaridad y el trabajo por el bien común!
Buendía. Eso, brindemos, y cenemos. Y mientras cenamos
permíteme que te ponga música inspirado en una de las más grandes, Santa Teresa, que supo resistirse a
cualquier contrarreforma...