¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



sábado, 30 de septiembre de 2017

Las cárceles y perspectiva de género

De nuevo presento un relato de ficción sobre un tema esencial de este blog de masculinidades.

Es un tema bio-sico-sociocultural muy real, como la vida misma. Cualquiera que se acerque a las cadenas de televisión matinales con mirada de género se dará cuenta fácilmente de algo curioso: a lo largo de toda la mañana van presentando una batería, colección, sarta, de hombres malos , violadores, estafadores, miembros de mafias, corruptos, asesinos de género, abusadores, ... los programas son presentados por mujeres y va todo dirigido a un público mayoritariamente femenino. Así todos los días. Esto es lo que consumen consciente o inconscientemente de una manera machacona. (Empieza la ficción). 


¿Hasta dónde podemos rebajar la edad para exigir responsabilidades penales de un delincuente?

Una joven de quince años, llamada Adela, debatió en su clase sobre la delincuencia juvenil y el respeto a las leyes.

-¿Con meterles en la cárcel solucionamos el problema? ¿Qué les ocurre a los chicos de mi edad?- preguntó en alto.

En clase de ética habían debatido sobre los límites de edad para meter a un joven en la cárcel. Habían leído que en Argentina quieren rebajar la edad penal de 16 a 14 años, para igualarla a muchos otros países de Europa. Sucedió un caso de asesinato de un joven de 14 años cometido por otro "motochorro" de 16 años. Llaman así al típico matón que roba desde una moto. Usan a su edad todo tipo de armas, incluidas las de fuego. En esa ocasión se les fue de las manos y saltó a los medios de comunicación.

Se enteraron en clase de que la edad penal varía de unas naciones a otras. Mientras que en Bélgica o Luxemburgo la edad penal no comienza hasta los 18 años, en la mayoría de Europa, incluida España, es a los 14, y en Inglaterra es a los 10 años.

Parece increíble que en los EEUU, según los Estados, el límite se encuentra entre los 7 y los 10 años.

En Suiza es el ejemplo más llamativo de Europa con los 7 años.

-¿Como puede ser?- se repetía con las manos en la cabeza. Ella tiene un hermano de esa edad y no se puede imaginar qué tipo de delitos podría cometer su hermano para que le metieran en la cárcel.

Sin embargo, lo que le llamó más la atención a Adela, y parece que no fue la única, es que de los casi veinte mil jóvenes del Registro de Sentencias de Responsabilidad Penal de los menores de España, releyeron un resumen del informe, el 84% de ellos son varones y un 16% de menores son chicas ¡Esta brecha les pareció muy grande!

Es cierto además que si nos atenemos a los casos más graves, es decir, aquellos con violencia extrema, tales como violaciones a mujeres o asesinatos, el porcentaje de hombres (o niños) es mucho mayor.

- ¿Tan poca gente se da cuenta de esto?- seguía preguntándose como si fuera algo que nunca se piensa o se da por hecho que está igualado hombres y mujeres, o lo que es peor, se da por hecho que tiene que ser así.

- ¿Qué les pasa a los chicos de nuestra edad? ¿Nos estamos acostumbrando a los matones, a los macarras del barrio, a los abusadores, al chulito de la clase que permanentemente llama la atención o se hace el gracioso, asumimos que es algo normal o propio de los tíos, del instinto masculino?- seguía en su perorata.

- ¿Por qué cuando se habla de educación, no se tiene en cuenta las necesidades de cada chica y de cada chico, atendiendo también a la educación específica de los modelos de unos y de otras?- seguía insistiendo (supongamos que termina aquí la ficción).



Adela se preguntaba a su manera por qué no se aplica perspectiva de género y masculinidades (feminidades) a la educación como  prevención de la delincuencia.

Adela tiene razón. No podemos hablar de Igualdad de género si no incluimos trabajar con los modelos de masculinidad y feminidad. 

Ella tampoco sospecha que actualmente hay diferencias entre jóvenes y adultos. La brecha de género se amplia en edades adultas. La conducta y sus hábitos (y las consecuencias) tienen un carácter complejo en forma de proceso que se va forjando, consolidando o modificando con el tiempo. Este tema es interesante por varias razones puesto que tiene que ver con la capacidad individual de maduración, y con los posibles cambios a lo largo de la historia (desagregando por sexos la evolución).

En edades jóvenes ellas delinquen más y es pronto para saber si es porque tienen más herramientas para "la enmienda", o es que la brecha se está cerrando con vocación de quedarse ¿Me expliqué?

En cualquier caso, en los informes que utilizaron y algunos recortes de prensa que pudieron reunir, parece que lo único que preocupa es rebajar la edad para proteger a la sociedad de los sujetos indeseables.

Los centros de internamiento de menores ya parecen cárceles en pequeñito ¿Pero quién les protege a ellos de sí mismos y de su entorno? ¿Hemos olvidado que decimos creer que la "re-inserción" es un objetivo principal?

¡Son menores! Entre los valores de los que nos enorgullecemos como sociedad, ¿no está "la protección del menor? 

¿Qué tipos de modelos positivos les mostramos?

¿No habremos perdido la batalla o tirado la toalla? Y lo que es peor, ¿no la hemos tirado antes de hacer las reflexiones profundas sobre las causas? Es como mirar para otro lado o barrer debajo de la alfombra. Parece que la re-inserción y la prevención no es lo más importante y el tabú de NO UTILIZAR PERSPECTIVA DE GÉNERO COMO CATEGORÍA DE ANÁLISIS es barrer sin mirar.

Nos hemos acostumbrado, como sociedad, a calmarnos los nervios, metiéndolos en prisión sin cuestionarnos nada y, a medida que la situación empeora, lo primero que se nos ocurre es meterlos entre rejas para quitárnoslos de en medio.

Parece ser que prácticamente no existen "programas de seguimiento" para saber qué es de ellos tras su paso por el centro, hacer un acompañamiento, saber si rehacen su vida o no.

Pienso que somos muy cínicos con los estereotipos sexistas y machistas. Adela, como muchas chicas ya sospechan que "ellos" van a ser sus futuros compañeros de vida y tarde o temprano lo vivirán como problema. Es posible que crean que viven en una igualdad que es un espejismo, y comprueban que tendrán cada vez más poder y capacidad de agencia.

Tres observaciones:

1- La cárcel es un mal necesario (seguramente), pero nos preocupa en este blog que METER A LAS PERSONAS EN LA CÁRCEL NO SEA LA ÚNICA SOLUCIÓN QUE SE NOS OCURRA PARA RESOLVER LOS CONFLICTOS.

Ayer mismo tuve la oportunidad de escuchar a una joven de "unos 15 años" quejarse a su grupo de amigos y amigas (en broma) de que no tenía dinero, porque su madre no podía darle más, y exclamó:

¡¡ Me voy a tener que prostituir para sacar dinero!!

Hubo risas. Parecía tener muy interiorizada esa posibilidad. Un varón tal vez hubiera "fantaseado" con la necesidad de atracar un banco. (Espero que se aprecie los estereotipos sexistas y se entienda la pertinencia de esta anécdota)

2- Con los menores deberíamos tener una sensibilidad especial. Habría que educar en igualdad (de derechos, deberes, dignidad de todas las personas), con un respeto a la diversidad (mujeres, hombres, etnias, discapacidades, orientaciones sexuales...) para prepararlos competencialmente a los niños y niñas para una futura sociedad más igualitaria e inclusiva.


3- España es el país de europa con mayor tasa de mujeres en prisión. Esta cuestión nos llevaría a una entrada aparte pero haré unas pocas observaciones. En 30 años se ha pasado de 480 mujeres a 5117 según instituciones penitenciarias. Supone el 7,6% (92,4% de hombres. Recordemos que en menores es el 16%). La media europea de encarcelación femenina adulta está en el 5,3%. España duplica a la de Francia por ejemplo. La media mundial está en el 6%. El tema es complejo y ahora no voy a atender a “la brecha española” menudeando sociológicamente los datos ( por ejemplo en países con muchas mujeres en la política o la economía, escenarios de mayor niveles de igualdad, las cárceles están nutridas de mujeres corruptas de "guante blanco", algo que era impensable hace unos pocos años), pero en líneas generales se pueden resaltar dos factores principales en el caso de las mujeres: por un lado las drogas y por otro lado una historia plagada de abusos.
Recapitulo las dos ideas principales:
A)Urgentemente hay que atender a las masculinidades (tóxicas) o estilos de masculinidad para comprender por qué más del 90% de los presos son varones. (Cómo afecta el patriarcado a los hombres)
B) Las pocas mujeres que hay internas sufren dobles y triples discriminaciones de género, que habría que mirar también con las gafas violetas. ( El patriarcado una vez más se ensaña con las mujeres).
Para quien esté interesado en profundizar un poco más en el punto 3 sobre mujeres en las cárceles españolas:
Una de cada dos mujeres de las cárceles cumple condena por delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes a pequeña escala, interceptadas en aeropuertos. (Otro efecto de la globalización).
Gracias a Mercedes Gallizo, mujer que estuvo al frente del sistema penitenciario español entre los años 2004 y 2011, pudimos saber que de las cuatro cárceles españolas de mujeres, un 88% de las mismas recibieron malos tratos en el pasado. O que un 25% de ellas fueron víctimas de abusos sexuales datos mucho más altos que la media de la población general.

También nos advierte de que numerosas internas delinquen con una dependencia afectiva tóxica a sus parejas. (Al revés casi nunca ocurre, es decir que un varón actúe por inducción directa de su pareja. En muchas ocasiones roba por “la presión de género de ser el proveedor de la familia” , una consigna patriarcal, y no por “obedecer e imitar a su pareja ladrona” ¿Me expliqué?

La dependencia emocional tóxica de muchas mujeres, así como las imposiciones de la imagen, la estética, dietas, etc son problemas sociales de las que hasta ahora se ceban en las mujeres y que numerosas compañeras feministas nos recuerdan frecuentemente. La dependencia emocional en parte se parece a “una droga”.

Por otro lado, Gallizo nos indica que no suele haber mujeres “sociópatas”. Las que hay son muy sonadas, como excepción. Los hombres se enseñan unos a otros conductas delictivas como rasgos de virilidad.


Por si alguna persona tiene la tentación del determinismo biológico de echar la culpa a las hormonas,  del determinismo genético y culpar al cromosoma Y, o echarle la culpa al “instinto innato perverso de los hombres”, o a “la bondad natural de las mujeres” (esencialismo), repito lo que digo en todas las entradas: NO

Esas tentaciones son resistencias muy cómodas para NO aplicar perspectiva de género.

Toda conducta se aprende, y se educa, tanto unos como otras. Con la práctica bio-sico-sociocultural epigenéticamente se moldea la particular expresión genética. Epigenética. Y la socialización de hombres y mujeres es patriarcal. En clave de biopolítica, lo sociocultural y los cuerpos se moldean mutuamente en las dos direcciones.

Con las “gafas violeta feministas” se comprende mejor. Los delitos violentos que cometen las mujeres, dice Gallizo,  casi nunca tienen víctimas ajenas. No hay peleas de “hembras alfa” para la jerarquía o el poder, al estilo de las que presiona  el patriarcado a los varones como sistema social.(Alguna mami de la prostitución y de la droga son excepcionales aún y suelen ser mujeres que imitan a ellos).

Los crímenes de las mujeres se circunscriben a la familia, como nos ejemplifica Gallizo: una mujer en prisión por abandonar un feto en un bosque, la que prende fuego a la casa de su ex, o la prostituta que envenena hasta la muerte a un cliente al que pretende robar, o los casos curiosos de “señoras muy mayores" que cumplen largas condenas por dar la cara por un hombre más joven (se autoinculpan). 

Mi experiencia profesional me dice dónde puede estar la dificultad para la comprensión. Hemos de aprender en cada caso a observar dónde están las consignas machistas, sexistas, en el que hemos sido socializadas todas las personas.


El patriarcado quiere imponer cómo tienen que ser los hombres y cómo tienen que ser las mujeres. Sus efectos son las desigualdades de género. Los modelos de masculinidad patriarcal-tóxica no nos permite tampoco ser felices a los hombres, y mucho menos en la convivencia con las mujeres.

El patriarcado produce violencia hacia las mujeres sobre todo, también hacia otros hombres (entre machos) diciéndonos como tenemos que ser, y hacia sí mismos terminando en el suicidio, la cárcel o la exclusión social. 

Después les metemos en las cárceles como única solución, como ya hemos visto, y cada vez más jóvenes.

Las efectos del patriarcado en las mujeres se traduce en “desigualdades”, violencia hacia ellas, y a vivir “encarceladas” dentro de los domicilios. Y las que entran en las cárceles es  mucho peor.

Al patriarcado le interesa “la guerra de sexos” para que nada cambie, en vez de trabajar en el mismo equipo, en la misma dirección

Sin embargo la perspectiva de género nos ayuda a hacer un buen diagnóstico para prepararnos al cambio social hacia posiciones favorables a la igualdad.

Deconstruir el patriarcado en los hombres y erradicar las violencias y discriminaciones hacia las mujeres, así como aumentar su capacidad de agencia (trabajo durante tres siglos del movimiento feminista), van intrínsecamente unidos. Son distintas partes de la misma gran solución. Son como las dos alas necesarias de un pájaro para poder volar mujeres y hombres.