¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



lunes, 29 de junio de 2015

Escucha activa o resistencia a las 5 palabras



Escucha activa y resistencias

¿Si nombro la palabra machismo o igualdad, vas a dejar de escucharme? ¿Vas a dejar de leer?

¿Si nombro la palabra masculinidades, simplificas y te desconectas como diciendo que lo haces porque no sabes lo que es, no lo entiendes o no va contigo?

¿Si nombro la palabra feminismo dejas de escucharme? ¿Desconectas o comienzas a conversar con tu lenguaje interior, aislado o aislada de lo que te estoy contando? ¿Sobre esa palabra tienes ya una opinión cerrada por todo lo que te evoca? ¿Es posible que te sepas de memoria un montón de debates, discusiones o discrepancias y tengas muy aprendido también lo que opinas en cada caso, por lo cual nadie te puede aportar nada más?

¿En el momento que pronuncio patriarcado, te lo tomas como algo personal, y pones a dialogar entre sí los discursos, recuerdos, creencias y estereotipos que tienes aprendidos como si fuera un frontón?

Piensa que en realidad el "patriarcado" no hace nada, son las personas vivas las que se comportan patriarcalmente. Ese orden estructural que subordina a las mujeres se manifiesta "en las personas en relación", con sus múltiples relacionalidades de poder.


Si al nombrar yo el patriarcado, saltas como si me metiera contigo, en parte estás reconociendo que formas parte de su transmisión, por la razón que sea. (Comprendo que hayas tenido que aceptar según qué cosas para vivir mejor).

¿Te ves obligado u obligada a defender unas consignas de la perspectiva desde la que hablas o crees que perteneces? Tenemos construida una identidad como un mosaico, o identidades que ponemos a trabajar desde donde estamos.

Es muy probable que me digas que no, que tú no haces eso de poner una barrera en tus oidos para resistirte a mi relato. Pero me resulta curioso, que algunas otras personas ante estas preguntas añadís un “al menos no conscientemente”, es decir, reconocéis que podáis hacer eso (desconectar) sin querer, de manera no voluntaria. Quien me dice eso es un avance ¡Algo es algo!

A los hombres nos han enseñado a vencer. A mi me gusta en su lugar CONVENCER. Pero, ¿qué hacemos si ni siquiera tenemos la oportunidad de comenzar el discurso porque las resistencias son tales que ni siquiera te dejan espacio para la palabra antes de empezar?

Tengo una buena amiga feminista que hace muchos años, cuando me escuchó esto por primera vez, me miró con ojos tiernos, y me dijo...
-¡Ay angelico mío! ¿Te caes del guindo ahora? Pues bienvenida al club. ¡Eso nos ocurre a casi todas las mujeres desde siempre!

Bonito regalo me hizo. Pues lo más curioso de todo es lo siguiente. Los profesionales que trabajamos con resistencias sabemos muy bien la importancia de las habilidades de comunicación.

Puede dar muy buen resultado negociar o pactar el no pronunciar adrede esas palabras que producen resistencia o que despiertan un dolor. Lo curioso es, según mi experiencia personal, que no hemos elaborado los debates o diálogos sinceros y profundos, útiles para la convivencia, sino que nos hemos pertrechado de unas performances en clave amigos/enemigos, guerra de sexos .Son esos personajes los que ponemos a dialogar discutir o pelear. Hemos sido estafados y estafadas. Podemos perder el tiempo y derrochar la poca o mucha energía en esas peleas superficiales.

HOY PROPONGO ALGO 
Intenta poner en cuarentena esas palabras como si fueran prohibidas de manera provisional, y transita por las escenas cotidianas, las experiencias, sentimientos, sensaciones, necesidades, deseos… pensando en ello, con la intención de aclarar las cosas y avanzar en Igualdad, sin desvelar esa intención, salvo que te lo pregunten. Intenta meter en el bolsillo la etiqueta de "feminista" o "igualitario" sustituyéndolo por unas gafas violeta invisibles y el compromiso de mirar y escuchar con mucho interés. Verás que puede ser en muchos ámbitos mucho más fácil y amable. Un ejemplo típico es el del uso del lenguaje sexista.Nos han ganado ahí ¿No hemos caido en la trampa de habernos quedado atrapados en peleas epidérmicas? Cuando el cambio es profundo, y el pensamiento deja de ser machista, el lenguaje se hace inclusivo. Algunos hombres con los que he trabajado piensan o creen que vale con pequeños maquillajes de lo políticamente correcto.


Dicho de otro modo, hemos de aparcar las resistencias epidérmicas, y no quedarnos atrapados ahí. Hemos de pactar dejar las armas, escudos y armaduras encima de la mesa. Así la comprensión y el consenso  surgirá más suavemente.
Mi trabajo diario consiste precisamente en invitar y acompañar en este proceso.

Es verdad que lo que no se nombra o visibiliza no existe, pero hay muchas maneras de visibilizar ¿Cuál es la mejor manera de poner en evidencia lo invisible, o mejor dicho, lo invisibilizado?

Cuando conocemos bien el terreno, y sabemos dónde vamos, podremos probar o intentarlo de maneras diferentes.

Por ejemplo: ES MUCHO MÁS FÁCIL ASÍ el RECONOCER que se goza de UN PRIVILEGIO NO MERECIDO. El patriarcado (las personas que ostentan el poder y la representatividad) les concede a los hombres. Pues bien, si tenemos una escucha activa y un clima emocionalmente expandido y relajado será más fácil el cambio en los hombres. Es más fácil si hemos comprendido.

Estamos tan acostumbrados a pelear en el ámbito público, que puede pasar que no nos quitemos la armadura en lo privado.
Un hombre me dijo en una ocasión algo muy interesante:
- desde que lo personal es político, los hombres estamos a la defensiva hasta en casa.

A veces nos ahorcamos con las palabras, sobre todo cuando se convierten en etiquetas rígidas que usamos como sogas o armas arrojadizas contra las demás personas.
Hemos de tener una opinión aproximada de quienes somos. Hemos de conocer el terreno de juego, aprender a relacionarnos con los demás jugadores y con las demás jugadoras, darnos el tiempo para conocernos, y dotarle a las palabras y a los conceptos unos mismos significados para que sirvan para la comunicación. Todo esto puede no ser suficiente.

Hace falta además buena fe, juego limpio. Es preciso comportarnos con una intención estratégica de género lo más transparente posible, y hacerlo saber.

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO es como la piedra Rosetta que ayuda a comprender el jeroglífico de la realidad y las relaciones sociales.
Lo repetimos a menudo. Si no tenemos en cuenta las construcciones culturales o políticas que legitiman las desigualdades y jerarquías entre hombres y mujeres, (con la mera excusa de la diversidad sexual o biológica), no vamos a entender nada. Vivir sin comprender nada, o con los roles hegemónicos, es normal que se necesite corazas o armas.

Es normal que no escuchen los hombres. Es normal que no contemos con aquellos que les va bien así. Si me permitís un comentario trastolillo muy sutil: los hombres blandos, gais y llorones tenemos mucha suerte. Jugamos con ventaja y lo vemos fácil.

Pero la gran mayoría de hombres "normales" o normalizados en el orden social patriarcal cambiarán cuando les compense. Mientras tanto levantarán muros, pondrán obstáculos o resistencias, no escucharán o no querrán escuchar. Es normal que aquellas mujeres que han obtenido unos niveles "aceptables" en este medio, tampoco quieran o parezca que no hacen nada.

¿Vamos a intentar convencer a quienes no escuchan y saber explicarles que tienen mucho que ganar? Cada vez será MUCHO MÁS EVIDENTE PARA TODO EL MUNDO QUE NO HAY MANERA DE DISIMULAR LOS PRIVILEGIOS. 

Voy ahora a hablarte con una transparencia absoluta:
En este momento, querida lectora, querido lector, estoy intentando gestionar como puedo (intento aprender constantemente) la huella que me gustaría dejar en ti.

En mi caso, esta huella o marca es el de las masculinidades (feministas). Pongo la etiqueta para que no haya duda pero en seguida guardo algo de distancia porque no quiero quemarla. (Soy coherente con lo escrito arriba).

ES POSIBLE QUE DESCONECTES DESPUÉS DE HABERLO OIDO DIEZ VECES, y cuando lo diga once sea cuando lo escuchas por primera vez.  Y a la vez, ES POSIBLE QUE HASTA QUE NO LO DIGA MIL VECES NO LO OIRÁ POR PRIMERA VEZ QUIEN ESTÁ UN POCO MÁS LEJOS QUE TÚ.

Mi relato tiene mucho contenido y está a un nivel profundo. iNTERVENGO EN LO COTIDIANO, Y EN UN PLANO PROFUNDO.

No pretendo agredir con este modelo como si fuera otra arma ideológica. Es una propuesta seria de intervención individual o pequeños grupos para hacer un poco más feliz la vida.

Cuando los cambios sociales ocurren de verdad es porque la gente ha escuchado y comprendido, es más feliz con ellos, y eso a su vez tiene un alto poder adaptativo para seguir influyendo. No diría nada si no me lo creyera firmemente y si no me estuviera beneficiando desde hace tiempo.

Siguiendo con la sinceridad, me gustaría que llegara un momento en el que al escuchar mi nombre, Manuel Buendía, lo identificaras con las masculinidades igualitarias y feministas. Si eso ocurriera sería la confirmación de que algo he comunicado bien. Sería un regalo que te agradezco por adelantado. Querría decir también que algo he conectado emocionalmente contigo.

A partir de ahora, cuando escuches las masculinidades, (y cada vez será más frecuentemente), entre las personas que te vengan a la mente yo sea una de ellas.

Ahora escúchame por favor, para terminar, otra manera sencilla de explicarlo:
Las masculinidades son unos trajes a medida de ser hombre que convivan óptimamente en una situación futura real (no ideal) donde mujeres, hombres, (o lo que sea), personas al fin y al cabo, nos relacionemos  mirándonos a los ojos. Me gusta ponerle la palabra feminista porque a ese movimiento social tenemos que agradecerle la idea principal de que nos habíamos olvidado de ellas.

¡Es imposible mirarles a los ojos si estamos de cara a la pared o delante del espejo!

¿Cómo nos protegemos del influjo de los demás? Cuando consigues que una persona te escuche, resulta más fácil hacerte memorable, que te recuerde. Es normal. Estamos acostumbrados y acostumbradas a cubrirnos del bombardeo de todo lo que nos intentan vender, de ese consumismo de cosas, ideas, política... sin embargo, espero que no te cueste creerlo, me gusta pensar una cosa cada vez que me encuentro con cada persona. Escucho con la ilusión de que cada vez es una bonita oportunidad de que te cambie la vida...




martes, 23 de junio de 2015

Buendióldoras: 18-19-20 ¡Maldita halitosis!



18¡¡Según cómo se mire!!


Decía mi abuela que cada persona cuenta la feria según le va.  Tanto si se trata de negocios, de trueques materiales o simbólicos, o simplemente al ponerse de acuerdo. Como vayas de prepotente te puede explotar en la cara. La cosa ha de estar en el mismo plano. Te invito por otra parte a que si soy yo quien se porta así, me lo hagas saber.



Cuenta Hughes, y después Velasco, un episodio curioso, muy interesante que lo ilustra. En uno de los acuerdos de Paz de las seis naciones, como signo de buena voluntad, (perdonando la vida como se suele decir), una comisión de hombres blancos pidió a los indios (suponemos que todos hombres también), que les entregaran varios niños para educarles ¡Una generosidad casi infinita! ¿Es que no lo veis?

Pues bien, los indios respondieron que aceptarían, si los blancos les entregaban a cambio unos cuantos niños para hacer de ellos unos hombres. Ya no me queda claro si tenían en cuenta a las niñas. Me resulta divertida la escena. Les está bien por…

Por cierto, el acuerdo se hizo, el intercambio NO.

Algunos comentarios:
Todo grupo humano realiza algún tipo de trabajo cultural acerca de quienes son, o creen ser y quienes son los y las demás. Hay unos procesos de identificación con los que se asemeja y que considera como sus iguales o parecidos. Y construye unos procesos de alterización: quienes no son "de los míos", "son los otros". Esta anécdota tan conocida aparece en un blog de masculinidades porque ES LO PRINCIPAL REFLEXIONAR sobre quien impone las normas, sobre los modelos educativos y sus variantes, y la construcción de la masculinidad en cada grupo étnico diverso.Y este tipo de anécdotas no suelen incorporar perspectiva de género o masculinidades.Para todo esto es clave la COEDUCACIÓN de la que tanto hablamos.

 
19¡Carlota delante del espejo!


Aquella mañana Carlota se miró al espejo para escudriñar su estado de ánimo. Se pintó el ojo y los labios para acudir a una entrevista de trabajo.

Estaba radiante y completamente segura de que se lo iban a dar porque se lo merecía. Para colmo, el trabajo le gustaba, por tanto seguramente lo haría bien.

El día anterior por la tarde, pertrechada de su uniforme de Carlos, en el partido de fútbol con los otros chicos, metió un gol. Sí, has leído bien. La víspera de la entrevista de trabajo le dio la gana ser Carlos.

Nunca le han gustado las etiquetas pero se supone que nació hace veintidós años como bio-hombre, es decir, con unos supuestos rasgos biológicos de varón. Después de muchas comidas de coco, había decidido dejar de preocuparse por la biología, y vivir con su normalidad, o sea, vivir a secas. La sexualidad humana en definitiva no deja de ser una práctica cultural, por tanto está en un ámbito más abierto de lo que la mayoría de la gente se piensa, e incluso que él mismo se había llegado a creer ¿Acaso no se había puesto también a sí mismo la etiqueta de homosexual, en el momento en el que le habían empezado a llamar maricón, cuando era niño? Las normas son pautas que puedes seguir, o intentar no seguir.
Bien mirado, aquellas personas que le insultan así no se lo plantean, y eso es porque se creen iguales a las demás. Como se creen normales se les pasa la vida sin darse cuenta. Carlota no hace eso. Carlota vive y ...

¡El espejo le dice hoy que ese puesto es suyo!

Observación: Voy a repetirlo una vez más. Todo lo relacionado con la orientación sexual, la identidad de género, etc no es algo que le afecte a un % pequeño de la ciudadanía, es mucho más. Todos los hombres, sin excepción, tanto los que se consideran normales (como la norma), como los que viven su heterosexualidad (otra norma), como quienes cuestionan la propia categoría "hombre", han de realizar un trabajo de reflexión y consciencia. Si no lo hacen quedarán atrapados en la norma.
Con ejemplos como el de Carlota pretendo imprimir positividad e inclusión de una manera disimulada.

 


20¡Maldita halitosis!


Hasta que Javier no escuchó, (sin querer), un comentario de una compañera de facultad, sobre él, no se percató de que tenía un serio problema de mal aliento.


Javier es un chico algo tímido, estudiante de matemáticas.

Estaba concentrado en esas celdas de estudio típicas de las bibliotecas universitarias cuando escuchó (al otro lado de la celda) el comentario de una antigua novia, que le hablaba precisamente a Adriana, la compañera que le gustaba en este momento.


-¿Tú soportas el olor del aliento de Javier?- le dijo una a la otra en un cuchicheo.


Por Dios, me quiero morir!- pensó Javier mientras tenía la sensación de caer por un abismo hasta ese preciso lugar muy profundo del que seguro que nunca podría salir.

O sea que era esa la razón por la cual mis citas no duran!- fue una de esas frases que su cerebro inseguro empezó a fabricar.

Fue directamente a buscar el libro que trataba del tema. Leyó que la halitosis se da tanto en hombres como mujeres. En la parte correspondiente a problemas de carácter social decía que pueden dificultar las relaciones laborales, interpersonales, y de pareja. En ese punto explicaba lo suyo, es decir, esa sensación de ser poco hombre, un hombre poco atractivo, un don Juan pésimo, un fracasado en la seducción ¡No es justo!


Javier rehuyó varias veces las invitaciones para estudiar juntos que le hizo Adriana los meses siguientes. Tras una insistencia de ella, tuvo que contarle todo. Las relaciones se basan en la confianza, estaba todo perdido. No tenía ya nada que perder.

Así que hizo todo lo que pudo; higiene bucal con un buen cepillado, incluida la parte posterior de la lengua, colutorios, y seda dental, para contribuir a quitar esa fama de que los hombres son unos guarros. Cambió en parte la dieta, pues se deshizo del ajo que tanto le gustaba, la cebolla o los picantes, e incluso dejó de fumar.

-¡Cuidarse un poco más no le viene mal a nadie!- se decía mientras iba ganando confianza en sí mismo ¡Que no se diga que los hombres no se cuidan!, o no se preocupan por la salud.

Eso sí, lo que mejor le resultó fue quitarse el miedo poco a poco. Comprobó que a Adriana, (ni su olfato) no le parecía un asunto tan grave. Javier lo compensaba con otras excepcionales cualidades físicas, afectivas e intelectuales.
¡Y lo que son las cosas!, al besarla con sentimiento y mucha más confianza, la sequedad de boca se le fue quitando. Precisamente era eso lo que le ocurría. El terror le secaba la boca, y entonces la descomposición bacteriana hacía de las suyas y las células muertas se le adherían a la lengua y aumentaban la pestilencia, eso era lo que olía, una profecía autocumplida.

No se le quitó del todo, pero aprendió una lección. Cuando una persona tiene que estar muy pendiente, extremando los cuidados, en vez de acomodarse, es una excelente actitud para muchas situaciones.

Observaciones:he recibido correos después de que esta Buendióldora saliera publicada en la revista de Ahige Hombres Igualitarios, comentandome que no comprendían muy bien la relación con las masculinidades. Eso me ha hecho reflexionar. Yo entiendo que es de las que más relación tiene. Y es una cuestión clave en la difusión de esta disciplina, y en el esfuerzo y audacia que tengo que incrementar para la mejora en la comunicación. Esta es una de las claves: la salud y la corporalidad.
¿Qué tipo de hombre soy y quiero ser puesto a jugar en el mundo? La identidad masculina, la conducta que se espera de mí, la expresión de las emociones, el cómo me ven los y las demás, el tipo de relaciones, los recursos de seducción, la imagen (ética y estética), la sexualidad, la violencia...