¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



jueves, 30 de marzo de 2017

¡En estos momentos no necesito vivir con ningún hombre!

49- ¡En estos momentos no necesito vivir con ningún hombre!
El siguiente relato es de ficción. Habla en primera persona una mujer también de ficción. Pero está escrito sin embargo por un hombre que se dirige a otros hombres.

Tanto ellos como yo aspiramos a empatizar con esas mujeres con las que nos relacionamos cada día en múltiples ámbitos.  Están recopilados algunos rasgos escuchados a eellas. Son unas mujeres actuales. 

Tanto ellos como yo podemos mirarnos en numerosos espejos como este con la intención de desprendernos del machismo, y  aprender a ser hombre en una sociedad que dice querer trabajar por la Igualdad efectiva y real entre mujeres y hombres, en una sociedad cada vez mas igualitaria.

¡En estos momentos no necesito vivir con ningún hombre!
Lo normal de las mujeres como yo, que ya hemos cumplido los cuarenta años, hemos tenido varias parejas sexuales en toda nuestra vida. En la misma situación también se encuentran varias de mis amigas.  En mi caso concreto, se puede contar con los dedos de una mano las relaciones “serias” que he tenido, que son aquellas relaciones más o menos largas con un mínimo de vocación de permanencia o compromiso.
 
Tuve  tres años un poco locos  con varias relaciones fugaces con tipos muy variados, algunos muy raros. Estuvo bien. Me lo pasé estupendamente. Coincide con que pude gastar mucho más dinero que ahora, y no le doy más vueltas. Soy una mujer libre y ya no necesito contarle todo a mi abuela, ni buscar constantemente aprobación de la gente. Coincidió esa época con un empleo diferente que tuve en una gran ciudad. En esa época conocí hombres muy machistas de todos los colores, algunos con muy poca conversación. También es cierto que uno en concreto, que se llamaba Bruno, no lo necesitaba. No engañaba a nadie, me ofreció desde el principio "pura relación física". En otra ocasión reconozco que "no vi venir a un típico maltratador". Era muy guapo, subido de arrogancia pero simpático. Al principio era muy atento (en exceso) y coincidió cronológicamente , creo recordar,  con la publicación del "desastroso libro ese" de las 50 sombras. Hicimos cachondeo con el tema y realmente tengo que reconocer que era tan brusco en la cama como el protagonista. Estaba encantado con su pene,  y pienso que tampoco "era para tanto". Cuando empezó con los controles y las escenas de celos, llegó a ser muy agobiante. Duró mes y medio, no sé cómo me deshice de él, pero lo hice. Comprendo que otras no pueden o tardan en darse cuenta.

Las relaciones serias, ya dije que me sobraban los dedos de una mano. Fueron dos o tres. Con Pedro estuve casada once años. Es un buen hombre. Tenemos rasgos de personalidad y ocupaciones  comunes y muchas experiencias compartidas. Es cariñoso,  generoso, y nos compenetrábamos muy bien, con una finísima "complicidad horizontal",  pero como suele decirse para consuelo propio,  “no pudo ser”. No entiendo muy bien por qué extraña razón se empeñó en ser padre. Lo teníamos muy hablado y acordado, pero cambió de opinión de la noche a la mañana como quién pretende cambiar las reglas de un juego a mitad de una partida. A mí me parece muy bien pero no soy la persona indicada. Años después tuvo la oportunidad de serlo con otra compañera de su trabajo. No soporto la presión social que hay tras la maternidad obligatoria.
Con Andrés estuve siete años. Aprendí lo que es estar enamorada, y sin duda ha sido y sigue siendo mi mejor amigo. Compartíamos las anécdotas de los trabajos, y numerosos hobbies  pero la convivencia era bastante conflictiva. Con “las pasiones y las reconciliaciones” no es suficiente para que dure en el tiempo.
Mi primer amor fue el compañero de pupitre de la universidad. Era el más “igualitario” de todos pero duró la relación lo que duró la carrera. Todos han sido diferentes, yo tampoco he sido la misma. Es una bobada pretender encontrar un hombre que contenga lo mejor de cada uno como si nos pasáramos la vida componiendo un puzzle pegando todos los trozos. Yo también tengo mis cosas pero eso para otro día...
En estos momentos estoy mucho mejor sola.