Existe
una subespecialidad antropológica que podemos llamarla ciber-antropología, a la que debemos incorporarle la parte de "robotica". Si ampliamos la mirada hacia la "diversidad
cultural" en todo el mundo, podríamos decir "etno-ciberantropología y
robótica" que por primera vez conecta la globalización analógica y
digital, por así decirlo, en cada rincón del planeta con los aspectos "universalizables" y a la vez con sus especificidades.
La ciberantropología nos dice que actualmente todas las mujeres y los hombres somos "ciborg" gracias a la informática (Ciber). De esa forma parecemos seres o criaturas constituidas por materia orgánica más dispositivos tecnológicos (cibernéticos), exógenos, que tienen por objetivo mejorar las capacidades de la parte orgánica. Eso ocurre cada vez que nos pegamos a la pantalla de un ordenador o un teléfono móvil de última generación o los futuros marcapasos cardiacos que estuvieran conectados con el portátil de un especialista.
La ciberantropología nos dice que actualmente todas las mujeres y los hombres somos "ciborg" gracias a la informática (Ciber). De esa forma parecemos seres o criaturas constituidas por materia orgánica más dispositivos tecnológicos (cibernéticos), exógenos, que tienen por objetivo mejorar las capacidades de la parte orgánica. Eso ocurre cada vez que nos pegamos a la pantalla de un ordenador o un teléfono móvil de última generación o los futuros marcapasos cardiacos que estuvieran conectados con el portátil de un especialista.
Cuando
tenía ocho años, perdía todas las competiciones físicas contra otros chicos. Una de ellas era la de leer matrículas de los coches a distancia. Mi
incipiente miopía me hacía perder siempre. En el momento que me proporcionaron unas
enormes gafas de concha pude recuperar mi agudeza visual, eso sí, con el coste de pasar a ser el
"gafoso" oficial de la clase, naturalmente. Ese episodio junto al reloj-cronómetro de la
primera comunión fueron los comienzos de mi vida como "ciborg", sin saberlo.
¿Nos
comportamos de manera diversa, hombres y mujeres en estos "ciber-temas"? ¿Existe una brecha digital de clase, de género, de etnia? ¿Nuestra relación con las máquinas y el ciberespacio, es un nuevo campo para poducir discriminaciones o controles-abusos? Habrá que observar.
Es muy
importante en la historia de las guerras la evolución de las armas de
todo tipo, las armaduras, cota de mallas, chalecos antibalas, etc o diversos artilugios para proteger el cuerpo. Esta larga tradición bélica cala consciente o inconscientemente en la
cambiante construcción colectiva de la identidad masculina principalmente. La tradicional pedagogía de la historia se ha fundamentado más en los hitos bélicos que en los sucesos cotidianos.
Recuerdo, cuando salió la película Robocop en 1987, que le escuché decir a un joven varón que él
deseaba ser un "robocop en la cama". Quiero creer que se fascinó con
el protagonista y aplicó la primera metáfora que tenía a mano, a ese otro
tema que tanto le interesaba. Sigue vigente una sexualidad masculina orientada a las "proezas
sobrehumanas" según unos parámetros machistas.
¡Qué
equivocado estaba este chico, pensaba yo! No se me quita de la cabeza la imagen jocosa,
imaginando literalmente la escena como un "caballero de la armadura
oxidada" cualquiera, aturullado en la cama.
Las diversas formas de sexo on line, la realidad virtual, etc serán objeto de futuros estudios.
Las diversas formas de sexo on line, la realidad virtual, etc serán objeto de futuros estudios.
Desde
que tenemos internet, hemos encontrado una nueva especie, algo así como una
nueva forma de "homo sapiens", con sus nuevos rituales y diferentes
reglas de juego.
Ahora no sólo vemos una extensión física del Yo, sino una
extensión mental. Theillard de chardin, jesuíta francés, ya pensaba que en un
futuro todas las personas (es decir, los individuos e individuas en relación)
estarían conectadas por una especie de capa (lo llamó la noosfera) que uniría
los pensamientos, como una capa más de la atmósfera (¿qué diría hoy de la
nube o del whatsApp?). Esa noosfera es parecido a internet o la sociedad 2.0. El sociólogo
canadiense Mcluhan acuñó el término "aldea digital", para analizar el
ser humano del siglo XXI, el "homo digitalis", con sus cambios
vertiginosos y las formas de vida nueva.
¿Os
habéis dado cuenta de una cosa? He hecho dos citas de dos autores, más o menos
"clásicos", que tienen la particularidad de ser "varones".
Son habituales, y podría haber seguido citando solo a hombres, aparentemente sin
darme cuenta, como se puede leer en tantos y tantos trabajos aún.
Hoy en día hay numerosas mujeres investigadoras, antropólogas, técnicas, expertas, científicas sociales, informáticas, matemáticas etc etc que pueden nutrir el canon de cualquier campo epistémológico, dicho de otro modo, que pueden ser referentes para el conocimiento de cualquier tema.
En
otras entradas me he entretenido en el acceso de las mujeres a cada carrera universitaria,
los roles y estereotipos de género, la división sexual de las tareas en artes y
oficios. Solo decir aquí la preocupación de compañeras investigadoras
(feministas) sobre cómo trabajar en las chicas jóvenes la vocación por
profesiones de ingeniería, programación informática, u otras que aún están poco
representadas y que influirán en los efectos.
Ciberantropóloga amber Case |
La tecnología se adopta y asume simplemente porque lo hacemos las personas.
Por eso es tan importante que sea paritario tanto quienes construyen, programan, muestran, venden, como quienes consumen. Esto último ya ocurre.
Habrá
situaciones en las que se nos va de las manos, y las máquinas
parezca que lleven el control. Para ello hemos de adelantarnos (observatorio),
tomar el control de nuestras vidas en lo concreto y no dejarlo en manos de
"técnicos sin ética o formación humanística" o vendedores sin escrúpulos.
El futuro de la antropología en general pasa por el análisis filosófico-multidisciplinar.
El futuro de la antropología en general pasa por el análisis filosófico-multidisciplinar.
Contamos
con una enorme oportunidad. Las máquinas, los robots, los drones, etc nos
pueden ayudar a ser más humanos. Todo puede ser hermoso, si cultivamos la
conexión humana, eso sí, de una manera diferente a como lo conocíamos hasta ahora posiblemente. Podemos
apalancar nuestra humanidad y conectarnos unas a otras a través de la
tecnología a pesar de las distancias geográficas.
El "trabajo cultural constante" negociado y renegociado entre todas, nos seguirá diciendo, qué es correcto o no, en este o aquel grupo, aquí o allá, hace cinco años o ahora, en cada caso, por ejemplo si se deben apagar los teléfonos durante una comida familiar, o en relación sexual o cómo se negociarán los celos-infidelidades digitales, etc en definitiva los ratos para la compañía física sin otras distracciones.
En un futuro más audiovisual y tecnológico tendrá mucho más valor el sentido del tacto, disfrutar con tocarnos, ese órgano sexual de dos metros cuadrados, valorar la compañía física aunque lo "alternemos" con otras ciberconductas. Nuevas reglas pactadas para la "buena educación". Se incorporará la "conectividad para el propio proceso educativo".
El "trabajo cultural constante" negociado y renegociado entre todas, nos seguirá diciendo, qué es correcto o no, en este o aquel grupo, aquí o allá, hace cinco años o ahora, en cada caso, por ejemplo si se deben apagar los teléfonos durante una comida familiar, o en relación sexual o cómo se negociarán los celos-infidelidades digitales, etc en definitiva los ratos para la compañía física sin otras distracciones.
En un futuro más audiovisual y tecnológico tendrá mucho más valor el sentido del tacto, disfrutar con tocarnos, ese órgano sexual de dos metros cuadrados, valorar la compañía física aunque lo "alternemos" con otras ciberconductas. Nuevas reglas pactadas para la "buena educación". Se incorporará la "conectividad para el propio proceso educativo".
Pero aún no tenemos una relación saludable con
la tecnología. Betty Friedan, en la mística de la feminidad, desarrolló en los
años 60 del pasado siglo, el efecto paradójico" del uso de los electrodomésticos de cocina,
para las mujeres burguesas norteamericanas. De una manera "sobornada" (como regalo envenenado),
teóricamente se "liberaron" de las cargas de tareas domésticas, sin
embargo, significó una esclavitud para las esposas dependientes provocándoles
un "mal que no tenía nombre" (dijo ella).
Las "nomofobias" (dependencia del móvil), o las "ludopatías de videojuegos on
line", son consecuencias "nuevas" y crecientes que habrá que tenerlas en
cuenta. Son variantes de la clásica "soledad de la sociedad
industrial".
El
caso del joven varón que asesinó hace unos días a otros jugadores tras su
derrota en una competición de un juego bélico, requerirá atención aparte en este
blog. Es un colectivo muy masculinizado, el de los videojuegos, suelen ser chicos aislados del resto del mundo, que le
dedican todas las horas del día a "matar", en lugar de incorporar otras habilidades sociales, conectados con otros
jugadores idénticos. Es muy importante analizar qué tipo de educación en valores están recibiendo estos jóvenes varones en concreto y cómo se relacionan con las mujeres.
Adelina
Silva, experta también en la antropología del ciber-espacio, analiza las redes
sociales, y la constitución de los nuevos grupos que se van formando y cómo se implementa la diversidad "obligatoriamente". Analiza las comunidades virtuales paritarias.
Para
terminar os muestro "otra perlita" que llamó mi atención. Un
ingeniero chino, Zheng Jiajia fabrica un robot con forma de mujer ( una muñeca
hinchable muy sofisticada que llama Yingying), y se casa con él (una "performance" de ceremonia de boda con el robot). Dice preferir
una máquina a un ser humano.
Es
posible que se refiera a un simple provocador efecto de marketing, para llamar la atención. Tiene un
master de inteligencia artificial (¿Qué es inteligencia? ¿No estáis de acuerdo
en que hacen falta ingenieras? ¡Horror!)
Al
parecer no encontraba ninguna mujer que quisiera vivir con él, y decidió
construirla. De momento no habla la muñeca y eso es una ventaja (según él), pero "pronto caminará y podrá
hacer las tareas domésticas". Sexualmente dice que es práctico porque hace lo
que te de la gana. Ya hablamos en este blog del primer prostíbulo con
muñecas.
Perdonad
mi optimismo "ciber-antropológico". Es necesario apostar muy fuerte,
y hacer de la necesidad virtud. Hoy es necesaria aún la intervención humana
para interpretar los datos de las máquinas. Estar en google no es
"saberlo", pero habrá maneras artificiales de tener la memoria
activa con un "yo intacto". Podremos compartir sensaciones, sentimientos, emociones digitalmente
con bastante soltura, por supuesto para aquellas personas que se lo trabajen.
Y
como decimos siempre, "muchos no se adaptarán", algunos de ellos
hemos nombrado aquí: el asesino del videojuego, el amante robocop, el prostituidor,
o el ingeniero chino, pero muchos de los demás estaremos en ello.