ALARDES DE HOMBRÍA
Hace dos años en las fiestas de
una localidad de Murcia falleció un hombre de 45 años por consumir más de seis litros de
cerveza en menos de veinte minutos. El hecho es terrible. Recuerdo que me dejó
impresionado por la “inutilidad del asunto”. Es muy cruel la situación de la muerte
de un familiar o ser querido cuando la causa es una "imprudencia", por llamarla de
alguna manera.
Las fiestas populares de verano
están plagadas de concursos, excesos, competiciones. Algunas están relacionadas con
deportes de riesgo en diferente grado, otras con fiestas vinculadas a animales,
como toros, vaquillas, caballos, etc, y en otros casos (como en el que nos ocupa) hay numerosos retos,
apuestas y competiciones relacionados con records sobre la
ingesta de comida o bebida.
Cuando desagregamos por sexo
quienes se prestan a estas "proezas" observamos que son hombres en su grandísima mayoría, por lo
que entonces automáticamente se convierte el tema en objeto de este blog.
No quiero ser exhaustivo en los ejemplos. Pienso que resulta muy fácil saber qué tipo de conductas podemos agrupar o incluir en este diagnóstico.
Me interesa más el enumerar unas ideas generales, que son los ejes de mi disciplina.
1-Es otro asunto de masculinidades. Son conductas que forman parte de los alardes de la virilidad, o de la hombría. En definitiva: ¡hacer machadas! Son las consignas de la masculinidad tradicional, hegemónica o patriarcal.
Dentro de estas consignas hay algunas principales sobre las que hablamos a menudo:
- Considerarnos los principales proveedores de la familia.
- Creernos responsables de la protección (de mujeres, menores...).
- Tener el mandato "instintivo y natural", de procrear.
- La autosuficiencia como rasgo de identidad que nos encargamos de dejar claro.
- Ser el mejor, quedar por encima ...
Para demostrar todo ello, es preciso hacerlo permanentemente por medio de la fuerza, la autoridad, el dinero, o la violencia. (Lo que sea preciso).
Y hay multitud de consignas menores que para que queden claras, es preciso "ponernos a prueba". En otras palabras, "ellos tienen que demostrar permanentemente lo machos que son". Dicho de otro modo, son formas menores de "demostrar el poder" y la superioridad sobre mujeres, niños, u homosexuales, ante ellos, ante los otros hombres y ante sí mismos. Pueden ser gestos simbólicos. No podemos olvidar en ningún momento, que la mayoría de los alardes del patriarcado son muy útiles y eficaces para perpetuar el orden establecido.
Tanto en unos alardes como en los otros, puede ser preciso enfrentarse a peligros. Hay que ocultar los sentimientos, el dolor o los miedos.
2-Hombres y salud. Somos "tiempo en relación". Vivimos unos años limitados, en relación con las demás personas. Nos influimos unas personas a otras, y la propia conducta tiene repercusiones en la duración y calidad de ese tiempo que vivimos, con un sistema de "causas-efectos", muy complejo.
Pero los hombres estamos socializados para la exposición a los riesgos, o vivir al límite y tiene repercusiones en la salud y en los años de vida. No hemos aprendido a cuidar nuestra salud y el único cuerpo que tenemos. Pues bien, el objetivo es aprender a cuidarnos para tener una buena vida, larga y feliz, teniendo en cuenta también todas las circunstancias por el mero hecho de ser hombres.
Masculinidades y salud es un tema complejo que también tratamos en este blog y que falta mucho por desarrollar. Es muy importante analizar la actitud de los hombres ante las enfermedades y la integridad física. La publicidad, los medios de comunicación, las revistas (¿femeninas?) etc están plagados de estereotipos de género, con una división sexual de los hábitos.
3- Hombres y homofobia. El heteropatriarcado deja muy clara su homofobia. Hace poco escuché decir que "tomar ensaladas es de maricones", por lo cual se observa en esta expresión que están relacionados los tres puntos: la construcción de la masculinidad, la salud y la homofobia. Es habitual por ejemplo ver que se "azuzan unos a otros" en los alardes para atreverse a hacerlos. Es "valiente" y viril (hetero) quien se arriesga.
4-Educación. Con nuestra conducta estamos educando a los demás constantemente, seamos conscientes o no. En múltiples direcciones. Estamos en un permanente cambio y adaptación. Nos miramos de reojo para saber lo que se puede hacer y lo que no. Nos hacemos una particular visión de los riesgos, en función de la percepción que tenemos de aquello que nos ocurre. Nos hacemos una idea de "los premios y castigos de la vida".
Aprendemos por nuestra propia experiencia o de una manera vicaria, es decir, escarmentando o no por lo que vemos que les ocurre a quienes nos rodean. Estamos preparados con unas "neuronas espejo" que nos ayudan a imitar o copiar lo que vemos.
Pues bien, tenemos la responsabilidad de ser ejemplos de masculinidad positiva hacia niños y jóvenes. Educar en masculinidades positivas e igualitarias hacia los varones adolescentes es otro punto clave en este blog. Porque...
4- Ritos de iniciación. Hay muchas formas distintas de ser hombre. Se aprende a ser hombre. Los estereotipos de género y la educación en Igualdad tienen mucha importancia en el paso a la edad adulta ¿Qué tipo de masculinidades y feminidades estamos fomentando?
En el caso de los varones hay numerosas manifestaciones de pulsos, peleas, formas de medir la fuerza, la resistencia, la "competición entre machos". (El tema de las competencias y la competitividad es clave. Por eso también lo es equiparar el prestigio del deporte femenino, por nombrar otra cuestión muy relacionada).
Dentro de la competitividad, la clave es ser lo "más algo", lo que sea, aunque sea ganar en "imbecilidades".
|
Adoro a Homer. La autocrítica es muy saludable pero nos entendemos... |
5- Hombres y violencia. En este caso es VIOLENCIA AUTOINFLINGIDA. Es un tipo de violencia que se ejerce contra sí mismo, contra el propio cuerpo. Está muy relacionado con las autolesiones, o incluso con el suicidio (crónico). (Tema que merece apartado propio).
En el ejemplo de hoy podríamos decir que fue un accidente, ¿pero hasta qué punto? ¿La imprudencia es una forma de suicidio? Tiene mucha relación con la salud y con los demás puntos. Tenemos que analizar todo esto para comprender la relación entre las conductas no saludables y el tipo de masculinidad.
Hay que aplicar perspectiva de género a las drogas, a la velocidad, a todas las conductas de riesgo. Es otro tema recurrente en este blog que tiene mucha importancia.
La idea general es que la socialización en un modelo machista y patriarcal "promueve y naturaliza" ejercer la violencia hacia las mujeres, homosexuales y hacia otros machos, y en este caso el "otro macho soy yo".
6-Fratrias masculinas. Otro pilar fundamental es el contagio de estas conductas en grupo. Vuelve a relacionar todos los puntos entre sí, por lo cual no voy a repetir las conexiones con cada uno.
Para contrarrestar los efectos de la pedagogía patriarcal en grupos, propongo los "grupos de hombres" (igualitarios) donde nos podemos regalar espacios para la reflexión, para ayudarnos unos a otros a trabajar por la Igualdad, y renunciar a los privilegios (muchos son envenenados, también debo decirlo), para aprender a ser hombres (felices) en grupo.
Recuerdo hace 25 años, estando en la universidad, haciendo el servicio militar (periodo obligatorio muy rico en anécdotas sobre estos temas) y ocupándome del botiquín, me enteré de unas competiciones clandestinas que hacían en el cuartel. La machada consistía en pasar la tarde del sábado tomando cerveza. Algunos de los concursantes cuando superaban los veinte litros (eso decían ellos) tenían que ser llevados al cuarto de baño entre varios. Ganaba el que bebía más antes de quedarse dormido. No me atreví a denunciarlo, fue un dilema ético. Me limité a dialogar con los que "se dejaban", intenté disuadirlos, y "rezar" para que no ocurriera ninguna tragedia.
7- Prevención. Las masculinidades igualitarias, no heteropatriarcales, son la mejor prevención.
Cada vez habrá más hombres que no se encuentren cómodos en ese papel de machos. Cada vez seremos más. Cada vez habrá más hombres familiarizados con este tema. Aprenderemos a explicitar con palabras y con sentimientos. Cada vez habrá más hombres que ante estos alardes, en vez de aplaudirlos, nos darán verguenza ajena, dejaremos de mirar para otro lado y lo criticaremos sin ambiguedades.
Es un alivio saber que aquellos que hacen este tipo de cosas (y otras menos extremas) son unos imbéciles, o al menos están equivocados. Y las mujeres que se apunten a hacerlo y a imitarlos, también lo serán. El prestigio social irá migrando a conductas saludables e igualitarias.
Repito una vez más. Estamos socializados en demostrar "la hombría" en estos términos. Reflexionar sobre ello nos aleja.
Alardear de un tipo de virilidad es mostrar y convencer a los demás quién ejerce el poder y quién está legitimado para ejercerlo. Son ritos simbólicos, a veces se presentan como proyecciones o caricaturas y otras son más explícitas y poderosas.
Estas demostraciones de hombres duros, que soportan el dolor, y se exponen a situaciones extremas, en el fondo son poses de una potencia sexual añorada, dirigidas hacia las mujeres y a los otros hombres y en cierta forma son formas "estéticas"(?) de violencia simbólica. Me explico mejor:
Se dan en cierta forma las "paradojas de la racionalidad".
¡Es que yo estoy un poco loco! (decía un adolescente cuando le preguntaron por qué participaba de estas competiciones).
Con la convivencia nos mostramos ante las personas con las que vivimos explicando de mil maneras "aquello de lo que somos capaces de hacer", o dicho de otro modo, nos salimos de conductas totalmente racionales, para mantener el control y así no ser manipulables.
"Si me comporto siempre como es debido y dentro de un rango de racionalidad, regalo a la persona con la que vivo la valiosa información de los límites para la confianza. Paso a estar en sus manos. Cedo la posibilidad de ser manipulado".
Por el contrario, y dicho en plural, cuando hacemos locuras, y aseguramos nuestra disposición a hacer alardes sin límites, advertimos de que tenemos opciones para ser el "macho alfa de la manada". La supuesta falta de control es una pose, violencia simbólica. Son estrategias de las relaciones de poder. Interesa demostrar que uno puede ser impredecible. Muchos hombres están enganchados a hacer este tipo de chantaje, para seguir jugando con cierta ventaja en las relaciones de género ¿Me expliqué?
"La armadura sabemos que está oxidada, hay pánico-pavor para quitárnosla en ocasiones, pero en otras no interesa del todo. Hay "añoranzas del guerrero", y es util en cierta forma.
¡Pero ahí está la gracia, amigos! Las relaciones están basadas en la confianza, y la igualdad es equivalencia, "tu como yo, yo como tú". Exige hacer una apuesta, "tomar partido" y la voluntad de ponerse en camino. Tenemos que estar convencidos de que es esa igualdad la que deseamos. Así, cada uno y cada una, podremos vivir la riqueza de la pluralidad pero en el mismo plano. (Muchos todavía no se lo creen).
Otros muchos (sin pararse a pensarlo) dirán que saco las cosas de quicio, pero no se dan cuenta del valor simbólico de los detalles cotidianos. Hay machismo que agrede y otro tipo de machismo que comunica. Están tan intimamente conectados como el fuego y el humo que este genera.
Vivimos en un mundo globalizado donde coinciden dos grupos de situaciones a la vez: por un lado aquellas ocasiones donde la armadura está guardada en el "armario" y que la sacamos como un disfraz o como un juego en la "fiesta de moros y cristianos",por ejemplo, o en un micromachismo cotidiano. Y a la vez, el telediario está plagado de guerras medievales o feminicidios, que son la pedagogía del patriarcado y que nos recuerdan cómo son los hombres y cómo se resuelven los conflictos. Fuego y humo a la vez. Por el humo se sabe...