45 ¡Jorge tiene una hija
ideal!
El caso es real, por lo que voy a cambiar los nombres para
que nadie los reconozca. En el hipotético caso de que me lea el papá
protagonista, y es bastante probable, espero que no se moleste y le sirva únicamente para hacer una
reflexión.
El padre de Eva estaba muy orgulloso de su hija. En eso
coincidíamos los dos y también en que Eva y mi hija iban a la misma clase por aquel
entonces. Las dos alumnas brillaban en sus notas, pero como eso era una
cualidad pública, no hacía falta remarcarlo. Jorge, el padre de Eva, estaba
jubilado. Y para remarcar las bondades “privadas”
de su hija, exclamó muy orgulloso
- ¡Eva me prepara todos
los días el desayuno!
- ¡Ostras! – expresión
que se me escapó, sin dejar muy claro en dónde radicaba mi sorpresa.
A mí eso no me había ocurrido nunca. Hacía muchos años que yo
había dejado de prepararle el desayuno a ella. Eran los mismos años que hacía
que ella sabía preparárselo a sí misma.
No tengo ni idea, ni es algo que me preocupe ahora, si dentro
de treinta años será ella quien me lo prepare a mí cuando yo no sea capaz de
hacerlo.
-
¡Claro, como su madre trabaja, la niña me lo
prepara – respondió por si no hubiera quedado claro.
-
¡Ya! – le respondí evidenciando que lo
había entendido. Tampoco me atreví a decirle que con 17 años no eran tan niñas.
El padre de Eva fue
generoso todavía más en dar explicaciones sin que nadie se las hubiera pedido.
Era evidente que lo tenía muy claro:
-¡Fíjate, así nos
evitamos contratar a una chica!
Me quedé callado, en silencio, muy preocupado ¿Estamos en el
siglo XXI?
La reflexión la tuve después conmigo mismo y me gustaría
ahora saber tu opinión. Lo que te adelanto es que automáticamente, lo primero
que pensé fue darme cuenta de que Eva era hija única. Me puedo imaginar alguno de los comentarios de su padre en el caso
de que hubiera tenido un hermano.
Me preocupan los niños varones que se educan aún en ese ambiente.
Me gustaría saber si la conducta de Eva
sería la misma si no estuviera sola. Han pasado unos años y quisiera saber que piensa hoy Eva de todo esto.
46 ¡La culpa de todo la tiene el tabaco!
El motivo aparente de conflicto, según la madre, es que el padre es fumador, y fuma mientras
conduce, es decir, delante de los niños. Tampoco le deja conducir a ella.
El padre no lo entiende. Le parece exagerado, siempre tiene ella que sacar las "cosas de quicio". Le acosan por
todos lados. En el trabajo no puede salir a fumar a la calle como hacen sus
amigos, "el puto gobierno ese" que se mete en la vida privada de la gente, y en casa acepta a regañadientes tener que salir al balcón incluso en
invierno. El abuelo siempre fumó delante de él y sus hermanos cuando eran
pequeños y crecieron muy sanos. Tiene hoy 85 años y sigue fumando como un carretero.
-¡No soy un mal padre
solo por eso!- suele decir
-¿Cómo que fumar
delante de ellos es “malos tratos”?
-¿Nos hemos vuelto
locos?- sigue diciéndose así mismo, recordando algunos mantras que recibe a diario.
Siempre le promete a su mujer, a la fuerza, que no encenderá
un cigarro cuando ella se baje del coche, y ya no lo pueda ver pero es superior a sus fuerzas y no
tarda ni medio minuto. La madre le
interroga a su hija, porque no se fía. La hija miente, lo prefiere a los
gritos ¡El día que se chiva resulta
mucho peor! La situación pinta muy mal, la escalada de los gritos y las broncas
crece cada día. Cuando lo conflictos no se hablan acaban pagándolo las criaturas.
Noelia Fernández cumple ese día diez años. La maestra le
pregunta el motivo por el cual tantos días llega al colegio llorando.
-La culpa la tiene el
tabaco- le dice su alumna.