¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



martes, 30 de diciembre de 2014

Infancia y muerte. Las guerras es machismo, ¡no te fastidia!


Hoy he tenido un sueño. Me despertaba con diez años escribiéndole una carta a otros niños y a otras niñas, sobre el terror y la guerra. Sobre ese mundo en el que crecen. Me he despertado con ansiedad y miedo preocupado, con una preocupación infantil.. Creo que ha sido una pesadilla, o quién sabe si un grito inocente de una inocencia perdida.



Mi nombre es Manuel pero en mi familia me llaman Lolo. Querida amiga y querido amigo eres como yo, ¿entiendes el mundo en el que estamos creciendo? ¿No veis lo mismo que yo? Son cosas muy claras y evidentes.

Os voy a contar lo que veo. Los adultos dicen que viven en un mundo donde mandan los gobiernos, y una cosa que llaman democracia que debe consistir en reunirse  para hablar y contarse sus cosas, unas personas que ganan un concurso. Cada vez hay más mujeres en los gobiernos de algunos países, es la verdad. Y yo lo que veo es que las cosas no funcionan como dicen , o mienten o no se enteran.

El dinero, la guerra y la violencia es lo que manda. Es la ley del más fuerte. No sé nada de una época que llaman Edad Media. Tiene que ser algo que está en medio entre una cosa que llaman la época de las cavernas y la época moderna o actual.

Pero no tengo ni idea por qué lo separan ya que parece que son iguales las tres partes. Quien tiene más fuerza consigue lo que quiere a lo bruto. La fuerza la tienen los hombres en general, todo el rato se están haciendo pulsos o pegando los otros chicos de clase para saber quién es el más fuerte.

Hay una niña en mi curso que abulta el doble que yo y es más fuerte que yo. Lo imagino por la manera en la que se comporta. Se llama Ángela. El otro día me trató mal cuando le pedi un favor. El hecho de que sea niña lo único que demuestra es que  realmente se impone la fuerza, que ellas pueden hacer lo mismo que ellos si pueden o quieren. Yo, sin embargo, parece que no pinto nada y paso mucho miedo. Esa es la verdad. Yo nunca me he pegado con nadie porque estoy seguro de que si me pegara en el patio perdería siempre. A veces me gustaría ser como esa niña que no le tiene miedo a los demás chicos.

Los más fuertes cuando son mayores consiguen el dinero para conseguir más cosas.


Fabrican armas para tener más fuerza, y para tener más dinero y enseñarnos cómo funciona todo esto, quién triunfa y quién puede triunfar. Da igual que digan otras cosas, es mentira, y da igual que mientan. A los menores nos enseñan que no hay que mentir.


Las mujeres tienen menos fuerza, pero si hacen lo mismo que ellos, están por encima de muchos hombres y así las aceptan los hombres fuertes. Si tienen dinero también pueden ser aceptadas por ellos, pero son unas pocas.

Me gusta pensar y tener ideas. Y me he dado cuenta de que le llaman discrepar cuando no se coincide en las ideas. Por ejemplo, a mí me gusta el helado, y a mi amiga María las tartas, pero no discutimos por eso. Si yo quiero jugar con ella y sus amigas, y ella prefiere que no, tengo que conformarme. Pero, ¿por qué se le llama enemigo a quien discrepa? Seguro que tiene que ver con eso de pelear para conseguir las cosas, que tanto gusta a los chicos.

Pero hay otra cosa que me pregunto. ¿Ellos cuando nacen son tan inofensivos como yo?

¿Qué ha pasado para que ellos se hagan fuertes y violentos y sin embargo yo siga siendo igual de inofensivo? El día que yo tenga un enemigo, ¿qué es lo que voy a hacerle? ¿Le dejaré en Paz? ¿Qué es lo que ocurre para que se pase la línea roja y se haga daño a un enemigo? ¿Simplemente porque se puede, porque se es más fuerte? Eso es lo que veo que pasa. Por esa regla de tres es normal que se corten brazos o cabezas, ¡no te fastidia!

¿Yo cuando sea mayor cómo me comportaré? ¿Haré eso cuando pueda y con los que pueda o tenga más fuerza que ellos? Espero que no. A menudo cuando alguien de clase hace algo mal, la profesora no se entera y no le pasa nada. Otras veces se entera y mira para otro lado.

Una vez ocurrió algo mucho peor. Se enteró y se fue a quejar al director. Es muy raro pero salió la profesora llorando del despacho del director. Al que se portó mal no le pasó nada, ni le castigaron. Esperanza, que dice que quiere ser de mayor reportera me contó que sabe que el director es amigo de universidad del papá de ese niño. Creo que le llaman impunidad a eso, y corrupción.

¿Cuando sea mayor me comportaré mal cuando me beneficie de la impunidad? ¿Me impondré por la fuerza cuando pueda? Espero que no.

Para eso vamos a la escuela. Para aprender. Para aprender a comportarnos. Para que no abusen de nosotros los más fuertes. Para ser libres. Para ser más felices ¿no?

Veo en los periódicos todos los días ejemplos de la violencia. Los periódicos y la televisión y los ordenadores son como los libros de texto del colegio. Se aprende mucho, lo bueno y lo malo. Todo se aprende, de mil maneras conocemos las reglas del juego.

Hay cientos o miles de esos hombres, casi todos hombres, que fueron niños como yo, que matan y usan la fuerza, el dinero que roban por la fuerza, y armas. Todo eso se lo dan otros hombres millonarios y poderosos que piensan como ellos. Así meten miedo a todo el mundo.

Es lógico que maten a los niños que van al colegio. Y es más lógico aún que maten a las niñas que van al colegio. Así lo tienen todo mucho más fácil.


 

Dicen ellos mismos que lo hacen por su Dios. Yo sé que no es verdad, lo saben ellos y lo sabe cualquier persona que lea estas líneas. Las buenas personas que sienten en su corazón y su alma, que hay un dios o diosa, son buenas personas, y no se meten con nadie.

Entonces, ¿hay que hacerles caso por el mero hecho de que lo dicen ellos? ¿Por qué repetimos lo que dicen quienes gritan más, o consiguen las cosas a lo bruto? ¿Por qué parece que nos creemos y aceptamos lo que dicen? ¿Será que también tiene miedo todo el mundo como yo? ¿Pasarán miedo todos los hombres y mujeres que se sientan a contarse sus cosas en los Parlamentos? ¿O serán iguales? ¿O estarán mezclados? ¿Será más simple o cómodo, y lo que pasa es que no saben qué hacer y disimulan? No lo entiendo. Yo cuando sea mayor, en vez de esconderme debajo de la mesa, es posible que aprenda a disimular como ellos.

Es como si yo, que soy español, y cántabro a mucha honra, me juntara con los más brutos y fuera a las provincias de al lado y les robara todo por la fuerza e hiciera daño y dijera que lo hago en nombre de la "Bien Aparecida", la patrona de mi tierra, que es una virgen a la que le reza mi abuela. Mi abuela tendría miedo, se pondría a rezar asustada y no se atrevería a hacer nada, estoy seguro, que la conozco muy bien.
¿También nos haríais caso todo el mundo a nosotros si hiciésemos eso a lo bruto?


Cuando le conté estas profundas reflexiones a mi amigo Jorge, me dijo algo que me hizo reflexionar mucho. Me respondió que era lógico.
¡Manuel, tú es que no te enteras! ¿Para qué van a perder el tiempo dando catequesis y haciendo obras de caridad, si con las armas, violando a las mujeres, y matando, con el terror, se puede conseguir lo mismo a la fuerza?

¿Conseguir lo mismo? ¿Y eso qué es? ¿Alguien ha pensado un poco? ¡Será lo mismo para ti, no te fastidia! A ti te da igual porque no quieres hacer la primera comunión y te interesa creer sus burradas y les haces caso. ¡Pero yo he comulgado este año y estoy muy contento!

El que unos hombres quieran ser como esos dioses que dan miedo, ¡para mí lo que son es "odiosos", no te fastidia!

Además, yo no veo que hagan ningún caso a las mujeres en las religiones ¡Casi lo mismo que fuera de las religiones! ¡Es cierto que parece que dentro están sumisas, entretenidas con rezar e ir a las parroquias, sinagogas y mezquitas, y encargarse de todo el trabajo sucio! Parecido a fuera de las religiones. De cada diez religiosos, nueve son como mi padre o mi abuela. No tienen ninguna culpa, únicamente tienen miedo inofensivo.

Son los hombres que mandan de unas religiones los que se callan cuando otros hombres como ellos pelean con los hombres de las otras religiones , y a su vez con los hombres de fuera de las religiones ¡como en la Edad esa del medio!




Dicen también en todos los periódicos y teles que, aparte de causar terror esos impostores odiosos sin alma, producen mucha atracción, fascinación en hombres jóvenes y no tan jóvenes que están desempleados.

¿Nadie se pregunta por qué pasa eso? ¿Nadie se plantea cómo nos quieren educar a los niños varones, y seguir educándonos cuando pasamos la edad del pavo, del gallo, del león y todos los animales salvajes que salen en los documentales?

¿Para qué venimos a la escuela, únicamente para las matemácas? ¿Para ser humanos o ciudadanos y ciudadanas no? 
Me encanta la poesía, la profesora Pilar que la quiere todo el mundo nos lee algunas, pero Jorge dice que eso es de nenas y mariquitas. Jorge es machista y nadie le dice nada.

Yo pensaba que veníamos a la escuela para ser felices, y ser buenos hombres y mujeres.

Otra cosa no entiendo muy bien. Dicen todos los periódicos que millones de hombres en paro, osea pobres, hacen de buen caldo de cultivo para ir a la guerra a pelear como en la Edad Media. Y eso lo entienden bien, lo dicen sin chocarles. Ser pobre y no tener dinero para llevar a casa parece que es razón suficiente para despertar el ardor guerrero, violento y viril. Sin embargo nadie ni nada dicen que TODO ESO tenga que ver con el modo de ser hombres, de la masculinidad. Otra palabra nueva que no conocía pero que hay hasta estupendos blogs que tratan de eso. En general se oculta.

Un amigo de mi padre también se quedó en paro, y a partir de ese día se encargó de más tareas de la casa, y yo le veo todos los días en el colegio. Va a llevar a su hija Andrea. Pero, ¡ir a la guerra a matar personas! ¿No hay otra solución? ¿Qué le enseñaron en la escuela? A lo peor fue eso, que nadie se lo explicó así ni lo tuvo en cuenta.

Cuando algún periodista pregunta a algunos de esos hombres jóvenes por qué van, dicen que buscan acción, mucho dinero ya que pagan bien, y muchas chicas ¿Es que no hay otras maneras de enseñar a los chicos? 

Y cuando preguntan a alguna chica muy joven, de las pocas que también las hay que van, de cada cien una o dos son mujeres, dicen que es para casarse con catorce años, para hacer la comida y limpiar, y hacer de prostituta ¿Es que no hay otras maneras de ser mujer, y nadie se lo ha enseñado?




¡Todo eso es machismo, no te fastidia!

No se parece en nada a lo que enseñan en catequesis o tendrían que enseñar, y estoy seguro de que tampoco en las mezquitas o las sinagogas.

Andrea dice que de mayor quiere ser feminista y doctora. Un día discrepábamos respecto a si las mujeres tienen que estar en los ejércitos. Ella dice con mucho sentido que los ejércitos son hostiles para las mujeres, y que no tendría que haber ejércitos para nadie, y que el avance de las mujeres ha de estar en todos los casos menos en los sitios malos. Que los ejércitos no es un avance del feminismo.

Yo la entiendo. Pero creo que discrepo en una cosa. Si seguimos así volveremos a la Edad Media de verdad y nadie se atreverá a hablar. Es necesario que haya mujeres y hombres en los ejércitos que nos protegan de los terroristas y que también obedezcan a las mujeres y a los hombres que se sientan en los Parlamentos a hablar de sus cosas. Y que los ejércitos busquen el bien común, de todas las mujeres y todos los hombres.

Si pensáramos así como Andrea todas las mujeres y los hombres de buena voluntad, no cambiaría nada. Sería peor, cambiaría a mucho peor. Los hombres poderosos machistas, y los ricachones que les pagan el dinero a los jóvenes sin empleo que se van a pelear, seguirían mandando por igual. ¡Los matones siempre se burlan del miedo!
Son hombres ricachones y machistas tanto de Oriente como Occidente. Hacen negocio con el petroleo que roban los que tienen las armas. 

Siempre habrá mujeres ricachonas, o mujeres que se alisten en grupos de matones, como Ángela. Quieren ser como ellos o les compensa. Pero para eso vamos a la escuela, tanto los niños como las niñas. No vale con un puñado de ellas. Tienen que ser muchas más para que se beneficie todo el mundo. Hay que estar en todos los sitios, tanto los hombres como las mujeres, incluido los ejércitos y en esos asientos del Parlamento para que hablemos mujeres y hombres de nuestras cosas. Esas cosas de las mujeres y de los hombres de buena voluntad.

Tengo mucho miedo querido amigo y querida amiga. Esto es lo que veo que no me gusta y necesitaba contaros. Yo cuando sea mayor no quiero ser un hombre así ¿Y tú? ¿Qué tipo de mujer quieres ser?

¡No quiero ser violento! De momento soy inofensivo pero cuando sea joven me gustaría ser pacífico. Y de mayor, quién sabe, quizá lo sea, me gustaría ser PACIFISTA, e IGUALITARIO.







3 comentarios:

  1. Los adultos somos responsables de las preguntas, y sobre todo de las respuestas, que se hacen nuestros niños y niñas, nuestro alumnado. Y sobre todo somos responsables de educarlos para que construyan un mundo mejor, un mundo sin violencia y desigualdades. Ayudemos a tantos "Lolos" a cuestionarse el mundo y a buscar como el tuyo sus propias respuestas.
    Feliz, educativo e igualitario año, Manuel.
    Un abrazo

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    1. ¡Claro que sí! Muchísimas gracias. Es un trabajo colectivo y permanente y amoroso. Feliz año.

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  2. Manuel... Hablo ese nino interior?
    Si nos preocuparamos mas por la causa y no por el efecto... no tendriamos que corregir tan fuertemente al adulto, como resultado una ninez diferente...
    y un adulto seguro de si mismo, sin perjuicios, con autoestima y sin vacios.
    Una ninez que a gritos pide cambios conscientes!!!
    Corazonando totalmente con el articulo.

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