¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



lunes, 20 de julio de 2015

¿Dónde está el poder de unos tacones?

¿Dónde está el poder, cuando hablamos del poder de unos tacones? Reflexión realizada sobre una entrevista a Eva González, en un periódico.

Para poder leer esta entrada es necesario tener en cuenta el holismo y la buena fe como ingredientes necesarios. Me explicaré lo mejor posible.

El holismo procura tener una mirada de la realidad y de los problemas complejos lo más amplia, variada y profunda posible, atendiendo a las relaciones de todo con todo. Holismo en Antropología. Y en este blog hay que incorporar la perspectiva de género para el análisis como algo específico y obligatorio, algo que no suele hacerse casi nunca.

Y la buena fe aquí tiene que ver con la honesta transparencia de querer llegar a algún sitio, con el menor lastre posible de prejuicios y compromisos o hipotecas ideológicas.

Eva González es una presentadora con muchas cualidades. Está gustando  cada vez más, aparte de su belleza física, por su capacidad de trabajo, sentido del humor, y diversas habilidades sociales, entre otras. 

Tomo estas características de la entrevista que le hace una mujer periodista en un periódico. Yo lo comparto.

El peso de la imagen en el reconocimiento que logramos las personas en el lugar de trabajo, o en la aceptación en las relaciones personales  tiene sus reglas e importancia y las tenemos en cuenta aquí para enfocar la cuestión.

Me he llevado muchos cabreos en mi vida con ese tema y todas sus variantes. Es muy injusto que los elementos de adscripción, es decir, aquellos que no tienen relación con el mérito, como el lugar de nacimiento, la clase, el género, etc condicionen a favor o en contra. Unas personas jueguan en clara ventaja respecto a otras en este juego de la vida, ya desde el principio.

Una persona “considerada fea por las demás, (sobre todo si es mujer), dependiendo de quién se trate, en qué escenario se mueva, y el grado de fealdad (según el canon hegemónico), va tener que superar muchos más obstáculos, que otra más agraciada.

Y en aquellas situaciones donde el mérito cobra importancia (en teoría), como es el campo educativo, a la hora de optar a una selección para un puesto de trabajo, esas variables anteriormente dichas, influyen de nuevo en el proceso en mayor o menor medida.

El patriarcado pretende que solo los hombres sean sujetos, agentes de autoridad, y tiende a considerar a las mujeres como un objeto cuando salen de su ámbito doméstico. Esta es una de las cuestiones que hay que erradicar.

Nos estamos moviendo ya en el ámbito de las excepciones a esa regla. Estamos en un momento de transición ¿Qué ocurre en aquellas mujeres que han salido del espacio doméstico?

De dicha entrevista, resalto dos preguntas con sus correspondientes respuestas que me ayudaron a reflexionar.

No critico nada, solo muestro. Generalmente explicitamos los datos con la intención posterior de juzgar o criticar. Sin embargo la buena fe de la que hablaba al principio me ayuda a profundizar con mucha más facilidad.

Los juicios son cortafuegos del conocimiento.

Con buena fe, sin juicios, se aprende a fluir. (Sigamos).

Le hizo una pregunta sobre los complementos de la ropa, o sobre el fondo de armario. Me dio la sensación de que se lo preguntaba no de una manera frívola sino como un elemento de estrategia para la vida o para el trabajo.

Eva también lo debió de interpretar así porque le respondió con trucos y tácticas. Le explicó el tipo de ropa que utiliza para según qué ocasión, de tal manera que a veces sacrifica la comodidad, o sus propios gustos en función de otras muchas variables o intereses. Señal de inteligencia reconocida entre ambas mujeres. Bien, yo sigo de espectador.

Ahora no corresponde hablar de otras muchas cuestiones porque quiero llegar a un punto más sutil, y no me quiero alargar. Está claro (por decir algo) que a un hombre de negocios, es difícil escuchar que se le hacen preguntas sobre la imagen o la vida privada. (A veces si. Algo está cambiando por ahí).

Poniendo otro ejemplo, creo que es extraño preguntarle a un hombre algo parecido a lo siguiente:

- "usted era un hombre de la confianza de Emilio Botín. Ahora que ha fallecido, y es presidenta su hija, Ana Patricia Botín, (la primera mujer presidenta de uno de los bancos más importantes del mundo), ¿se atrevería a NO llevar corbata roja ahora, sabiendo que antes era obligatorio o necesario para seguir en el puesto o para ascender? ¿En qué circunstancias haría propuestas nuevas a su nueva jefa?"

El párrafo anterior es pertinente para marcar el nivel de profundidad (es un nivel alto, no te confundas) de la siguiente pregunta que le hizo la presentadora a Eva González y que es lo principal de la entrada de hoy.

- Entonces ¿prefieres tacón o zapato plano?

En la pregunta ya van implícitas muchas cosas. Eva es lo suficientemente alta como para no necesitar aparentar más altura. Su trabajo está lo suficientemente reconocido como para haber podido imponer cierto criterio personal. Va implícito también que muchas mujeres son lo suficientemente altas, que si llevaran más tacón podrían ofender al sistema, al mostrarse más altas que la mayoría de los hombres, y otras muchas consideraciones. La corbata y los tacones tienen un altísimo valor simbólico, y mucho valor en las desigualdades de género.

Eva le respondió de una manera tal que fue lo que llamó mi atención:

- "Creo que todas preferimos plano. Pero también creo que el zapato de tacón nos hace sentirnos más poderosas”

Por varios indicadores personales, y cierto trabajo de campo sobre el perfil de los lectores y lectoras de este blog tengo calculado que son mujeres en un 90%.

Por eso me voy a dirigir a los hombres que están leyendo estas líneas, (que no son pocos, aunque sean el 10%) y decirles por qué llamó mi atención la respuesta de Eva. De hombre a hombre…

Cuando dice que todas prefieren zapato plano, pienso que dice que, (según su experiencia),  en condiciones de libertad absoluta las mujeres preferirían estar cómodas. Eso es lógico.

Al incorporarse las mujeres al trabajo remunerado en la esfera pública y tener que competir con sus compañeros, para jugar con la menor desventaja posible, lo lógico sería en principio que fueran lo más cómodas posible para aguantar muchas horas de trabajo sin fatiga. Si usan tacones a pesar de eso es porque creen o les han hecho creer que "ganan por otro lado", o "tienen salvoconducto o menos desigualdades que las que no consienten". (Todo entre múltiples comillas).

Aquellas mujeres que se han acostumbrado a llevar tacón y dicen que lo prefieren, probablemente les compensa por la razón que sea. Han conseguido un nivel X que de momento les vale, y asumen los inconvenientes de unos tacones incómodos (repito que porque les compensa, o las hace más competitivas).


Cualquiera que quiera ver una radiografía de un pié en su tacón de aguja comprenderá facilmente que no puede ser saludable y tiene que doler llevándolo horas.

Cambia la estrategia cuando es para una boda, o dos horas en una fiesta. (Dicho por varias mujeres).
Opino que en el momento que un zapato plano tuviera un prestigio social alto, muchas automáticamente dejarían de usarlo.

Cuando he preguntado a mujeres su opinión al respecto, me han dado diversas razones y hecho comentarios, pero yo me pregunto:

Decir que te pones tacones para ir a la oficina porque el cuerpo se estiliza y te ves más sexy, ¿no estás reconociendo que vas al trabajo a seducir o que lo necesitas hacer para supervivir en él? ¿No estás dibujando las normas o reglas del medio en el que te mueves? ¿No estás admitiendo (dando por buenas) las reglas de la erotización de las mujeres? ¿No estás admitiendo sin cuestionar los cánones estéticos impuestos de un determinado tipo de mujer propio de sociedades machistas? Como estoy hablandole a otros hombres... ¿te das cuenta cómo te complica todo esto para hacerte una imagen mental positiva e igualitaria de tus compañeras de trabajo?

Pero la respuesta que da Eva dice más cosas , dice que NO hay libertad. El tacón hace poderosa a una mujer porque son las reglas del patriarcado las que se imponen. La mujer sin tacón no es poderosa. Entra en el canon cuando es aprobada por la mirada de los hombres. Cuando es deseada, admirada como objeto estético o sexual. Preferirían estar cómodas pero no lo hacen porque se les inculca constantemente cuál es el modelo de mujer o de feminidad que se busca.


Las mujeres que no quieran ser objetos y aspiren a ser alguien pueden optar a ser sujetos (sujetas a una tortura) pero con la obligación de utilizar ese nivel de empoderamiento que se le permite, con lo que ahora se llama en los manuales de economía o empresariales “capital erótico”, y hace treinta años se hablaba de “armas de mujer”.
Las armas de hombre son las armas propiamente dichas, y las mujeres están en posición subordinada. Si pretenden tener algún tipo de poder, han de usar las armas de su capital erótico, que ahora ya cotiza en el mercado patriarcal, el de las reglas de los hombres.
¿Me expliqué?
Pues bien, amigo mío, de hombre a hombre te digo que cada vez hay más Evas y más periodistas. Se están preparando en la clandestinidad. Afirman NO ser feministas, (muchas de ellas) como parte de su particular estrategia. 

Dentro de unos pocos años se notará la influencia y las interacciones del trabajo oculto durante años de  muchas de ellas.  En unos pocos años, cuando el  poder real y efectivo esté más repartido, la diversidad de las estrategias se multiplicará.


Únicamente los hombres sensibles que se hayan dado cuenta de todo esto, y vayan haciendo un proceso de cambio personal hacia la igualdad entenderán algo y serán competentes para las nuevas reglas (menos patriarcales). Mi trabajo consiste en acompañarlos en este proceso.

Muchas abandonarán los tacones o los usarán de otra manera. (Hoy los tacones es un símbolo. Supongo que os habréis dado cuenta que me refiero a otros muchos).

Muchas se empoderarán de otras maneras, como ya lo hacen.

Repito que todo esto también forma parte del trabajo diario de los profesionales de la igualdad y las masculinidades. Los Planes de Igualdad de las empresas es mucho más que el no discriminar el acceso, la formación, iguales salarios, conciliación, o prevención del acoso a las mujeres. Es muchísimo más. Las vestimentas y la imagen en el trabajo, la convivencia y los conflictos, el trabajo comercial y de marketing, las relaciones de poder, afinidades, etc en las nuevas empresas, nuevos escenarios, nuevas relaciones...Planes de Igualdad

Y los hombres tenemos que ponernos las pilas en todo esto.

Holismo, buena fe, y masculinidades…

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