¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



domingo, 30 de agosto de 2015

Àlvaro y su padre Daniel leen juntos el periódico

Con las tres píldoras de hoy pretendo mostrar la importancia de educar la mirada. Con las gafas violetas aprendemos a ver y mirar, a oir y escuchar con una perspectiva de género. Eso significa estar sensible a las desigualdades de género, a la importancia de construir una masculinidad igualitaria. Si leemos los medios de comunicación con esa sensibilidad, lo hacemos con intención pedagógica, es decir, implicándonos en la educación y cuidados de niñas y niñas, si consumimos televisión o cine, con reflexión y espíritu crítico, o vamos por la calle fijándonos, será la única manera de comprender algo, y tener opción de cambiar y mejorar. 


Buendióldora 24


Álvaro y su padre Daniel leen juntos el periódico cuando desayunan el domingo.


El padre normalmente tiene una opinión de sí mismo algo pobre, puesto que está convencido, lo dice con cierta frecuencia, de que es un hombre poco culto ya que no pudo ir a la universidad. Sin embargo tiene claro también que nunca es tarde y por eso ha jugado con su hijo desde que era pequeño, con el periódico. En  su grupo de hombres han hablado muchas veces de trucos para intentar compartir espacios, tiempos, y relaciones con los menores de la casa. Ahora que Álvaro tiene quince años, Daniel es consciente de que tiene mucha suerte puesto que a los dos les sigue apeteciendo charlar sobre las noticias.

 Ese día leen algo que les cuesta entender:

“Ya no habrá que esperar a una sentencia condenatoria para que el acusado de haber asesinado a su mujer deje de percibir la pensión de viudedad. La reforma que se aprobará esta semana en el Congreso establecerá, como medida cautelar, que se pueda retirar tal retribución desde el mismo momento en que resulte imputado”.

Lo leen varias veces, y  sin haber diferencia, como si estuvieran a la misma altura en edad entre uno y otro exclaman algo muy parecido:

ah!, ¿pero esto pasaba?

Leyeron en alto todas las demás explicaciones y por fin lo entendieron. Hace años cuando un hombre asesinaba a su mujer, podía ocurrir que el asesino cobrara la pensión de viudedad (como si fuera un premio cruel que le concedía el sistema por haber hecho una machada al mantener el orden social machista y patriarcal). Ahora ya no ocurre eso.

Ahora la violencia de género es algo que está en las leyes, y está también en el centro del debate social de una minoría, aunque lo esquive la mayoría. La presunción de inocencia decía que había que esperar a una sentencia firme para suspender la pensión. Lo que ocurre es que este tema es tan terrible, y el que se diera es tan absurdo y cruel, un insulto tan odioso a toda la sociedad, y sobre todo a las víctimas, que era escandaloso. Por tanto como medida cautelar a partir de ahora se suspende el cobro de la pensión desde que es imputado y hay claros indicios.

pues menos mal- dijeron los dos.

Se va avanzando poco a poco, mejorando las leyes y adaptándolas al sentido común y hacia el lugar donde queremos que sea de sentido común, o de plausibilidad social. Álvaro y Daniel no saben mucho, o al menos eso creen, pero tienen mucha suerte. Cuando leen el periódico seleccionan esa noticia y no otras, y lo hacen reflexionando sobre qué tipo de hombres quieren ser. Y sobre todo lo hacen juntos, a otros les une una pelota, a ellos el mirar la realidad.


B-25 Volver a ver el  cine clásico con las gafas violetas.

Hace más de treinta años  vi la película del gatopardo. Cuando plancho me gusta poner un canal de cine y en ese momento daban esa película clásica. Durante el planchado de dos o tres camisas nada más, en tan sólo quince minutos pude comprobar que casi  todo el guión de la película tenía interés para el tema de las relaciones de género y las masculinidades. Con las gafas violeta adecuadas, podía darme cuenta con facilidad que trataba de los contenidos de mi trabajo. Fueron tres perlas seguidas que tuve que apuntar en mi cuaderno de notas y que me dispongo ahora a explicar. 
 1) Entra el príncipe en una sala y observa a otro hombre al que conoce muy bien (otro macho) mirando a su chica. Aunque el clima es de broma le responde:

- ¡Qué miras! ¿Cortejas a la muerte?
Una escena idéntica la he presenciado hace muy poco en un grupo de adolescentes. La realidad imita al arte. 
 2) "Una camisa después", un militar saluda a su general diciendo:

-Yo sólo les beso a las señoras. Le beso a usted mi general porque representa a la patria que es también una señora, y los militares amamos a esa señora.

¡ Más claro agua! En la construcción de la masculinidad siempre está relacionado el acceso de las mujeres a una institución, (en este caso el ejército), con los diversos grados de homofobia. 
 3) "Otra camisa después", le explica el protagonista a su chica, que van a fusilar al amanecer a los seguidores de Garibaldi. Ella le espeta asustada y quejosa (como una damisela sensible) que él ha cambiado, que no reconoce al hombre maravilloso y sensible del que se enamoró. Él le aclara respondiendo:

-No, soy el mismo lo que ocurre es que tú no lo puedes comprender.

El caballero se va y se une a otros hombres vestidos de militar que han escuchado la escena y les completa:

Está deliciosa cuando se enfada!

Para construirnos una masculinidad positiva hemos de trabajarnos los tres pilares clásicos que observamos en cualquier sitio, antiguo o actual con un poco de sensibilidad o perspectiva de género que tengamos: el machismo, la homofobia y la misoginia.

Son tres pilares, tres camisas y quince minutos de un clásico.







B-26  Veraneando en mi ciudad harto de ver fantasmas.


Vivo y veraneo en Santander. He tenido la oportunidad una vez más de visitar el interior del palacio de la Magdalena, residencia de verano del rey Alfonso XIII en su inicio y actualmente la sede de la UIMP, Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

En la visita guiada se encuentra un cuadro llamado los fantasmas, que es uno de los platos fuertes del recorrido, donde se observa una foto de familia, del rey con veinte o treinta personalidades de la época. A principio del siglo XX, para que las fotos no salieran movidas, era preciso estarse quieto durante cinco minutos y no parece que dichas personalidades estuvieran acostumbradas a obedecer a un simple fotógrafo, por lo cual hay dos que se movieron, y en el resultado final aparece la sombra de la cabeza como si fueran fantasmas.

La guía emocionada por el momento estelar nos hace una pregunta cuya respuesta a adivinar es el descubrir a los dos fantasmas:

-¿Qué le veis en la foto?

Allí mismo dijeron cuatro o cinco alternativas distintas, alguna muy interesante y otras bastante más rebuscadas.

Como es mi dominio de acción, claramente supe qué decir. Y respondí con una clara intención política:

-          ¡Son todos hombres. No hay mujeres!

Esa no es la respuesta correcta, como es lógico. Yo no pretendía acertar. Todo el mundo sabe que la práctica totalidad de fotos realizadas al principio del siglo XX, aparecen hombres. Y es necesario echar mano de algún estudio feminista para visibilizar la representatividad de las mujeres en la historia. Lo chocante para mí y lo que justifica esta vez que os cuente esta anécdota personal es lo que comentó ingenuamente en alto la guía, una chica muy joven por cierto:

-          ¡Uy, qué original! ¡De todas las visitas que llevo hechas, eso es la primera vez que me lo responden, y me han dicho de todo, hasta me han contado los bigotes!

Esa es la clave. Ya me joroba seguir siendo original con estas cosas. Hombres y mujeres estamos hipnotizados por un orden social patriarcal para contar sólo bigotes. Esta anécdota es objetiva y de una fuerza simbólica poderosa. En ese rango inconsciente es donde tenemos que intervenir. Hasta que no lo hagamos, todo nos parecerá mucho más difícil. Hasta que no incluyamos la perspectiva de género en el discurso, en la cosmovisión, en la práctica cotidiana, todo lo que se avance se evaporará. Será como lo que se estudia la víspera para los exámenes, que aunque se estudie mil veces siempre parece nuevo.

lunes, 24 de agosto de 2015

¡A ver si tienes huevos!



21-¡A ver si tienes huevos!

Antonio tenía miedo de tirarse desde el trampolín de la piscina de su pueblo. El trampolín marcaba tres alturas. Los chicos más machos y ligones (según él) se retaban constantemente para saber quién era el que hacía el alarde de masculinidad más espectacular.

Antonio no era de esos, (muy a su pesar). Él se limitaba a observar ese trampolín que era como un gran falo al borde del agua. Cuanto más alto mucho mejor. La pandilla buscaba por los pueblos de alrededor cada vez trampolines más altos, incluidos los de la ciudad. Por la noche y en climas de fiesta, ciegos o atiborrados de alcohol, la altura parecía mucho más descarada en medio de la desinhibición.

Las chicas que merodeaban por el grupo se limitaban también a observar, con aparente admiración. Antonio observaba junto a ellas, esperando escuchar como siempre eso que le decían con frecuencia:

-¡Antonio, a que no tienes huevos!

Con los meses fueron probando en acantilados. Aumentaron la altura y la dificultad de la cornisa hasta que surgió por casualidad probar con aquello que se estaba poniendo de moda en las Islas Baleares: el balconing.

Cómo mola eso del balconing, qué buena idea! ¡La terraza interior del octavo piso de un hotel es como un trampolín de la hostia!

Antonio piensa que, ¡de esta manera se verá mucho más fácil quién es más macho!
Antonio sabe que todos los que fallecen por lanzarse desde un balcón son varones, y parece que nadie lo dice. Pronto seguramente habrá alguna mujer que lo copie y haga esa misma machada. Cuando las haya no cambiará nada, respecto a valorar que esta estupidez o irresponsabilidad es otro asunto de masculinidades tóxicas, y de cómo los hombres más o menos jóvenes construyen un modo u otro de masculinidad. Algunas mujeres siempre les querrán imitar, pero en este caso aún no ha ocurrido eso.
Antonio como cualquiera con sentido común supone que hasta que no se atienda la educación en otras masculinidades más igualitarias y civilizadas no empezaremos a comprender, hasta entonces no podremos detener estos procesos.

Hay que educar en otros tipos de galanteo, otros alardes de virilidad, los flirteos con el riesgo y la muerte, o las formas de llamar la atención o impresionar a la chica o chico que te gusta, etc No consiste en reprimir sin sentido sino en educar, dialogar, compartir, reflexionar…

Y además por su parte, Antonio sabe que tiene que encontrar un lugar donde abrazar su particular miedo y donde se sentirse cómodo y feliz, en una masculinidad responsable y amable aceptando sus temores y limitaciones. Mucho habría que hablar del alcohol. Mucho habría que hablar de la edad y las nuevas vivencias; los dos últimos fallecidos tenían treinta y ocho, y  cuarenta y cinco años respectivamente, ya no eran tan adolescentes ¿De qué adolecerían?


22- ¡Ese médico es un machista!

¡Qué tipo más antipático!
Ana estaba segura de eso, lo había comprobado. Acompañaba con cierta frecuencia a su padre al oftalmólogo. En otras ocasiones también se había sentido muy incómoda con el facultativo.

Cuando tuvieron que hacer lo mismo con su madre, es decir, acompañarla  al médico, se habían turnado entre ella y su hermano. Hasta ahora no había sido una mujer la médica. Repartirse ambos hermanos por igual las tareas de cuidado era lo lógico y habitual, y lo tenían muy hablado y acordado.

Pero en el caso del especialista de los ojos de su padre, siempre había ido ella, una casualidad. Pues bien, tenía muy observado que dicho facultativo le hablaba muy bajito, nunca le miraba a los ojos a ella, le decía palabras sueltas, incompletas. Cuando le pedía una explicación sobre algo que no había oído o entendido, parecía que le molestaba repetirlo, y lo hacía con la contundencia necesaria como para hacerle creer que ella fuese tonta o ignorante, o descuidada en caso de que insistiera. El padre a su vez tenía una sordera importante, por lo cual no se enteraba mucho, y no podía ayudar. Así que Ana hizo la prueba:

-         Jorge, por favor, el próximo día quince del mes que viene, puedes ir tú?- le pidió a su hermano.

Dicho y hecho. El mismo médico a Jorge le pareció super-encantador. Jorge, con la lección muy bien aprendida, sacó un cuaderno de notas con la intención de apuntar lo necesario y que no se le olvidara nada, pero no fue necesario porque el mismo médico le habló alto, le repitió despacio los datos importantes, una auténtica clase magistral.

Se cayeron muy bien, y le miró todo el rato a los ojos, al parecer era un digno interlocutor, y con la autoridad suficiente como para dedicarle el tiempo necesario.
Jorge no entendió en ese momento las quejas de su hermana. A él le pareció muy simpático, y se hicieron colegas. Aprendió mucho de anatomía del ojo y del desgaste de la retina con el paso de los años, y en el caso de su padre del riesgo que corrían de un desprendimiento macular. Se responsabilizó de la importancia de que no olvidara tomar las vitaminas, de medirse la tensión con cierta regularidad…

Al despedirse hablaron hasta de fútbol.

Jorge es un hombre sensible y se fía de su hermana ¡Si ella lo dice, será verdad! Gracias a su hermana, Jorge tiene la oportunidad de reflexionar sobre su propio machismo y el de otros hombres.
Quizá en este caso lo que no comprendía muy bien fueron las palabras que su hermana espetó al despedirse por la puerta.

-¡Está claro que soy muy fea para este tío! Seguro que si llevo minifalda o un gran escote, me hace más caso…!


23. No me importa que te cobijes en mi cama

No me importa que te cobijes en mi cama,
puede que encuentres calor
puede que frío,
tus preguntas y respuestas
con mis risas y sudores
en perfecto desorden
buscan un espacio con tiempo,
una especie de rocío

miércoles, 12 de agosto de 2015

Educar masculinidades no machistas para prevenir asesinatos racistas

¿Por qué nos resistimos al conocimiento? ¿Cómo podemos darnos cuenta de que en algunos temas aprendemos con normalidad mientras que en otros, aunque no lo expliquen despacio, nos comportamos con terca ignorancia o ceguera?

No hay que preocuparse por eso, es normal en este caso. La pedagogía social y cultural del patriarcado es muy potente y actúa con un diseño programado.

Quienes nos dedicamos a analizar las masculinidades y a visibilizar las desigualdades por el mero hecho de nacer hombres o mujeres somos conscientes de que nuestra pedagogía tendrá alta evaporación sin aparente remedio. Necesitamos que la persona que nos escucha tenga el deseo de salir de su zona de confort por un momento, y esto no siempre es posible. Se esfuma facilmente nuestro discurso, no prende.

Para construir una masculinidad positiva e igualitaria hay dos ideas troncales y habituales de este blog que voy a resaltar y repetir hoy una vez más. Pueden aplicarse a multitud de temas como el que nos ocupa:


1) Cada hombre debe construir una identidad masculina concreta y personal. Al mostrarla, quiera o no, ofrece un determinado modelo que seguramente será múltiple. Con la paternidad, o mejor dicho las paternidades, tenemos la oportunidad especial de ofrecer un modelo positivo de masculinidad, o no. La educación y el cuidado de menores es un campo posible de riqueza y desarrollo personal. No es exclusivo de las mujeres como nos quieren hacer creer. Y no basta con desearlo o explicitarlo hay que ponerse a ello. La coeducación y cuidados pueden y deben ser compartidos, corresponsables e igualitarios. Una paternidad vivida así, contribuye a fortalecer la identidad ¿Se entendió?


2) ¿Comprendes el mundo desde una dialéctica amigo-enemigo? El patriarcado nos machaca desde muy niños en verlo así. Construimos la alteridad, es decir, lo que somos cada uno y lo que son los demás, creciendo con una  identidad del “nosotros contra ellos”. (No estoy afirmando que sea exclusivo de los hombres. Ahora hablo de nosotros). Las armas son necesarias para vencer. Tiene que ser una pelea entre machos. Las mujeres y los niños forman parte del patrimonio que hay que proteger, y por el que hay que luchar. Para el patriarcado, aparte de tener que ser  fuertes, agresivos-violentos y promiscuos (por decir algunos aspectos), también nos enseña lo que NO hay que ser (ni mujer, ni niño, ni marica). Eso forma parte del otro.

Sin embargo en este blog insistimos constantemente que esto no nos sirve. Se puede salir de esta trampa.

Nuestra identidad masculina la construimos en relación. Yo soy, porque soy en relación con relacionalidad. Yo soy los múltiples yoes de todas mis relaciones y debo responsabilizarme de cómo son estas.  Todas esas conexiones son emocionales y racionales a la vez, de una manera diversa. Por eso hay que ocuparse de ellas.

El guerrero necesita escudo y armadura para aislar su individualidad, y el hombre conectado necesita re-aprender a vivir en un mundo hostil, como las demás personas que se encuentran en su mismo caso. (Ya lo siento, tiene sus inconvenientes, y muchas ventajas si te las trabajas).

EJEMPLO para hoy:

Un joven asesina en junio a 9 personas negras en una Iglesia metodista africana en Carolina del Sur

Durante quince días leí y escuché toneladas de información al respecto, seleccioné editoriales, desarrollos de la noticia, tertulias, datos y clasificaciones…

Un crimen incomprensible, nadie se lo explica, bla, bla, bla… Hablaron de todo menos de algo principal. Hablaron de jóvenes en general, de drogas, de fracaso escolar (en general), de modelos de familia (sobre todo la tradicional), de religión, de armas, de raza, de la historia de Carolina del Sur…  NADA DE GÉNERO NI TIPOS DE HOMBRES. Tengo que resaltar que ESO QUE OMITIERON Y QUE DESARROLLARÉ ALGO AQUÍ, además, lo bordearon de tal manera, y tantas veces, que dibujaron perfectamente la silueta de lo que no quisieron nombrar. (Algo sospechosamente difícil).

En los problemas complejos hay causas compuestas, e influencias multifactoriales. Entre las víctimas hay mujeres y hombres, pero los asesinos son casi todos hombres y parece que nadie se pregunta por qué. Es preciso analizar aspectos de la identidad masculina y aspectos de los procesos de construcción de la masculinidad.

Sueltan sin profundizar, y probablemente sin darse cuenta, numerosas perlas que muestro más abajo.

¿Por qué nos resistimos al conocimiento?
Algunas perlitas:

1) ¡Os lo merecéis porque los negros estáis matando a nuestras mujeres! (Eso es algo que gritó en más de una ocasión mientras los iba matando). Él si se tomó la molestia de desagregar por sexos. Se refiere naturalmente a los hombres negros que violan a nuestras mujeres (blancas). Un asunto entre guerreros. Las víctimas siempre son culpables por agredir al orden establecido. Asesinó al reverendo de esa parroquia, es decir, preguntó por el lider directamente.

¿Por qué no empezamos a atender de una vez por todas a la educación afectivo-sexual de nuestros jóvenes varones considerando la relación con las mujeres? Se trata de eso. ¿Por qué no introducimos en la formación en igualdad de las escuelas, una educación libre de machismo, misoginia y homofobia? ¿Por qué no incorporamos las masculinidades?

2) Su padre es un militante confederado sureño conocido y confeso. El revólver que usó para matarlos se lo regaló dicho padre en su quince cumpleaños. No me puedo extender, pero es un símbolo muy poderoso de la antropología patriarcal.
Un rito de iniciación o de paso de la masculinidad del guerrero perfecto. Con este gesto objetivable se expresa el modelo de paternidad que se quiere transmitir.

El mundo de las armas es muy machista. En los EEUU hay días especiales para mujeres, para que puedan aprender a manejar armas sin el acoso constante de otros hombres.

3) Sus padres están separados. (Esto no es importante ahora. Demasiada gente se aprovechó de esta etiqueta ,“familia desestructurada”, para desviar la cuestión y repetir superficiales frases sin pensar). Lo que sí resalto es que le correspondió a su tío (otro macho) el representar a la familia e identificar los videos de la policía. En su declaración expresó:

todo el mundo va a mirar a esta familia pensando que crió un monstruo, pero su madre no lo educó para ser así”, (ya sabemos a quién responsabiliza porque era su obligación) y añadió, “yo mismo le ejecutaría si me dejaran”.

Releedlo por favor más de una vez. (Las leyes votadas y consensuadas por toda la población deben parecerle unas mariconadas a este señor. Menos mal que no le dejan). El patriarcado juega al juego de las siete y media. Hay que mantener el orden social cerca del 7, y por eso obligan a pedir cartas y se escandalizan lo justo cuando a uno de sus miembros se le va la mano y se pasa. Recrimina al que asesina a su mujer, o viola mujeres pero solo en la parte del exceso, en la punta de un iceberg, sin importar todo lo que hay por debajo ¿Me estoy explicando? La hipocresía y el cinismo van encaminados para que se controle el orden natural sin llamar la atención o mancharse las manos.

Es mi obligación leer entre líneas y decir las cosas como no las dice casi nadie. Este blog tiene sentido porque no es teoría, sino que completa con una explicación lógica, (esa es mi opinión y espero que me digas tu opinión), de la mayoría de los temas cotidianos.

La pregunta clave es:

¿Qué tipo de educación estamos ofreciendo a nuestros hijos varones? ¿Qué tipos de hombres estamos apoyando, estimulando, felicitando, premiando, y a cuales estamos criticando y reprobando de verdad?

Está muy bien llevarlo todo a preguntas al aire, a brindis al sol, sobre la complejidad de los conflictos, y lo inexplicable de los crímenes horrendos, pero mosquea un poco, (resulta sospechoso) que se invisibilicen por completo la líneas de investigación que incorporan la perspectiva de género y masculinidades.

Me gustaría decir algo del mesianismo guerrero de los machos alfa y sus aspirantes. El macho alfa es el líder del rebaño y el encargado de poner las cosas en su sitio. Se creen en el deber de salvar al mundo. Nos recuerdan que el chico autor de los asesinatos era muy tímido, con fracaso escolar, historial de consumo de drogas, como si hiciera falta buscar excusas. Simplifico mucho, pero fue humillado en su hombría en los términos de la masculinidad tradicional.

-¡Por aquí no dejamos que gente como esta se salga con la suya!- esa es otra de las frases que repitió mientras los mataba.

El supremacismo blanco en Carolina del sur es un caldo de cultivo ideal para que un tímido, humillado por otros compañeros en el colegio demostrara  de lo que puede ser capaz. Estos tímidos no son machos alfa, sino perdedores. Es muy fácil de entender. Es muy fácil que aparezcan miles de tímidos, y fracasados escolares o fracasados laborales por todo el mundo (con los criterios de éxito laboral de macho proveedor exclusivo) que se sientan atraidos por una marca racista o la del Estado Islámico ¿Me expliqué?

No se educa en masculinidades en los adolescentes, y se les tiene totalmente desatendidos, sobretodo entre otras cosas porque un porcentaje muy alto de la población no comprende estas líneas. Insisto, ¿me expliqué?

Permitidme una reseña histórica sobre el caso de Carolina del Sur y el machismo estructural. La historia del colonialismo es la historia del patriarcado. En la costa oriental Atlántica de los EEUU es parecida:

Los primeros corsarios ingleses como Walter Raleigh instalaron colonos por la fuerza en la isla de Roanoke, cerca de la costa de Virginia imponiendo su presencia sobre la de los originarios indígenas. Hubo varios intentos de pisar tierra firme,  en la llamada colonia perdida, en torno a 1590. La primera colonia de Carolina fue refundada en 1663, con Charleston como capital en 1670. Fue posible gracias al cultivo de subsistencia de artículos como el arroz, el añil o el algodón gracias a plantaciones esclavistas. Si se me permite el simil, los diez o doce millones de esclavos arrancados de África y llevados a toda América durante tres siglos fue un pecado original muy difícil de reparar. A Carolina del Sur arribaron algunas decenas de miles. Desde siempre la población negra multiplicó en varias vaces la de blancos. La supuesta supremacía siempre fue a la fuerza ¿A alguien le extraña que el feminismo y la abolición de la esclavitud tengan tantas coincidencias históricas? ¿A alguien le extraña que las resistencias en ambos temas coincidan en los relatos y en los sujetos? ¿A alguién le extraña que ondeara la bandera Confederal después de la tragedia? Hay apoyo estructural. Los cambios serán poco a poco.
  

Las guerras de sexos, de religiones o raciales son el catálogo encarnado de eso que no queremos ver ni atender. La perspectiva de género y masculinidades es transversal a todo lo demás, las drogas, al fracaso escolar, etc No pretendo decir que lo que aporto yo, y en lo que insisto, sea lo único. Lo que digo es que ¡TAMBIÉN hay que añadirlo! 

¿POR QUÉ RECORTAS UNA SILUETA TAN NÍTIDA? ¡YO A LO QUE ME REFIERO ES A LO QUE HAY EN EL MEDIO, HABLO DE LO QUE OMITES!

Para terminar, me preocupa especialmente que el propio asesino expresó que se sintió poderoso teniendo un arma. Es evidente. La ley del más fuerte es la ley de las armas. En este juego perverso de las siete y media se desvía hacia excusas. Se habla de las drogas, o la enfermedad mental, , para omitir cuales siguen siendo las reglas del juego, para omitir quienes y cómo tienen que ser quienes aspiran a mandar.

¿Pero, qué decían sus amigos?

Uno de ellos ha confesado que  acudían frecuentemente un grupo de chicos, en grupo, a beber vozka a un club de striptease. En dicho garito le escuchaban decir a menudo obscenidades a las chicas, sobre todo si eran negras
Cuando iban por la calle se metía con ellas, y hasta les amenazaba con pegarles un tiro.

- ¡este tío aparte de racista es tonto! - le dijo su amigo a la policía - ¡pero yo no juzgo a la gente!

¿Cuándo atenderemos en los centros educativos a la igualdad de una manera completa, en serio, dándole la importancia que tiene?

¿Cuándo le daremos la importancia adecuada al comportamiento de los varones en grupo?

¿Y a la consideración de las mujeres como objeto sexual, como inferior? (El que sea negra solo le añade un escalón menos, una alteridad más inferior).

¿Cuándo vamos a atender en las escuelas a los comportamientos de otros hombres cuando miramos para otro lado ante la violencia de género o los malos tratos?

A este amigo suyo habría que explicarle que es complice si mira para otro lado. Somos como son nuestras relaciones por acción y por omisión. Hay que ser firmes y sin ambiguedad a la hora de reprobar la conducta de otro hombre.

Si no lo hace es responsable del machismo estructural y legitima o contribuye a legitimar al patriarcado.

¿Se ha entendido? Los mal llamados "lobos solitarios" añoran un patriarcado puro y medieval (en sus diversas concreciones), y se revolverán individualmente o en grupos si encuentran la marca adecuada. Tenemos trabajo pendiente. 

Es urgente educar en masculinidades no machistas para prevenir, entre miles de casos, noticias como esta. Si no lo hacemos ya, veremos los telediarios plagados de sucesos y de gentes que lo cuentan con las manos en la cabeza, y sin comprender nada.