¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



martes, 21 de mayo de 2013

Desde la frontera se divisan más países. Sacramentos y Andrés Torres Queiruga.





Te invito a que antes de hacerte una idea de lo que vas a leer, esperes al final.

Todos somos teólogos o somos teólogas porque interpretamos nuestra Fe. La  comunidad de base Ignacio Ellacuría (Ignacio Ellacuría), a la cual tengo el honor y la alegría de pertenecer, tuvimos en casa al teólogo Andrés Torres Queiruga. Es uno de los más lúcidos, honestos e interesantes de la teología internacional para todo el mundo, creyentes o no. Tiene libertad para hacer teología. Eso le ha dado algunos problemas pero ningún profeta lo tuvo fácil, ni siquiera un tal Jesús del que decimos ser seguidores. Fue un momento de diálogo para compartir la Fe, personas de Iglesia que como nos enseñó el Concilio Vaticano II, la Iglesia es la Asamblea del Pueblo de Dios. Nos habló de los sacramentos y de cómo se pueden vivir hoy mejor.

¿Sigues ahí? Vamos a utilizar la herramienta nº 2 y desagregaremos minuciosamente por sexos. En charlas diversas, el aula de Teología, o conferencias del Obispado, donde las imparten teólogos, sacerdotes, hombres en su gran mayoría, escogidos por la jerarquía,  la participación suele ser paritaria o con presencia mayor masculina, en torno al 60% de hombres. Cuando la persona invitada es teólogo de frontera, adaptado a los tiempos, joven, o persona invitada por grupos progresistas, la participación de mujeres en este caso siempre es mucho mayor. Esa tarde estuvimos en la sala un 68% de mujeres y 32% de hombres. Es parecida a la habitual hoy por hoy en actividades cotidianas o celebraciones en temas de Iglesia. Y muy parecida a encuentros literarios, por poner otro ejemplo. Dentro de temas teológicos, cuando la conferenciante es una mujer teóloga o se trata de temas de mujeres en la Iglesia o fuera de ella, la asistencia de mujeres es mucho mayor, cercana al 80% de mujeres de media. Sin llegar al porcentaje de mujeres que suele haber en temáticas laicas puramente feministas, donde pasa siempre de un 90% de mujeres. Quien esto no lo vea lógico, o le haya extrañado este párrafo, por favor que lo vuelva leer. Es preciso entender bien esto, verle la lógica para comprender lo demás. Es lo más importante.

Voy a trufar de cosecha propia algunas de las múltiples indicaciones que nos dio Queiruga. Yo mismo o cualquiera podemos hacernos las trampas en el solitario que queramos, es asunto de cada cual. Supongo que eso es a lo que se refieren personas agnósticas o ateas que explicitan que la religión debe confinarse a lo privado. ¡Tú a lo tuyo y no molestes con tus cosas! Estoy de acuerdo. Si las creencias o las prácticas de las religiones suponen daños a  terceras personas, seguramente no lo estamos haciendo bien. Seguramente estamos cometiendo una estafa, somos propagadores de opio para los pueblos o simplemente unos impostores. (Ver Espiritualidad masculina )

Pero aparte de jugar al solitario también podemos ser honestas y honestos  con nosotros mismos, yo lo recomiendo. Lo personal es político. Lo religioso debe ser muy íntimo y personal. Pere Casaldáliga (blog) nos recuerda que la religión también es política, todo cobra sentido en la Encarnación. Eso es ser seguidores y seguidoras de Jesús y compartir la fe en comunidad.

Si queréis os comento telegráficamente alguna otra cosa que nos dijo Andrés. Los sacramentos son signos e instrumentos que producen gracia. ¿Pero eso cómo se come? ¿Cuál es el significado hondo y vital? Por supuesto que no es magia. Por supuesto que no nos vamos a perder ahora con San Agustín, Santo Tomás, la filosofía de Aristóteles sobre materia y forma, o vino y alimento, vida, palabra, tradición, agua, limpieza… No creo que haya que recordar que son tres hombres de hace muchos siglos. El siguiente paso lo tenemos que dar ahora, un significado actual, pero reeligiendo lo que nos vale. 

No nos vamos a perder ahora en el siglo XIV con la peste, donde todo se llenó de procesiones y los nuevos sentidos de las manifestaciones colectivas. O el momento clave de la modernidad y la evolución de la ciencia, no es el momento. Las cosas físicas tienen efectos físicos, nos decía. La lluvia no la manda Dios, sino que es una borrasca. La ciencia nos ha explicado que las placas tectónicas, por ejemplo, son las responsables de los terremotos. El ateísmo moderno tiene las causas ahí y a veces se ha quedado anclado en algunas personas y en mi opinión con el mismo sesgo androcéntrico. Tenemos muy claro que si no cambiamos las políticas no acabaremos con el hambre en el mundo. Desde luego que no se erradica con novenas. Quien se dirige a mí pensando que yo creo lo contrario, me está faltando al respeto. Los sacramentos por tanto no son magia.

La clave está en cómo reconfiguramos nuestra vida. ¿Cómo actúa Dios, que es Abba, padre o madre, (o añado yo, o la divinidad, o el centro amoroso, o la nada como queráis decirlo), en la realidad y en mi persona? ¿Por qué rezo, o cuáles son mis sentimientos, momentos antes de abrir unos informes médicos?

¿De dónde surge la fuente viva de nuestro ser que nos sigue creando en el amor o en el odio? ¿Cómo actúa todo eso a través de mi propia libertad? ¿Cómo puede  cambiar mi actitud ante la muerte? ¿Eso que algunas personas podemos llamar acción de Dios, por qué molesta a quienes no lo viven?...

Insisto, todo lo que impongas en estos temas a otras personas será una demostración per se de que eres un farsante. Es posible, por ejemplo, que el nacionalcatolicismo con sus inquisiciones políticas haya logrado amputar en varias generaciones la capacidad de arrepentimiento, de pedir perdón, de pedir ayuda, de reconciliaciones sinceras. Obligar a mostrar la intimidad es terrible. Trento explicaba el perdón como un tribunal, esto es más terrible todavía, nos decía Queiruga. Y yo añado que el patriarcado cuando utiliza el púlpito o el confesionario para controlar la moral de las mujeres, es la peor de las imposturas.

Es posible que las rigideces sobre los matrimonios, apoyados en desigualdades, los haya convertido en jaulas legales simbólicas. Una planta está nula y muerta en el momento que se corta y guarda en una urna, en lugar de darle luz, agua, y cuidados. Esos cuidados o ayuda pueden venir de muchas formas, adoptar diversas providencias.

Por tanto hablamos de signos, gestos, ritos de iniciación o despedida, de acompañamiento comunitario en momentos cercanos de la muerte, u otros momentos de cambios importantes. Es algo voluntario, como regalo, como don, como gracia. Son regalos que se pueden aceptar o rechazar, pero sobre todo celebrar. Y han de hacerse en comunidad. Las conexiones fraternales se concretan en signos y símbolos. Por eso los sacramentos o son comunitarios o no son, son regalos colectivos. Supone en cierta forma un compromiso con la comunidad, con la tensión habitual entre autonomía y pertenencia. Cualquier signo cultural, como la lengua, o estos ritos,  pueden utilizarse como armas arrojadizas. El patriarcado lo hace constantemente.

Repito, ni es magia ni puro rito social. Por supuesto que el mercado, la sociedad de consumo, lo va a querer abarcar todo. Cada persona tendrá que plantearse eso. Se dice que son siete, pero en algún momento se ha llegado a hablar de cien sacramentos. En sentido amplio, recomiendo el libro los sacramentos de la vida de Leonardo Boff (pdf). Los ritos de iniciación o cambio de filiación o pertenencia o son gozosos o no son. Así me autoproclamo o me vivo como hija e hijo de Dios, en un compromiso con la comunidad con la cual me religo, como yo quiera. ¿Dónde está el problema? Si hay problema, algo seguro estamos haciendo muy mal. Hemos de aprender a gestionar nuestros miedos y nuestras fortalezas. Saber pedir ayuda, confiar o fiarse, saber en manos de quién o de qué nos abandonamos…

¿Sigues ahí? Este blog es de masculinidades. En esta entrada, junto con el que escribe, hemos aparecido varios hombres contemporáneos que intentamos progresar como podemos. Al terminar la charla hubo un turno de cinco preguntas, el 80% fueron hechas por hombres. ¿Qué dicen las mujeres? ¿Se os ocurre por donde nos va a llegar la renovación y la inspiración divina? A mí sí, esa es la clave. Andrés Torres Queiruga terminó su exposición diciendo: cuando una parroquia está viva, tiene sacramentos vivos. Gracias Andrés.

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