Muy buenos días, mi nombre es
Amina y tengo 9 años. Ayer mi papá y mi mamá estuvieron discutiendo. Al menos,
se les veía muy enfadados. Mi papá no me leyó el cuento de todas las noches y me dijo que bajo ningún concepto iría mañana,el 9 de mayo, al colegio. Yo
no entendía nada.
Antes vivíamos en un pueblo. Nos
vinimos a vivir a un barrio muy bonito de la gran ciudad. Aquí tengo muy
buenos amigos. A mi padre lo trasladaron dentro de su empresa cuando empezaron unos
recortes, que no sé lo que es. Y ahora vuelve a estar muy preocupado porque
hablan de un tal ERE que ya no saben qué va a ser de nosotros.
Mi madre es maestra interina,
pero dice que a este paso se va a tener que ir a trabajar a otra provincia o
van a cerrar su cole y quedarse en la calle. A mi me gustaría ser de mayor
maestra también pero me dicen que con las reválidas, las tasas únicamente para ricos y
todo eso, va a ser imposible que pueda estudiar una niña pobre como yo, aunque
ahora sea la mejor de la clase. Me gusta mucho estudiar y saco muy buenas
notas. Me han dicho: ¡ Osea, Amina, ya te puedes olvidar de la Igualdad de oportunidades!
Hablaban de contrarreforma, de
pasos para atrás, de motivos ideológicos que nos harían mucho daño. Yo no
entiendo cómo las ideas pueden hacernos daño. No me imagino, la verdad, siendo el doble de niños en la clase. Ni entiendo por qué nos pueden separar a los niños y
a las niñas.
Mi padre es musulman. Me gusta mucho rezar con él después del cuento. Él piensa que con todas
las medidas que quieren imponer, no se van a beneficiar ni los buenos musulmanes,
ni los buenos cristianos, ni tampoco los buenos colegios concertados católicos.
Dice que así tampoco se van a beneficiar las Iglesias, ni la convivencia de
la ciudadanía, sino que se van a alegrar únicamente los ricos y los machistas. La antigua
escuela del pueblo ya me han contado que la van a cerrar. ¡Me da tanta pena!
Por eso, mi padre y mi madre quieren una escuela
pública, igualitaria, de calidad, que no esté masificada, que no aumente las
desigualdades ni entre ricos y pobres, ni el odio cultural o religioso, ni
las desigualdades entre niños y niñas.
Tengo miedo de perder la beca del
comedor. Me lo paso bien comiendo a mediodía con Vanessa y Jose, que es el chico que me gusta.
Mi mamá va a todas las reuniones del A.M.P.A , y también a otras reuniones donde
participa y le piden consejo como madre. Allí ve a mi profesora, pero dice que
a partir de ahora, si la participación de las familias y el profesorado ya dejaba
mucho que desear, va a desaparecer del todo. Que en unos años, por ley, solo van
a pintar el director y unas empresas que hacen negocio. Van a apartar a las
familias de los órganos decisivos y ahora con más motivo seguro que los profes van a pasar de
todo, e ir a trabajar sin ganas. Con la privatización, dicen que seguro que unos buitres van a hacerse más
ricos. Eso no sé lo que es, y mucho menos cosas como el capitalismo académico.
Estoy muy contenta con mis
compañeros y compañeras. Los hay de muchos países. Aunque nací en España, me
gusta pensar que algún día iremos de vacaciones para ver a mis otros abuelos,
que no conozco en persona. Los he visto algunas veces en el ordenador. Aunque
me dice mi padre que ya nos podemos olvidar.
Pues bien, dice mi madre que los colegios de los ricos, con todos los alumnos nativos
son los que van a ganar en las competiciones entre colegios que va a haber a
partir de ahora. He aprendido la palabra clasismo. No tiene nada que ver con
las clases A, B, o la C, que es la mía. Tiene que ver con colegios ricos y pobres.
En fin, mañana no voy a ir al colegio, como la gran mayoría de niños y niñas, pero estoy un poco triste por eso. Estaré en casa con mi madre y nos iremos juntas al parque por la mañana. También me ha pedido que la acompañe a la manifestación. Me gusta mucho ir a las manifestaciones, me encuentro con otros amigos. Los padres de Jose no van, porque dicen que ahora hay que dedicarse a trabajar y a no protestar. Pero claro, ellos no tienen motivos, a ellos no les toca. En su casa no discuten por eso...
Mañana seremos muchos/as los que no iremos al trabajo, no iremos a la escuela para luchar por una buena educación pública, educación que poco a poco están gastando, quitando la ilusión de sus profesionales y recortando derechos de su alumnado.
ResponderEliminarMuchas gracias MªCarmen. Valoro mucho vuestro oficio. Valoro la labor y a vosotras y vosotros como profesionales que también tenéis que conciliar, ir al trabajo con ilusión, etc Y lamento igualmente que a veces noto mucha desmotivación en muchos de ellos. Creo en la complicidad de toda la comunidad educativa y su contribución al éxito o fracaso escolar de los niños y niñas, y por ende del bienestar de las familias. Gracias.
EliminarGracias, Manuel, por enfocar el problema desde el punto de vista de un niño; aporta una perspectiva distinta. Somos los padres los que ayudamos a desentrañar la realidad a los niños, somos los profesores los que intentamos enseñar a pensar a los chavales, a formar su espíritu crítico. Pero a los padres y a los profesores cada vez nos resulta más difícil desempeñar nuestra tarea.
ResponderEliminarA pesar de las adversas circunstancias económicas personales, a pesar del descrédito al que estamos siendo sometidos los profesores de la enseñanza pública, a pesar de las pocas esperanzas que nos van quedando...yo también iré mañana a la huelga porque quiero seguir creyendo en lo que hago y seguir ilusionándome con mi trabajo... ¡Si me dejan!
Muchas gracias profelga. Me alegra mucho tu comentario. Pretendí ser original, descargar a su vez cierta tensión poniéndome en el lugar de una niña, que no entiende muy bien las cosas de los mayores, que es la protagonista, que los éxitos o fracasos no se cosechan inmediatamente si no al cabo de mucho tiempo cuando puede no haber tiempo de arreglo, una complicación adicional de otro país de origen, una situación económica difícil etc Creo que la tarea educativa de un padre o madre es parecida a la de los profesionales. Y no es justo que las personas que tienen todo a favor sean quienes marcan la pauta. Gracias.
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