Tengo que presentaros a Jonny, cara de polla. Era el joven más raquero de Puerto Chico. (Los raqueros) Su desparpajo le permitía tener mucho gancho con las chavalas. El típico canalla un poco malote que sabía meterse en el bolsillo a todo el mundo y en especial a las mujeres. No penséis que era un homófobo. Aunque se metía en peleas, en cierta ocasión fue para defender al que llamaban Guillermito medio hombre, un chico homosexual que vivía dos pisos más arriba en su bloque. Se estaban metiendo con él cuatro matones del barrio y eso no lo podía consentir sobre todo cuando la contienda era tan desproporcionada, no era justo. Lograron zafarse de ellos y a partir de entonces fueron muy buenos amigos. Jonny era un tipo legal, de eso no cabe duda y no toleraba las injusticias.
En el instituto de Jose María de Pereda tuvo que leer por obligación la novela de su patrono, llamada Sotileza. A veces leer por obligación resulta la única manera de terminar los libros, y ese precisamente le había gustado mucho. Se identificaba con esos niños de la novela que se tiraban desnudos a la bahía para recoger las monedas que arrojaban quienes paseaban por el muelle. Se imaginaba al mismísimo Pereda con su sombrero del siglo XIX dedicándole la atención. En la época de Jonny simplemente él con sus amigos, todos chicos naturalmente, se bañaban en pelotas para escándalo de santanderinos y sobre todo de santanderinas que caminaban por el Paseo de Pereda y se acercaban al mar.
Su mote se lo pusieron los colegas debido a que siempre contaba la misma historia. En casa no convivía con ellos su padre. Vivía con su madre y su hermano Lolo, siete años más pequeño. Jonny se acordaba mucho de su padre. Decían en la familia que le preguntaron una vez en el trabajo cómo era posible que siendo tan feo, esa era la verdad, había tenido un hijo tan guapo. Jonny lo repetía mil veces y sabía de memoria la escena. Su padre en la comida familiar respondió:
- ¡qué os pensáis, que lo tuve con la cara!
Aquella anécdota era lo que más recordaba de su padre. Su padre era sagrado. Podía ser un capullo pero no consentía que nadie se metiera con él. Varias peleas tuvo por ese motivo. No lo podía evitar y en ocasiones le salía la rabia. Gracias a esa historia de la cara que repetía como un mantra lo tenía siempre presente, a pesar de que les había abandonado a él y a su madre hace ocho años, cuando su madre se quedó embarazada. Lolo no podía echarle de menos, no le dio tiempo, pero él sí.
Le preguntaba a menudo a su madre si necesitaba un hombre a su lado. Ella siempre respondía que una mujer puede vivir perfectamente sola. Y además en este caso los tenía por partida doble, puesto que contaba con él y con Lolo. Le conocieron varios novios pero nada serio. Y bien mirado, era en parte cierto porque efectivamente lo tenía a él, bueno a los dos, su madre casi siempre tenía razón, incluido sin duda que una mujer podía perfectamente vivir sola.
Ya hemos dicho que le gustaban mucho las tías, pero era bastante selectivo. A las pijas del Sardinero aunque le llamaban por teléfono no les hacía caso. Les hacía sufrir como una especie de venganza, Jonny cara de polla era como el Che pero en raquero. Cuando salía con ellas siempre iban a la sala de máquinas y de billares en los bajos del Casino. Allí escuchaba muchas veces la canción de la Rabia. letra
si no les das todo el amor que hay en tus huesos
Delgadito, ellas no
ellas no quieren tus besos
Esta canción le gustaba mucho a Sara, su madre. Cada vez que la escuchaba se emocionaba y era el momento preciso para que Jonny la abrazara en el sofá del salón. Era su momento de intimidad y tenía permiso para quedarse dormido en sus brazos. Normalmente era un chico duro pero muy tierno a la vez. Cuando había que dar la talla siempre respondía. En ese momento eran como novios. Por eso cuando escuchaba la canción en los billares se repetía a sí mismo que aprendería muy bien esa lección: no quieren tus besos si no les das todo el amor que hay en tus huesos. Jonny, cara de polla lo daría todo, ahora y siempre.
Le dio a su madre una adolescencia muy difícil, eso también. Tuvo que sacarlo de la policía dos o tres veces. Menos mal que allí estaba Ana, la inspectora del SAF que era como su segunda madre. Sara y ella se conocían de un grupo de mujeres feministas. (S.A.F. del CNP) Una de las veces, en una noche de borrachera sonó la alarma de una tienda de lencería cuando Marcos, el garbanzo y él, rompieron una luna para robar dos juegos de sujetadores y bragas. Eran muy bonitos, tenían encajes y unas margaritas negras . No eran para ellos como se puede cualquiera imaginar. No entienden muy bien por qué pero en ese momento les pareció evidente que era el mejor regalo que Mari Jose y Vanessa podían tener en su cumpleaños. Robar no estaba bien pero era una causa justificable y además estaban borrachos.
A Jonny no le gustaba estudiar pero era muy listo. Era rebelde pero con normas, tenía sus códigos. Pasó una adolescencia muy dura, como ya hemos dicho, pero siempre fue de corazón muy noble. Intentó hacer un año de Bachiller nocturno para poder trabajar a la vez, pero únicamente duró de camarero un par de meses, se ve que no era lo suyo. (Foto puerto chico).
Fue entonces cuando se apuntó a un gimnasio de barrio. Allí hacía pesas para estar en forma. No era como esos otros chicos que se depilaban y se pasaban la tarde en el espejo. En su caso era para estar en forma y por salud, cada vez bebía menos. Acudía al local de Ernesto el dueño del centro deportivo. Se puede decir que lo adoptó, se encariñaron mutuamente. De hecho fue él quien le sacó la última vez de la comisaría. La razón del caso no la recuerda, solo sabe que Ernesto y Sara se entendían perfectamente y al ir a buscarle Ernesto, le evitó a Sara pasar el mal trago. Si una mujer podía perfectamente vivir sola, también podía enamorarse de quien le diese la gana, sin tener que dar explicaciones, no era asunto suyo.
Se fue, no está la niña que sufría
porque el no la mimaba
oh, no, no
Delgadito...
Delgadito...
Han pasado varios años, y han cambiado algunas cosas. Jonny cara de polla sentó definitivamente la cabeza, terminó un módulo de F.P. y actualmente trabaja en una tienda de ropa. Ya no tiene que robar la lencería, se la ponen más barata, pues consiguió estar en su sección preferida. Tenía buena presencia y un piquito de oro. Su padre no volvió, aunque al final se enteró que era su madre quien se había ido de casa. Una mujer puede perfectamente vivir sola sobre todo si el marido no la trata bien. Han cambiado más cosas, Jonny vive con una chica muy maja, abogada que trabaja en un bufete, y lo que son las cosas, una pija del Sardinero que conoció en los billares del casino. Ese local cerró y actualmente hay una tienda de Chinos.
La genética no es infalible. A la pregunta, ¿cómo un hombre tan feo y capullo puede tener un hijo tan guapo?, Jonny sabe la respuesta: ¡tener un gran corazón y dar todo el amor que hay en tus huesos! En el fondo de su alma tiene muy claro que nadie puede meterse con su padre, en algunas ocasiones aún le sale la rabia. Pero de lo que está más seguro, aquello que tiene más claro, es que el mérito de casi todo se lo debe a Sara. Ella es una mujer rebelde y de buen corazón que pasa desapercibida.
¿Sabéis lo mejor?
La genética no es infalible. A la pregunta, ¿cómo un hombre tan feo y capullo puede tener un hijo tan guapo?, Jonny sabe la respuesta: ¡tener un gran corazón y dar todo el amor que hay en tus huesos! En el fondo de su alma tiene muy claro que nadie puede meterse con su padre, en algunas ocasiones aún le sale la rabia. Pero de lo que está más seguro, aquello que tiene más claro, es que el mérito de casi todo se lo debe a Sara. Ella es una mujer rebelde y de buen corazón que pasa desapercibida.
¿Sabéis lo mejor?
Jonny cara de polla, muy guapo a pesar de su padre, y de buen corazón, ¡va a ser padre!. Está muy contento y piensa que lo va a criar él sobre todo, su horario se lo permite, y se bañarán juntos en la bahía. Un raquero de verdad nunca deja de serlo.
Jose María de Pereda. Biografía
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