Llevo tus deseos
bajo el brazo
en una carpeta azul,
aprendidos y ordenados,
por si acaso…
ME QUEDO CON LA SECUOYA
Si fuera árbol sería una secuoya.
Si fuera animal un galápago.
La envidia me da alergia y
¡del dinero corrupto paso!
De todo el calendario, Marzo
¡porque sí!
Y en las estanterías
me fijo en las colonias,
los detergentes, y la comida de los gatos.
¿Te importa?
Si fuera militar
me pido ser soldado
sin graduación, casi raso.
Si fuera tus ojos, buscaría tus manos.
Si fuera tu padre te abrazaría.
¡Sabes muy bien que es así!
Si fuera la playa,
esa de siempre que nunca es la misma,
mezclaría mis recuerdos y la miles de conchas
que dices que no sirven para nada.
Tus cicatrices, y los granos de arena
del caldero,
la pala
y el rastrillo
que presento como un
niño
cual ofrenda entre mis manos.
Es solo arena de playa.
Y si me bañara
en tus recuerdos,
jugando con las olas
completamente desnudo,
bucearía en aquel
que a pesar de los años
siguiera saliendo guapo.
Ay, si fuera, si fuera…
Pero ya no lo soy.
¿Queda claro?
Hoy me apetecía rimar
y no sé si lo logro.
¡A la mierda, ni lo intento!
Ya no es necesario,
vamos viendo paso a paso
y si lo que lees no te gusta
me lo dices y lo
cambio.
Ay, si fuera, si fuera, …
Pero ya no lo soy.
¿Queda claro?
Casi nada de todo lo
que piensas soy.
Y puestos a elegir,
me quedo con las colonias, los recuerdos,
los soldados sin armas vestidos de raso.
Con Marzo y todo el calendario,
los galápagos y hasta la comida de los gatos.
Me quedo con todo, ¡que lo sepas!
Con mi colección de conchas
y el recuerdo de tus manos.
Si fuera un árbol sería
secuoya
y tal vez lo sea, ignoro si ya te lo he dicho.
Una secuoya que seguirá
creciendo.
¿Te importa?
¿Queda claro?
Cuando las
caricias enseñan,
las
cicatrices aprenden.
EL OTRO DIA EN EL PARQUE
Yo no puedo despertar
si no sé que estoy dormido.
Me sobran tus reproches
y mi ruido.
Para poder cambiar
le tengo que buscar una razón,
rastrear en mi amor y tu motivo.
Para ti es fácil,
¿no lo ves?
Te dan la razón quienes luego
te someten,
te distraen,
te aislan sin saberlo.
Y conmigo te resarces
diciendo que soy machista,
que no me implico
que no te cuido.
Que tú me das tu amor
a cambio de mis prejuicios
Ya no puedo despertar
si no sé que estoy dormido.
Dices que tú sueñas
pero que yo duermo.
¿Cuándo pararás
a escucharme una sola vez?
¿Cuándo vas a permitir
que pueda soñar contigo?
Mira te explico:
el otro día en el parque
jugando con los columpios,
tu hijo y yo perdimos
la chaqueta de la abuela,
aquella de los bordados
que usábamos los domingos.
¿Te acuerdas?
Yo no lo sé pero intuyo
que lo que más te ocupó
no fue encontrarla,
ni las risas
o los mimos.
Y ese ¡ya verás cuando se entere mamá!
de cómplices como niños.
¡Pues NO!
Durante quince minutos
fuimos exploradores,
policías sabuesos
buscando aquella chaqueta
de los bordados de la abuela.
Y el abrazo
que nos dimos
al verla bajo aquel banco,
tu hijo
mirándome con sus ojos
de niño de siete años,
me dijo: ¡papá he tenido una idea!
Me pido para celebrarlo
que nos compremos dos helados.
Yo no puedo despertar
si no sé que estoy dormido.
Dices que tú sueñas
pero que yo duermo
y sin embargo sueño que despiertas.
¿Cuándo me vas a permitir
que pueda soñar contigo,
y así dormirnos juntos en el parque
como niños?
AMOR EXPONENCIAL
Ofrece un beso
y a quien te lo devuelva le das dos.
Planifica un abrazo
y a quien te lo devuelva le das tres.
Muestra una sonrisa
y a quien te la devuelva le regalas diez.
Y ahora escuchame bien:
reparte los dos
besos,
tres abrazos y las diez sonrisas
y ya verás…
Precioso. Te sigo. Te leo. Desde la sombra de mi techo. Tu entusiasmo me inspira. Sigue sembrando. Los frutos ya los cosechas; los cuartos, los céntimos, los talentos...van a buscarte, seguro. Sigue. Avanza. Crece. Sonríe. Cree.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué bonito lo que me dices! Muchas gracias, Pilar. Pues te haré caso. Vamos un poco por el mismo camino, tú lo sabes, y esforzándonos con compañía, habrá cosechas suficientes, para mi y también para ti. Estoy seguro. Un beso.
ResponderEliminarEl niño en la playa con su rastrillo y su cubo...Que siga arando la arena y nuestra piel con ella,que siga conmoviéndonos,moviéndonos a reflexión y ternura con sus montoncitos de palabras,frágiles como la arena,pero acaso perennes y resistentes como la secuoya,acaso montoncitos que no han de echar abajo las olas
ResponderEliminarUn abrazo,niño-secuoya,ni despiertes del todo ni dejes que te coma la lengua ningún gato..
... y además estoy seguro que así será. Y sospecho que nos seguiremos haciendo compañía. Gracias, amigo.
ResponderEliminarMe encanta la poesía.¡Enhorabuena Manuel!En mi modesta e inculta opinión me parece una poesía sencilla y sobre todo, que sale del alma...La poesía "Me quedo con la secuoya" me ha gustado mucho es íntima y si me apuras muy personal....Besos poeta.
ResponderEliminarNo hace falta que te apure para responderte, o para decirte que aciertas. Alma sencilla, intima y personal. Besos.
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