33. Observatorio de Igualdad: techo de cristal en el concurso de
tortillas.
El concepto de techo de cristal es
muy fácil de entender cuando se quiere. Nos fijamos en el porcentaje de hombres
y mujeres que hay en un grupo, ámbito, o profesión, y comprobamos que en las bases o niveles
inferiores pueden aparecer muchas mujeres pero sin embargo en los niveles
superiores va desciendo el número, o dejan de existir.
Simplemente nos preguntamos por qué. Y nos respondemos el porqué de preguntárnoslo.
Puede ocurrir que años anteriores no las hubiera porque lo tenían
prohibido. Puede ocurrir que a pesar de haber conseguido tener el acceso,
las dificultades siguen actuando y se incorporan más despacio de lo deseado por
diferentes razones. Si hacemos una carrera con una mochila que puede ir vacía o pesar 50kg según las personas, el resultado de la carrera cambia.
Otras metáforas o símiles que podríamos usar en ese caso aparte de la “mochila de piedras”, podrían ser “suelo
resbaladizo”, “escaleras pegajosas para las mujeres”,
“goma elástica que tiene atada la mujer a la puerta de su casa de tal manera
que la tensión es mayor cuanto más se aleja”...Se sobreentiende que no ocurre nada
de eso en los hombres, razón por la cual ellos promocionan en muchos ámbitos.
Otras veces (cada vez en más
sitios) hay numerosas mujeres en las bases y no sólo van siendo menos a medida
que se asciende en la escala jerárquica sino que podemos dibujar una línea imaginaria nítida a modo de techo,
y es de color transparente, es decir, existe pero es posible afirmar que no se
ve. La última persona a la que oí explicar el techo de cristal “dijo
que era invisible”. Tuvo un lapsus
linguae muy simpático. El matiz es importante. Invisible no es. Su visión
está al alcance de cualquiera pero los grados de cinismo del sistema permiten
afirmar en muchas ocasiones que no existe aunque se pueda ver perfectamente. En muchos casos parece de cristal
blindado porque tiene que ver con el poder. Y otras veces, como creo
que es este caso tortillero, es un asunto de representatividad: ¡ese ego tan visible de salir en la foto del periódico! Muestro un
simple ejemplo de noviembre del 2015 en Cantabria. Es algo simpático, no le doy mucha importancia, simplemente lo retrato.
Un concurso de tortillas de patatas es un indicador cultural tradicional.
Siempre han cocinado las tortillas en las casas las mujeres. Ahora los restaurantes
muy conocidos se apuntan a la publicidad tan beneficiosa por ganar concursos de
productos “populares”. Supongo que el concurso es juego limpio a la hora de
seleccionar las mejores o más ricas.
Los dueños que representan a los establecimientos y los cocineros
más conocidos de la región son mayoritariamente hombres. Este ejemplo de
los siete ganadores es simplemente una muestra de referencia histórica para la
memoria. Hoy por hoy ya hace daño a la vista. Auguro que muy pronto va a dejar
de ocurrir. Hay empresarias muy buenas que aparecen ya en otros ejemplos. Mi
obligación es ser observatorio y notario actualizado en tiempo real (algo
incómodo) de la realidad.
He leído un artículo de una mujer
periodista, en la prensa. Mantengo el mismo título para llamar la atención y
para contextualizar mejor mi comentario. El artículo me parece muy interesante
y no tengo nada que criticar ni a su autora ni a la gran mayoría de argumentos
que emplea en su intento de poner un poco de orden y cordura a temas tan
complejos como el terrorismo o sus reacciones contra la supuesta cultura occidental, todo entre comillas.
Reproduzco literalmente unas
líneas que son un regalo maravilloso para intentar explicar algo complejo de
una manera más fácil:
“En la opinión de estos
fundamentalistas se trata de una visión maniquea e hipócrita de ver el mundo, y
caen en una contradicción, porque defienden una sociedad musulmana perfecta y
se mueven extraordinariamente puritanos en cuanto a cómo debe vestir o comportarse
una mujer y mientras (por otra parte) no renuncian a tener esclavas sexuales. Y
hay más contradicciones…”
Yo me pregunto, ¿Dónde está la
contradicción? ¿Por qué resalto estas líneas? (Mi comentario pretende hacer un pequeño análisis cognitivo con perspectiva integral de género).
No hay ninguna contradicción. Estas líneas y otras muchas del texto
son grados diversos de la misma cosa que parece que no se conoce o no interesa
conocer. Todo es patriarcado muy coherente entre sí. Son partes de la misma
cosa con su coherencia interna. "Choca" o parecen contradicciones y paradojas, cuando no se tienen en cuenta, (cuando no se tiene "in mente"), el esquema mental de algo que llamamos, describimos, y explicamos como patriarcado, o sistema estructural transversal que subordina a las mujeres, en una jerarquía u orden establecido, o forma adecuada de las cosas. Si lo ignoramos, creemos que no existe, o no lo queremos ver, nuestros esquemas mentales serán necesariamente diferentes. Si no hacemos un estudio con perspectiva integral de género a las religiones, ¿qué diantres estamos entendiendo? Si damos por bueno sobre religiones únicamente lo que dicen "los hombres más violentos", ¿qué podemos pensar?
Ahora no corresponde hablar de lo complejo que es entender cómo negocia cada mujer en su mente, respecto al machismo estructural, y me estoy refiriendo a una mujer periodista que quiere trabajar con los menores inconvenientes posible. Hoy por hoy, todas las mujeres sospechan consciente o inconscientemente que si destacan como feministas pueden tener problemas.
Los profesionales de la Igualdad de género
tenemos urgentemente que salir de la academia y explicar y comunicar de qué
hablamos cuando hablamos de patriarcado y hartarnos de poner ejemplos muy concretos
sobre las cuestiones cotidianas.
Insisto. Resalto estas líneas porque es una viñeta muy valiosa sobre este tema
que me interesa mucho. Muchas mujeres están explicando la realidad hoy por hoy sin perspectiva de género y evitando a nivel cognitivo (al
parecer) tener en cuenta elementos estructurales del patriarcado, o cuestiones
del machismo cotidiano.
Disimulan o parece que disimulan. Muchas
mujeres, en mi opinión, han aprendido a
pasar de puntillas quizá por su propia supervivencia laboral, sin ofender al
sistema. Muchas de las que han conquistado un espacio y una visibilidad pero
que sin embargo no tienen el asiento blindado, hacen malabares en múltiples
ejes. Lo comprendo pero sugiero reflexionar sobre el tema, y ampliar la mirada
desde una perspectiva más lejana.
Hoy por hoy no podemos analizar
ninguna realidad ni comprender nada, sin relacionar todas esas partes coherentes
que tiene el patriarcado y poniendo ejemplos concretos, cotidianos y
reconocibles. Por ejemplo, saber si hay dominio absoluto masculino o quien ejerce
el poder o las normas para la cohesión de los grupos y sus castigos, la
subordinación de las mujeres o la categoría de tenerlas como objetos sexuales
en varios grados, la falta de libertad en el comportamiento o el machismo en
los propios patriarcados religiosos. Definir bien a qué llamamos “puritanos”, o
supuestas “sociedades religiosas perfectas”.
Podríamos análogamente hacer algo
parecido con el capitalismo. Lo dejo para otro día. Cuando argumentamos sobre los fenómenos y las supuestas
contradicciones o coherencias aplicando diferentes escalas no veo tanta ceguera
aparentemente.
Repito: hoy es más tabú el patriarcado que el capitalismo. Soy consciente del lío en el que me puedo meter por aquí pero me pregunto a mí mismo con humor si no será porque hay más machistas que ricos. Dicho de otro modo, ¿no será que nos hemos acomodado colectivamente al modelo (único) capitalista mientras que en el caso
del machismo/patriarcado estamos aprendiendo a convivir en un espejismo de la
Igualdad?