¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



lunes, 30 de noviembre de 2015

¿Ahora son así las despedidas de soltero?



B-27 ¡Ahora todas las despedidas de soltero son así!
La mujer  prostituida que Victor tenía delante de sus narices estaba con un ojo hinchado.

Victor nunca había "ido de putas", como solían decir, pero le pillaron sus amigotes con la guardia bajada.
Desde que su novia de toda la vida, según él le había dejado, no había vuelto a estar con otra mujer. Había adoptado un papel de “pobrecito hombre abandonado” y con su victimismo lamiéndose las heridas había empobrecido aún más su vida social.

Salía poco. En el fondo de su alma, siendo totalmente sincero consigo mismo, se sentía muy sólo. Esa soledad le había llevado a un estado depresivo absolutamente lamentable. Lloraba muchas veces por la noche delante de esas innumerables páginas de pornografía que no lograba otra cosa que encontrarse peor y sentir que se estaba enganchando a algo que no le llenaba. La imagen de su propia sexualidad le devolvía una visión más lamentable todavía.
En la oficina quedaron para la despedida de soltero del chico nuevo de marketing.
-Te esperamos a las diez. Si te quedas en casa no volvemos a dirigirte la palabra- le dijeron con el ánimo sincero de que a Victor le diera un poco el aire.

Lo uno lleva a lo otro. En esas fiestas se bebe, se canta, se vacila. Había un número de striptease. Lo uno lleva a lo otro. Más copas. Bar de alterne, club de carretera, y luces de neón del puticlub “los pinochos cachondos”…
-¡Que no se diga que te rajas ahora! ¿Cuánto hace que no mojas? ¡Aquí son baratas! ¡Las despedidas son así! ¡Un día es un día! - y un montón de frases hechas le dijeron  en ese momento para justificar las ganas de divertirse, y la ausencia de reflexión.

El caso es que Victor se encontraba por primera vez en su vida, desnudo en una habitación con una rusa. Él estaba medio borracho y ella también parecía medio drogada. En realidad a él no le parecía nada, porque ni siquiera le miró a la cara.
Si se hubiera fijado bien  también podría haberse dado cuenta de que tenía un ojo hinchado. Seguramente a la mujer le habrían conminado a decir que se lo hizo con una puerta.
Cuando por fin la miró le entraron muchas ganas de huir y de llorar. En ese momento optó por lo primero, después de pagarle.




B-28 Contar las cabezas de dos manifestaciones muy distintas.

Carlos y Elías trabajaban en la misma oficina. Tenían muchas cosas en común, ya que habían ido al mismo colegio cuando eran niños, hacían deporte en el mismo equipo y los dos eran hombres. Se conocían muy bien desde siempre. Eran de estilos ideológicos diferentes por lo que a veces discutían por cuestiones políticas o clericales, pero habían aprendido a escucharse y  respetarse.
Carlos tenía una pareja feminista y él pretendía ser un hombre sensible con la igualdad y muy activo contra la violencia de género.
A Elías, todas estas cuestiones le pillaban muy lejos, y la verdad  es que se conformaba con librarse de “ser tachado de machista” en sus asuntos cotidianos y no meterse en líos. Como conocía el  interés de su amigo estaba seguro de que tenía que ver con la Igualdad esa manía de contar las cabezas de unas fotos que había arrancado del periódico.

Unos días antes el Gobierno había retirado la reforma de la actual ley de salud sexual y reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo, por lo que se habían generado sendas manifestaciones una a favor y otra en contra de la medida.
- ¿Qué estás comprobando contando las cabezas?- le dijo a su amigo.
-Estoy desagregando por sexos en estas fotos y mira qué curioso es las diferencias de unas fotos y otras- le dijo Carlos.
En las fotos que celebraban la retirada de la reforma, había mujeres en más de un 90%, haciendo la media. La cabecera de la manifestación eran todas mujeres. Había también hombres pero estaban dispersos y costaba verlos, tapados entre las pancartas por el derecho a decidir y la libertad. Muchas mujeres iban vestidas de violeta.
-¿Has visto estas otras?- le dijo a su amigo con la simple intención de que dos hombres, cuando nadie los ve, se ponen a reflexionar  juntos.


En las fotos de la protesta por la retirada de la reforma, decían ir contra el aborto, a favor de la vida, y comparaban la interrupción voluntaria del embarazo con el terrorismo, entre otros ejemplos. Pues bien, en la mayoría de las fotos había tantas mujeres como hombres, haciendo la media  entre más de doscientas cabezas. En dos fotos incluso sobrepasaban claramente los hombres en un 60%, y  la cabecera de la manifestación era mayoritariamente masculina, del 78% de hombres.
-¿Qué te hace pensar esto?- insistió Carlos- ¿no te mosquea esa especial motivación de tantos hombres para intervenir precisamente en este asunto, cuando no lo hacen en todos los demás que atañen a las mujeres?
-¡Pues no! Nunca se me hubiera ocurrido si no llegas a ponérmelo delante de los morros. No conozco tampoco que yo sepa a ningún hombre de esta manifestación.

Los dos amigos saben, el uno con más interés que el otro, que la sociedad es machista y sigue empeñada en controlar el cuerpo y la capacidad de agencia de las mujeres todo lo que puede. A veces es fácil verlo y otras veces es preciso fijarse en conductas más sutiles, o simplemente hacer cuentas.



B-29 ¡Quizás quisiste decir: científicos influyentes!

¿Qué quieres ser de mayor?
-¡Científica!, de mayor quiero ser científica- le dijo Cecilia a su amiga de pupitre.
- ¡Pero eso no puede ser! Eso es para niños, le dijo Paula muy convencida.
Era el cumpleaños de Cecilia y había pedido que le regalaran un microscopio, para poder verle por dentro a las plantas y a los animales. Quería ser una científica muy importante e inventar una vacuna y salvar la vida de muchas personas.
Su amiga insistía. Pensaba que las mujeres podían ser doctoras o enfermeras pero no científicas. Las medicinas las descubren los científicos.
-¡Estoy segura!, si quieres se lo preguntamos a mi padre- le dijo toda convencida de lo lógico que era  lo que le estaba contando.
Fueron donde los padres de ambas que estaban enredando con un teléfono móvil de última generación.
-¿Papá, a que sí es verdad que hay mujeres científicas?
-Por supuesto que sí- le dijo su padre, convencido de que esa pregunta se la sabía muy bien.
Antonio ya sabe que vivimos en otra época, y que las mujeres ya han accedido a todas las profesiones y en algunas en concreto, lo han hecho  tanto como los hombres. Por eso se conectó a internet para demostrarle a su hija multitud de mujeres científicas influyentes que pudieran servirle de modelo para su hija de doce años.

¡Lo que no se esperaba encontrar es lo primero que le apareció en el buscador de buscadores!

Cuando escribió “científicas influyentes”, Internet le sugirió o le hizo la advertencia de que quizá eso que pedía era raro o estaba mal preguntado.

¡Quizás quisiste decir: científicos influyentes!
Es muy sutil, pero le hizo una foto, no se lo podía creer. En aquellas sociedades donde hay unos niveles de Igualdad más adelantados, si lo quieres ver, existen numerosas resistencias y anécdotas cotidianas donde se observa que queda mucho por hacer.

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