18¡¡Según cómo se mire!!
Decía mi abuela que cada persona
cuenta la feria según le va.
Tanto si se trata de negocios, de trueques materiales o simbólicos, o
simplemente al ponerse de acuerdo. Como vayas de prepotente te puede explotar
en la cara. La cosa ha de estar en el mismo plano. Te invito por otra parte a
que si soy yo quien se porta así, me lo hagas saber.
Cuenta Hughes, y después Velasco,
un episodio curioso, muy interesante que lo ilustra. En uno de los acuerdos
de Paz de las seis naciones, como signo de buena voluntad, (perdonando
la vida como se suele decir), una comisión
de hombres blancos pidió a los indios (suponemos que todos hombres
también), que les entregaran varios niños
para educarles ¡Una generosidad casi infinita! ¿Es que no lo veis?
Pues bien, los indios
respondieron que aceptarían, si los blancos les entregaban a cambio unos
cuantos niños para hacer de ellos unos hombres. Ya no me queda claro si tenían
en cuenta a las niñas. Me resulta divertida la escena. Les está bien por…
Por cierto, el acuerdo se hizo, el intercambio NO.
Algunos comentarios:
Todo grupo humano realiza algún tipo de trabajo cultural acerca de quienes son, o creen ser y quienes son los y las demás. Hay unos procesos de identificación con los que se asemeja y que considera como sus iguales o parecidos. Y construye unos procesos de alterización: quienes no son "de los míos", "son los otros". Esta anécdota tan conocida aparece en un blog de masculinidades porque ES LO PRINCIPAL REFLEXIONAR sobre quien impone las normas, sobre los modelos educativos y sus variantes, y la construcción de la masculinidad en cada grupo étnico diverso.Y este tipo de anécdotas no suelen incorporar perspectiva de género o masculinidades.Para todo esto es clave la COEDUCACIÓN de la que tanto hablamos.
19¡Carlota delante del espejo!
Aquella mañana Carlota se miró al espejo para escudriñar su estado
de ánimo. Se pintó el ojo y los labios para acudir a una entrevista de trabajo.
Estaba radiante y completamente segura de que se lo iban a dar porque se lo
merecía. Para colmo, el trabajo le gustaba, por tanto seguramente lo haría
bien.
El día anterior por la tarde, pertrechada de
su uniforme de Carlos, en el partido
de fútbol con los otros chicos, metió un gol. Sí, has leído bien. La víspera de la entrevista de trabajo le dio
la gana ser Carlos.
Nunca le han gustado las etiquetas pero se supone que nació
hace veintidós años como bio-hombre, es decir, con unos
supuestos rasgos biológicos de varón. Después de muchas comidas de coco, había decidido dejar de preocuparse por la
biología, y vivir con su normalidad,
o sea, vivir a secas. La sexualidad
humana en definitiva no deja de ser una práctica cultural, por tanto
está en un ámbito más abierto de lo que la mayoría de la gente se piensa, e
incluso que él mismo se había llegado a creer ¿Acaso no se había puesto también a
sí mismo la etiqueta de homosexual,
en el momento en el que le habían empezado a llamar maricón, cuando era niño? Las normas son pautas que puedes seguir,
o intentar no seguir.
Bien mirado, aquellas personas
que le insultan así no se lo plantean, y eso es porque se creen iguales a las demás. Como se creen normales se les
pasa la vida sin darse cuenta. Carlota no hace eso. Carlota vive y ...
¡El espejo le dice hoy que ese puesto es suyo!
Observación: Voy a repetirlo una vez más. Todo lo relacionado con la orientación sexual, la identidad de género, etc no es algo que le afecte a un % pequeño de la ciudadanía, es mucho más. Todos los hombres, sin excepción, tanto los que se consideran normales (como la norma), como los que viven su heterosexualidad (otra norma), como quienes cuestionan la propia categoría "hombre", han de realizar un trabajo de reflexión y consciencia. Si no lo hacen quedarán atrapados en la norma.
Con ejemplos como el de Carlota pretendo imprimir positividad e inclusión de una manera disimulada.
20¡Maldita halitosis!
Hasta que Javier no
escuchó, (sin querer),
un comentario de una compañera de facultad, sobre él, no se percató de que tenía
un serio problema de mal aliento.
Javier es un chico algo tímido, estudiante de matemáticas.
Estaba concentrado en esas celdas de estudio típicas de las bibliotecas
universitarias cuando escuchó (al otro lado de la celda) el comentario de una antigua novia, que le hablaba
precisamente a Adriana, la compañera que le gustaba en este momento.
-¿Tú soportas el olor
del aliento de Javier?- le dijo una a la otra en un cuchicheo.
-¡Por Dios, me quiero morir!- pensó Javier mientras tenía la
sensación de caer por un abismo hasta ese preciso lugar muy profundo del que seguro que
nunca podría salir.
-¡O sea que era esa la razón por la cual mis citas no duran!- fue una de esas frases que su cerebro inseguro empezó a fabricar.
Fue directamente a buscar el libro que trataba del tema. Leyó que la halitosis se da tanto en hombres como mujeres. En la parte
correspondiente a problemas de carácter
social decía que pueden dificultar las relaciones laborales, interpersonales, y de
pareja. En ese punto explicaba lo suyo, es
decir, esa sensación de ser
poco hombre, un hombre poco atractivo, un don Juan pésimo, un fracasado en la seducción ¡No es justo!
Javier rehuyó varias veces las invitaciones para estudiar
juntos que le hizo Adriana los meses siguientes. Tras una insistencia de ella, tuvo que contarle todo. Las relaciones
se basan en la confianza, estaba todo perdido. No tenía ya nada que perder.
Así que hizo todo lo que pudo; higiene bucal con un buen cepillado, incluida
la parte posterior de la lengua, colutorios, y seda dental, para contribuir a quitar
esa fama de que los hombres son unos
guarros. Cambió en parte la dieta, pues se deshizo del ajo que tanto le
gustaba, la cebolla o los picantes, e incluso dejó de fumar.
-¡Cuidarse un poco más no le viene mal a nadie!- se decía
mientras iba ganando confianza en sí mismo ¡Que no se diga que los hombres no se cuidan!, o no se preocupan por la salud.
Eso sí, lo que mejor
le resultó fue quitarse el miedo poco a poco. Comprobó que a Adriana, (ni su olfato) no le parecía un asunto tan grave. Javier lo compensaba con otras excepcionales cualidades físicas, afectivas e intelectuales.
¡Y lo que son las cosas!, al
besarla con sentimiento y mucha más confianza, la sequedad de boca se le fue quitando.
Precisamente era eso lo que le ocurría. El terror le secaba la boca, y
entonces la descomposición bacteriana hacía
de las suyas y las células muertas se le adherían a la lengua y aumentaban la pestilencia, eso era lo que
olía, una profecía autocumplida.
No se le quitó del todo, pero aprendió una lección. Cuando
una persona tiene que estar muy pendiente, extremando los cuidados, en vez de
acomodarse, es una excelente actitud para muchas situaciones.
Observaciones:he recibido correos después de que esta Buendióldora saliera publicada en la revista de Ahige Hombres Igualitarios, comentandome que no comprendían muy bien la relación con las masculinidades. Eso me ha hecho reflexionar. Yo entiendo que es de las que más relación tiene. Y es una cuestión clave en la difusión de esta disciplina, y en el esfuerzo y audacia que tengo que incrementar para la mejora en la comunicación. Esta es una de las claves: la salud y la corporalidad.
¿Qué tipo de hombre soy y quiero ser puesto a jugar en el mundo? La identidad masculina, la conducta que se espera de mí, la expresión de las emociones, el cómo me ven los y las demás, el tipo de relaciones, los recursos de seducción, la imagen (ética y estética), la sexualidad, la violencia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡ Muchas gracias por regalarme tu opinión !