¿QUIÉN SOY?




Este es el blog de MANUEL BUENDÍA BERCEDO. Pretendo mostrar una propuesta profesional y particular acerca de la Igualdad de Género y las Masculinidades. Veremos algunas respuestas a la pregunta anterior pero sobre todo, haremos muchas más preguntas para invitar o implicar a otros hombres en la Igualdad.



sábado, 13 de junio de 2015

¿A qué le llamas Masculinidades violetas?

-Manuel, ¿a qué le llamas Masculinidades Violetas?, me dijo Fran cuando una mañana soleada fui a comprarle el periódico. (Tercera entrega de nuestro amigo Fran  ¿Tienen éxito los machos alfa?, y ¿Cómo defiendes la Igualdad? )


Yo le expliqué lo fácil que es si uno, o una misma quiere. Fran es un lector incondicional del blog de masculinidades. Por eso es muy sencillo explicarle que para avanzar en Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, o trabajar por la Igualdad, es necesario aparte de todo lo demás incorporar a la mitad de la población, es decir, a los hombres y hacérselo significativo a ellos, y explicarles las ventajas.
Por eso, las masculinidades violetas, o podríamos llamarle también masculinidades feministas, o igualitarias, comprenden todo lo que tiene que ver con la diversidad de ser hombres, añadiendo perspectiva de género como principal categoría de análisis

Cualquier hombre al plantearse qué tipo de hombre quiere ser, o al entender qué se espera de él, obligatoriamente ha de tener en cuenta las desigualdades de género, y en qué tipo de sociedad se relaciona, porque tanto hombres como mujeres, (o como quiera definirse cada cual), somos relacionalidad.

-¿Lo entiendes, Fran?- le pregunté convencido de su buena predisposición.

- Sí, pero ¿siempre ha sido igual?- me respondió mi amigo.

- Mucho más fácil todavía- le sigo diciendo.

Hace siglos los temas importantes estaban en manos de los hombres. El foco de lo interesante era dicho por hombres, hacia hombres, entre hombres. La propia historia del humanismo, solemos oír que es la historia del ser humano, pero en realidad es la historia del androcentrismo y la misoginia. La mirada androcéntrica habla de lo importante, la medida de las cosas importantes es la medida de los varones. Hace siglos no se hablaba de feminismo (movimiento de cambio social que hablaba de Igualdad incluyendo a las féminas).

En el Renacimiento, (hace quinientos años), se dice hoy que fue el paso del Teocentrismo (poner a Dios en el centro), hasta el Antropocentrismo (poner el ser humano en el centro). Pero eso era como pasar del marrón oscuro al marrón claro, sin cambiar de color. Era un "teocentrismo macho" (una teología muy patriarcal), es decir, era tener la idea de un Dios inventado, una ocurrencia que se les ocurría a los hombres decirles a otros hombres para obtener su control. Es lógico. Una idea de Dios política y guerrera vinculada al poder y al control hacia los hombres y las mujeres.

Y por otra parte se pasaba a un "antropocentrismo macho", identificando al ser humano con un hombre, es decir, un "andro-centrismo". Dicho de otro modo, la que conocemos como historia de la antropología, se parece más a la historia de la individualización de los varones. Vemos así un tránsito del poder de los "hombres-brujo que son propietarios de la divinidad", hacia hombres "propietarios de su conciencia".

Cuando llegó el periodo de la Ilustración, en el siglo XVIII, ocurrieron dos cosas.
La primera es lo que dice Amelia Valcárcel respecto a que el feminismo fue un hijo No deseado de la ilustración. Los hombres ilustrados sin querer, al hablar de progreso, de libertad, e igualdad, levantaron la liebre, y dieron la idea a algunas personas (sobre todo mujeres) de contar con las mujeres. Nada más ni nada menos que contar con esa mitad de la población que hasta entonces no se había tenido en cuenta y así surgió el feminismo entendido como tal, con mujeres como Olimpia de Gouges, o Mary Wollstonecraft.

Los hombres ilustrados, como Rousseau, que hablaban de pacto social, por ejemplo, dejaban al descubierto que al hablar de progreso, libertad o igualdad, lo hacían de una manera excluyente, sin darse cuenta. No ocultaban su clara misoginia. El supuesto pacto social, y la búsqueda de los derechos del hombre, era un simple pacto entre caballeros. Podemos decir que era un marrón algo más claro que los anteriores, pero sigue siendo marrón a fin de cuentas. Y como dice Marcela Lagarde, las mujeres son las pactadas, o los objetos propios de los intercambios. Hasta que no se cuente con ellas de verdad, no se cambiará de color.

El igualitarismo ilustrado se comporta como un pacto de sujeción de servidumbre de esclavos y mujeres (y esclavas).


 En cada momento se llega hasta donde se llega. También Fray Bartolomé de las Casas unos siglos antes, cuando tuvo la genial idea de preocuparse por el bienestar de las personas indígenas en América, he leído que propuso sustituirlas por esclavos de África. Hizo lo que pudo pero se le escapó otro tanto. La cuestión es que haya cada vez más derechos para más gente. Hoy por hoy hacemos lo que podemos y probablemente dentro de cien años lo escrito aquí tenga muchas faltas y errores.

- ¡Ya me acuerdo de Rousseau! en la entrada anterior- me dijo Fran- además me ha dicho una amiga, que Rousseau y ese dichoso pacto del que hablas ha entrado en la selectividad este año (1). Eso significa que es muy importante.

- Me alegro de que lo leyeras- le agradecí emocionado- recuerda de la entrada que el propio Rousseau dijo que la libertad de las mujeres es odiosa y rebaja la calidad moral del conjunto social, por lo cual la segunda cosa clara es que lo dejaron muy claro, está muy explicitado, se puede omitir o no, pero no hay interpretación diferente posible, ¡llegaron donde llegaron, que es mucho!, pero seguía faltando. Hoy no tenemos excusa.

Es muy fácil y además es muy lógico esto de las masculinidades violetas y los contenidos de este blog. Todos los debates de la historia entre hombres y para hombres pero sin las mujeres ya no tiene sentido. Tenemos que entender los hombres que los pactos sociales a partir de ahora tienen que ser mixtos, queramos o no queramos. El dilema clásico de la civilización o barbarie, es el dilema de la masculinidad, es decir, es optar entre parecerse a los hombres guerreros-conquistadores-bárbaros o ser ciudadanos civilizados, hombres educados, ilustrados, sabios y no violentos. Vieron necesario atender a la cuestión de abolir la esclavitud. En estos dilemas de la historia que he explicado, que en cierta forma siguen vigentes, ignoran  la perspectiva de género.

Las masculinidades violetas, en cierta forma es un humanismo donde respetamos lo que nos iguala, y respetamos la diversidad. Los hombres somos diversos entre nosotros y comparados con ellas que también son diversas.

Los hombres no somos violentos por naturaleza. (Creer que lo somos es esencialismo y determinismo biológicista. Es un pesimismo antropológico que detesto, o algo mucho peor, es la justificación o legitimación del machismo, el patriarcado o la desigualdad). Por eso necesito recordar otras entradas...



Todo está relacionado. Entre hombres era lógico que se perdieran en los laberintos de la civilización y el mito del buen salvaje, o el salvaje innoble, por ejemplo, en épocas relacionadas con la colonización. El colonialismo también es macho, sin perspectiva de género. Haciendo un juego de palabras, es otro marrón muy oscuro.

Por tanto, hoy por hoy todos los pactos tienen que ser revisados, y han de serlo a la luz del feminismo, han de ser mixtos, con las gafas violetas. De una manera inclusiva, cada vez más derechos sin dejar excluido a nadie.





Cualquier cosa que se analice tiene que tener en cuenta esto, con una visión holística (lo más completa posible y relacional), tiene que ser mixta.

Pero repito la misma buena noticia de siempre. No se puede poner puertas al campo. Será así aunque yo no lo quisiera, ni nadie lo dijese. No se puede poner puertas al campo. Ya está sucediendo el cambio poco a poco, aunque muchas veces no lo parezca.

Yo no lo veré del todo, pero me comprometo a disfrutar por el camino. En el trabajo diario, ayudando a las personas a ser más felices soltando el lastre del machismo observo que cada uno estamos en un punto distinto y diverso del camino. 

Somos relación y relacionalidad. Esa historia del patriarcado (androcéntrica), esa historia de la individualidad de los hombres, de la que he hablado, ha sido posible gracias a la tarea oculta, invisibilizada de las mujeres que se han ocupado de todo lo demás, lo que no era importante antes. (Identidad individual y relacional-cena con Almudena Hernando).

Conclusión:
Veremos más claramente los adelantos cuando cambie el tablero. Cuando ese cambio se note claramente. El mundo sigue siendo hostil, y el espacio "público/privado" está mutando, y los focos de lo importante también.

Veremos más claramente los adelantos cuando cambien los jugadores, las jugadoras, sus porcentajes y los papeles. Las mujeres y el poder real en cada ámbito.

Veremos más claramente los adelantos cuando cambie la puntuación. Ya lo está haciendo. El prestigio social, la visibilización de tareas ocultas o no remuneradas, etc Cuando sea más importante lo privado, el mantenimiento de la vida, los cuidados, otras maternidades y paternidades positivas y compartidas...

- ¿Se entiende Fran?, necesito que me digas si está clarito- le dije a mi amigo- osea que son masculinidades VIOLETAS, NO VIOLENTAS. Estas últimas son las masculinidades tóxicas y no las queremos.

¡Se aprende a ser hombre! Si no construimos una masculinidad, (la que realmente queramos), nos darán "la repe", y esa NO LA QUEREMOS.

 Pestaña de las Masculinidades tóxicas

(1) La prueba de la selectividad o PAU 2015, es el examen de prueba de acceso a la universidad, en España, al alumnado de segundo de Bachiller. 





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