¿Si nombro la palabra machismo o igualdad, vas a dejar de
escucharme? ¿Vas a dejar de leer?
¿Si nombro la palabra
masculinidades, simplificas y te desconectas como diciendo que lo haces porque
no sabes lo que es, no lo entiendes o no va contigo?
¿Si nombro la palabra
feminismo dejas de escucharme? ¿Desconectas o comienzas a conversar con tu
lenguaje interior, aislado o aislada de lo que te estoy contando? ¿Sobre esa palabra tienes ya una opinión cerrada por todo lo que te evoca? ¿Es posible que te sepas de memoria un montón de debates, discusiones o discrepancias y tengas muy aprendido también lo que opinas en cada caso, por lo cual nadie te puede aportar nada más?
¿En el momento que
pronuncio patriarcado, te lo tomas como algo personal, y pones a dialogar entre sí los discursos, recuerdos, creencias y estereotipos
que tienes aprendidos como si fuera un frontón?
Piensa que en realidad el "patriarcado" no hace nada, son las personas vivas las que se comportan patriarcalmente. Ese orden estructural que subordina a las mujeres se manifiesta "en las personas en relación", con sus múltiples relacionalidades de poder.
Si al nombrar yo el patriarcado, saltas como si me metiera contigo, en parte estás reconociendo que formas parte de su transmisión, por la razón que sea. (Comprendo que hayas tenido que aceptar según qué cosas para vivir mejor).
Piensa que en realidad el "patriarcado" no hace nada, son las personas vivas las que se comportan patriarcalmente. Ese orden estructural que subordina a las mujeres se manifiesta "en las personas en relación", con sus múltiples relacionalidades de poder.
Si al nombrar yo el patriarcado, saltas como si me metiera contigo, en parte estás reconociendo que formas parte de su transmisión, por la razón que sea. (Comprendo que hayas tenido que aceptar según qué cosas para vivir mejor).
¿Te ves obligado u obligada a defender unas consignas de
la perspectiva desde la que hablas o crees que perteneces? Tenemos construida una identidad como un mosaico, o identidades que ponemos a trabajar desde donde estamos.
Es muy probable que me
digas que no, que tú no haces eso de poner una barrera en tus oidos para resistirte a mi relato. Pero me resulta curioso, que algunas otras personas
ante estas preguntas añadís un “al menos no conscientemente”,
es decir, reconocéis que podáis hacer eso (desconectar) sin querer, de manera
no voluntaria. Quien me dice eso es un avance ¡Algo
es algo!
A los hombres nos han enseñado a vencer. A mi me gusta en su lugar CONVENCER. Pero, ¿qué hacemos si ni siquiera tenemos la oportunidad de comenzar el discurso porque las resistencias son tales que ni siquiera te dejan espacio para la palabra antes de empezar?
Tengo una buena amiga feminista que hace muchos años, cuando me escuchó esto por primera vez, me miró con ojos tiernos, y me dijo...
-¡Ay angelico mío! ¿Te caes del guindo ahora? Pues bienvenida al club. ¡Eso nos ocurre a casi todas las mujeres desde siempre!
A los hombres nos han enseñado a vencer. A mi me gusta en su lugar CONVENCER. Pero, ¿qué hacemos si ni siquiera tenemos la oportunidad de comenzar el discurso porque las resistencias son tales que ni siquiera te dejan espacio para la palabra antes de empezar?
Tengo una buena amiga feminista que hace muchos años, cuando me escuchó esto por primera vez, me miró con ojos tiernos, y me dijo...
-¡Ay angelico mío! ¿Te caes del guindo ahora? Pues bienvenida al club. ¡Eso nos ocurre a casi todas las mujeres desde siempre!
Bonito regalo me hizo. Pues lo más curioso de
todo es lo siguiente. Los profesionales que trabajamos con resistencias sabemos muy bien la importancia de las habilidades de comunicación.
Puede dar muy buen resultado negociar o pactar el no pronunciar adrede esas palabras que producen resistencia o que despiertan un dolor. Lo curioso es, según mi experiencia personal, que no hemos elaborado los debates o diálogos sinceros y profundos, útiles para la convivencia, sino que nos hemos pertrechado de unas performances en clave amigos/enemigos, guerra de sexos .Son esos personajes los que ponemos a dialogar discutir o pelear. Hemos sido estafados y estafadas. Podemos perder el tiempo y derrochar la poca o mucha energía en esas peleas superficiales.
Puede dar muy buen resultado negociar o pactar el no pronunciar adrede esas palabras que producen resistencia o que despiertan un dolor. Lo curioso es, según mi experiencia personal, que no hemos elaborado los debates o diálogos sinceros y profundos, útiles para la convivencia, sino que nos hemos pertrechado de unas performances en clave amigos/enemigos, guerra de sexos .Son esos personajes los que ponemos a dialogar discutir o pelear. Hemos sido estafados y estafadas. Podemos perder el tiempo y derrochar la poca o mucha energía en esas peleas superficiales.
HOY PROPONGO ALGO
Intenta poner en cuarentena esas palabras como si fueran prohibidas de manera provisional, y transita por las escenas cotidianas, las experiencias, sentimientos, sensaciones,
necesidades, deseos… pensando en ello, con la intención de aclarar las cosas y avanzar en Igualdad, sin desvelar esa intención, salvo que te lo pregunten. Intenta meter en el bolsillo la etiqueta de "feminista" o "igualitario" sustituyéndolo por unas gafas violeta invisibles y el compromiso de mirar y escuchar con mucho interés. Verás que puede ser en muchos ámbitos mucho más fácil y amable. Un ejemplo típico es el del uso del lenguaje sexista.Nos han ganado ahí ¿No hemos caido en la trampa de habernos quedado atrapados en peleas epidérmicas? Cuando el cambio es profundo, y el pensamiento deja de ser machista, el lenguaje se hace inclusivo. Algunos hombres con los que he trabajado piensan o creen que vale con pequeños maquillajes de lo políticamente correcto.
Dicho de otro modo, hemos de aparcar las resistencias epidérmicas, y no quedarnos atrapados ahí. Hemos de pactar dejar las armas, escudos y armaduras encima de la mesa. Así la comprensión y el
consenso surgirá más suavemente.
Mi trabajo diario consiste precisamente en invitar y acompañar en este proceso.
Es verdad que lo que no se
nombra o visibiliza no existe, pero hay muchas maneras de visibilizar ¿Cuál es
la mejor manera de poner en evidencia lo invisible, o mejor dicho, lo
invisibilizado?
Cuando conocemos bien el
terreno, y sabemos dónde vamos, podremos probar o intentarlo de maneras
diferentes.
Por ejemplo: ES MUCHO MÁS FÁCIL ASÍ el RECONOCER que se goza de UN PRIVILEGIO NO MERECIDO. El patriarcado (las personas que ostentan el poder y la representatividad) les concede a los hombres. Pues bien, si tenemos una escucha activa y un clima emocionalmente expandido y relajado será más fácil el cambio en los hombres. Es más fácil si hemos comprendido.
Estamos tan acostumbrados a pelear en el ámbito público, que puede pasar que no nos quitemos la armadura en lo privado.
Estamos tan acostumbrados a pelear en el ámbito público, que puede pasar que no nos quitemos la armadura en lo privado.
Un hombre me dijo en una ocasión algo muy interesante:
- desde que lo personal es político, los hombres estamos a la defensiva hasta en casa.
A veces nos ahorcamos con
las palabras, sobre todo cuando se convierten en etiquetas rígidas que usamos
como sogas o armas arrojadizas contra las demás personas.
Hemos de tener una opinión
aproximada de quienes somos. Hemos de conocer el terreno de juego, aprender a relacionarnos
con los demás jugadores y con las demás jugadoras, darnos el tiempo para conocernos,
y dotarle a las palabras y a los conceptos unos mismos significados para que sirvan para la
comunicación. Todo esto puede no ser suficiente.
Hace falta además buena fe, juego limpio. Es preciso
comportarnos con una intención estratégica de género lo más transparente
posible, y hacerlo saber.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO es como la piedra Rosetta que ayuda a comprender el jeroglífico de la realidad y las relaciones sociales.
Lo repetimos a menudo. Si no tenemos en cuenta las construcciones culturales o políticas que legitiman las desigualdades y jerarquías entre hombres y mujeres, (con la mera excusa de la diversidad sexual o biológica), no vamos a entender nada. Vivir sin comprender nada, o con los roles hegemónicos, es normal que se necesite corazas o armas.
Es normal que no escuchen los hombres. Es normal que no contemos con aquellos que les va bien así. Si me permitís un comentario trastolillo muy sutil: los hombres blandos, gais y llorones tenemos mucha suerte. Jugamos con ventaja y lo vemos fácil.
Pero la gran mayoría de hombres "normales" o normalizados en el orden social patriarcal cambiarán cuando les compense. Mientras tanto levantarán muros, pondrán obstáculos o resistencias, no escucharán o no querrán escuchar. Es normal que aquellas mujeres que han obtenido unos niveles "aceptables" en este medio, tampoco quieran o parezca que no hacen nada.
Pero la gran mayoría de hombres "normales" o normalizados en el orden social patriarcal cambiarán cuando les compense. Mientras tanto levantarán muros, pondrán obstáculos o resistencias, no escucharán o no querrán escuchar. Es normal que aquellas mujeres que han obtenido unos niveles "aceptables" en este medio, tampoco quieran o parezca que no hacen nada.
¿Vamos a intentar convencer a quienes no escuchan y saber explicarles que tienen mucho que ganar? Cada vez será MUCHO MÁS EVIDENTE PARA TODO EL MUNDO QUE NO HAY MANERA DE DISIMULAR LOS PRIVILEGIOS.
En este momento, querida
lectora, querido lector, estoy intentando gestionar como puedo (intento aprender constantemente) la huella que me gustaría dejar en ti.
En mi caso, esta huella o
marca es el de las masculinidades (feministas). Pongo la etiqueta para que no haya duda pero en seguida guardo algo de distancia porque no quiero quemarla. (Soy coherente con lo escrito arriba).
ES POSIBLE QUE DESCONECTES DESPUÉS DE HABERLO OIDO DIEZ VECES, y cuando lo diga once sea cuando lo escuchas por primera vez. Y a la vez, ES POSIBLE QUE HASTA QUE NO LO DIGA MIL VECES NO LO OIRÁ POR PRIMERA VEZ QUIEN ESTÁ UN POCO MÁS LEJOS QUE TÚ.
Mi relato tiene mucho contenido y está a un nivel profundo. iNTERVENGO EN LO COTIDIANO, Y EN UN PLANO PROFUNDO.
No pretendo agredir con este modelo como si fuera otra arma ideológica. Es una propuesta seria de intervención individual o pequeños grupos para hacer un poco más feliz la vida.
Cuando los cambios sociales ocurren de verdad es porque la gente ha escuchado y comprendido, es más feliz con ellos, y eso a su vez tiene un alto poder adaptativo para seguir influyendo. No diría nada si no me lo creyera firmemente y si no me estuviera beneficiando desde hace tiempo.
No pretendo agredir con este modelo como si fuera otra arma ideológica. Es una propuesta seria de intervención individual o pequeños grupos para hacer un poco más feliz la vida.
Cuando los cambios sociales ocurren de verdad es porque la gente ha escuchado y comprendido, es más feliz con ellos, y eso a su vez tiene un alto poder adaptativo para seguir influyendo. No diría nada si no me lo creyera firmemente y si no me estuviera beneficiando desde hace tiempo.
Siguiendo con la sinceridad, me gustaría que llegara un
momento en el que al escuchar mi nombre, Manuel Buendía, lo identificaras con
las masculinidades igualitarias y feministas. Si eso ocurriera sería la confirmación de que algo he comunicado bien. Sería un regalo que te agradezco por adelantado. Querría decir también que algo he conectado emocionalmente contigo.
A partir de ahora, cuando escuches las masculinidades, (y cada vez será más frecuentemente), entre las personas que te vengan a la mente yo sea una de ellas.
A partir de ahora, cuando escuches las masculinidades, (y cada vez será más frecuentemente), entre las personas que te vengan a la mente yo sea una de ellas.
Ahora escúchame por favor, para terminar, otra manera sencilla de explicarlo:
Las masculinidades son unos trajes a medida de ser hombre que convivan óptimamente en una situación
futura real (no ideal) donde mujeres, hombres, (o lo que sea), personas al
fin y al cabo, nos relacionemos mirándonos
a los ojos. Me gusta ponerle la palabra feminista porque a ese movimiento
social tenemos que agradecerle la idea principal de que nos habíamos olvidado de ellas.
¡Es imposible mirarles a los ojos si estamos de cara a la pared o delante del espejo!
¡Es imposible mirarles a los ojos si estamos de cara a la pared o delante del espejo!
¿Cómo nos protegemos del
influjo de los demás? Cuando consigues que una persona te escuche, resulta más
fácil hacerte memorable, que te recuerde. Es normal. Estamos acostumbrados y
acostumbradas a cubrirnos del bombardeo de todo lo que nos intentan vender, de
ese consumismo de cosas, ideas, política... sin embargo, espero que no te cueste creerlo, me gusta pensar una cosa cada vez que me encuentro con cada persona. Escucho con la ilusión de que cada vez es una bonita oportunidad de que te cambie la vida...
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