Los hombres podemos hacer dos gestos públicos contra la violencia machista:
1) Hacer una RUEDA de HOMBRES CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA. El sexto año que se realiza en Santander (21 de Octubre 2015).
2) Participar en la MARCHA ESTATAL contra las violencias MACHISTAS.
¿Por qué ?
INGREDIENTES:
Hay una
frase muy famosa del autor latino Terencio:
“hombre soy,
y nada de lo humano me es ajeno.”
Es una
afirmación muy poderosa que relaciona la propia identidad (¿quién soy yo?) con la
humanidad, o la pertenencia a la especie humana.
Es un alegato clarísimo en primera persona contra
la indiferencia moral ante las desgracias que observamos que le
ocurren a las demás personas. (¡Pero depende de que realmente lo queramos ver o mirar!)
Si realmente soy un ser HUMANO me comprometo a
empatizar, o a ponerme en el lugar de las otras personas de la especie humana con
las que me vinculo o relaciono. Es fácil, ¿verdad?
Me he
informado de que la cita aparece en la obra “El atormentador de sí mismo” de
dicho autor. El personaje Cremes pronuncia esa sentencia para justificar su
intromisión en los asuntos domésticos de su vecino y en cómo administraba su
hacienda. En realidad la historia es más larga. Cremes se atormenta porque no fue un "buen padre" con su hijo varón y como consecuencia éste se fue a la guerra.
¿Tenemos reflexionado con perspectiva de género qué es público y qué es privado?
Hasta hace muy poco la violencia machista era un asunto privado. Afortunadamente hemos decidido democráticamente que es un asunto público de gran importancia. Hemos aprendido del movimiento feminista y de su lucha por la Igualdad que lo personal es político.
PREPARACIÓN:
¿Los varones
somos seres humanos?
Puede ser
una provocación, lo sé, pero voy a responder por el lado fácil (casi naif). Sí,
lo somos. Hemos hablado en este blog muchas veces de machismo, de patriarcado
(como sistema de dominación machista), o de androcentrismo pero hoy lo voy a
decir de una manera mucho más fácil.
Dentro de
los humanos hay muchos tipos, están quienes responden por varones (andros), y
las hay que tienen unos rasgos biológicos o sexuales que responden por mujeres.
¡Varón soy! (Un
tipo de ser humano). Por serlo, no me es ajeno nada de lo que les ocurre a las
mujeres. En base a mi propia humanidad tengo la obligación de no mirar para otro lado cuando observo a otros hombres ejercer la violencia.
Cualquier análisis humanista hoy hemos de hacerlo inevitablemente desde una mirada autenticamente antropocéntrica, y no androcéntrica o machista ¿Se entendió?
Todos los
varones sin exclusión tenemos que hacernos una pregunta:
¿Yo me
considero superior a las mujeres?
Ante esta
pregunta, un joven me respondió en un taller:
“Tenemos más
fuerza” (fue espontáneo).
Tenemos muy
metido en la cabeza que se puede clasificar jerárquicamente a los seres humanos según la fuerza.
La ley del
más fuerte es eso. Aquel que demuestra que tiene más fuerza puede tener derecho
a sentirse ganador y aplicar criterios de superioridad ¡Pensadlo!
Hay un espejismo de Igualdad que nos hace creer que esto estuviera desfasado. Queda mucho trabajo personal pendiente.
En los
juegos, los deportes, el patio de la escuela, constantemente los niños y
jóvenes varones se miden la fuerza, se hacen los pulsos necesarios para
ordenarse en base a esa variable.
Tenemos legitimado y normalizado el uso de la
violencia para resolver los conflictos. Los jóvenes aprenden a valorarse mutuamente y a ordenarse
según las leyes del patio, de la calle, del sistema machista y patriarcal.
Los
asuntos importantes, los asuntos de Estado actualmente siguen siendo androcéntricos, es
decir, ponen a los varones (la mitad de la especie humana) en el centro, y
utilizan los criterios donde ellos salen privilegiados. Las varas de medir que se usan son masculinas.
¡Ya lo sé,
tú has respondido NO a la pregunta! Tú eres un hombre que NO te consideras superior a las mujeres. Entonces, ¿por qué miramos para otro lado?
¿Por qué NO reaccionamos como si nos lo hicieran a nosotros?
Es de sentido común.
Queda una Revolución pendiente dentro de cada hombre, en lo privado cotidiano y personal.
En los dos actos públicos, tanto en la Rueda como en la marcha del día 7 reclamamos que la erradicación de las violencias machistas sea un asunto de Estado. Ahora se trata de que sea de sentido común cada vez a más personas.
Queremos que los hombres dejemos de mirar para otro lado "por sentido común", en lo privado y en lo público.
Mujeres y hombres por igual nos merecemos vivir sin violencia en todos los ámbitos, público, doméstico, o el propio cuerpo.
¿Qué tipo de hombre quiero ser?
(Te invito a ver el video de la Rueda y escuchar el manifiesto allí leido)
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