El consumo de drogas con
perspectiva de género y masculinidades.
La entrada de hoy la incluyo dentro del grupo de las “masculinidades tóxicas (ver aquí) ,donde se encuentran aquellas conductas de los varones que tienen un sesgo de género. Podríamos decir que son los costes de la masculinidad tradicional machista. Adoptamos socialmente numerosas conductas más aceptadas o asumidas por hombres, más o menos sesgadas. Son aprendidas, imitadas, se realizan consciente o inconscientemente para cumplir las expectativas de lo que tiene que ser “un hombre de verdad”, o de lo que “le es propio”.
Aplico perspectiva de género y
masculinidades a todas las adicciones en general, bien sean las consolas y los videojuegos que matan; los juegos bélicos o violentos; la adicción al
sexo y a la pornografía; la adicción a las armas y su colección; la adicción a
infligir la ley; la adicción a conductas de riesgo como el “balconing”, o
conductas sexuales de riesgo; la vigorexia en el gimnasio con consumo de
anabolizantes… ( entrada sobre anabolizantes orales: "Así tendré un cuerpo envidiable") Hoy profundizaremos algo sobre las drogas.
Reflexionar sobre ello es una
manera de atender a las causas, y no sólo a los efectos. El objetivo es
contribuir a la prevención específica hacia ellos y avanzar hacia una sociedad más igualitaria. En este blog procuramos
reflexionar sobre la influencia individual y grupal que tienen las consignas de
género, los estereotipos machistas y patriarcales en las conductas. El
incorporar perspectiva de género como diagnóstico puede ayudar en sí mismo a la
solución, a la “observación”, y a la “racionalización de las conductas” y sus
terapias. Se ha de hacerlo con “pedagogía
de género”.
Hace pocos años, me encontraba
ojeando ropa en unos grandes almacenes y había una pareja heterosexual muy
atractiva a un par de metros. Pude escuchar la conversación entre ellos. La
chica tenía varias piezas de ropa en la mano con la intención de ir a pagarlas.
Le pidió a su pareja los cincuenta euros que tenían para comprar la ropa. Seguramente lo habían hablado.
Se miraron en silencio durante
ocho o diez segundos, con expresiones heladas, no diciéndose nada y a la vez
diciéndoselo todo. Llamaron mi atención.
-¿Te lo has gastado en coca?- dijo
ella
Sin duda se mascaba la tragedia.
No sabía yo qué hacer. Ella tiró la ropa encima de una mesa. Nunca los he
vuelto a ver.
¿Nos imaginamos cuánto se
complica una relación de pareja con problemas de esta índole?
Ver el informe aquí |
He revisado el último Informe
Europeo (EMCDDA) sobre drogas y toxicología en Europa (2018):
tendencias, novedades y las respuestas aplicadas, formado por 30
informes nacionales. Han usado datos de "hospitales centinela", tomados entre el
2015-16. El estudio analiza drogas como cannabis, cocaína, MDMA, anfetaminas,
opioides, nuevas sustancias sicoactivas… Por ejemplo el 3% de los estudiantes
europeos entre 15-16 años, consumen estas nuevas sustancias psicoactivas y la
tendencia es al alza con mucha fuerza.
Según Laura d’Arrigo, Presidenta
del Consejo de Administración del EMCDDA se observan algunos signos
preocupantes de un aumento de la producción de numerosas sustancias en Europa, cada
vez más próximas a los mercados de los consumidores y las consumidoras.
Los avances tecnológicos
facilitan este desarrollo. Conectan la producción y el consumo europeo de
drogas con los mercados mundiales. Una
tendencia observada es la venta de drogas por internet lo que plantea
desafíos a los modelos existentes de políticas, vigilancia y respuestas en materia de drogas. Aunque la atención se centra a menudo
en el “internet oscuro”, también es evidente que en el caso de las nuevas sustancias
psicoactivas y el consumo abusivo de medicamentos, las redes sociales
y el “internet superficial” pueden ser igualmente importantes.
La producción de las dos drogas ilegales de origen vegetal más
importantes, la cocaína y la
heroína, se sigue concentrando en los países latinoamericanos y asiáticos,
respectivamente. Señalan que el aumento de la producción de cocaína en
Sudamérica está repercutiendo cada vez más en el mercado europeo, lo que supone
un mayor riesgo de problemas de salud pública,
patologías individuales y a la vez sociales, así como mayor trabajo de los cuerpos y fuerzas de seguridad
del Estado.
En algunos países, el análisis de aguas residuales ha proporcionado una
advertencia temprana al dar elevados
registros de la droga. Los datos globales indican que la producción de ambas
sustancias ha ido aumentando. Incluso Europa ya es un productor importante y
exporta algunas drogas estimulantes
sintéticas como la MDMA.
Estamos aceptando
cínicamente la importancia que tiene
para muchos países pobres el basar su
PIB en la producción de drogas para todo el mundo, con las consecuencias personales,
sociales y culturales que esto tiene. No nos interesa pagar un “precio justo” para
cultivar otros alimentos legales.
El consumo de drogas en Europa
engloba ahora un abanico de sustancias más amplio que en el pasado. Es especialmente preocupante la aparición de
nuevas sustancias relacionadas con las benzodiacepinas. No es aún habitual publicar los datos desagregados por sexos,
para valorar las brechas de género, o para vigilar cómo se van cerrando o no dichas brechas, y
por qué. Así como la evolución del “mantenimiento de la brecha” o no, a lo
largo del ciclo biológico de cada persona a medida que “crece”, “madura” o
“envejece”.
¿Cómo se refuerzan los
estereotipos de género?
Constantemente podemos ver
películas de “machotes” en los canales que están dirigidos a público masculino
(en su “core target”), donde los temas sobre consumo de drogas, y violencia son
habituales. Ya sus nombres son
significativos: Nitro, Explora, Mega, BeMad, Discovery MAX, Energy. Por el
contrario hay canales plagados de “películas ñoñas” basadas en los peores
elementos del “amor romántico”, que tanto siguen perjudicando a las chicas en
particular. Aparecen en "canales para mujeres" como son DKiss, Nova y Divinity. No digo nada del programa que aparece en la foto. Esta es la sibilina pedagogía
patriarcal de la que hablamos a menudo que remarcan ciertas masculinidades y feminidades.
Los riesgos aumentan cuando se
consumen varias drogas ilegales a la vez, junto con el alcohol. El consumo cuantitativo de botellón en edades
más jóvenes está tan extendido entre chicos como chicas, se inician por igual
en los consumos. Cualitativamente presentan algunas diferencias, y lo más
llamativo es que ellas lo van abandonando, parece, a menudo que crecen. Sin
embargo ellos lo incorporan con más facilidad a “sus masculinas” actividades de
ocio, o a los encuentros sociales entre hombres en los bares o clubes. Podemos
decir que ellas maduran de otra forma, o ellos se quedan “más enganchados”.
Es
muy interesante observar cómo la gestación, por ejemplo, es algo habitual que
refieren ellas mismas como motivación para abandonar los consumos. La conexión
biológica con el feto "les ayuda éticamente".
Con esta idea invito a la reflexión. Las
creencias sobre "lo biológico" se convierten en “creencias culturales”. Nos
alejamos como siempre de los determinismos genéticos (cromosómicos), de los
determinismos biológicos (hormonales), los esencialismos, etc Este tipo de
creencias, con independencia de la parte de verdad científica que aporten, sirven para interrumpir los análisis y los estudios. Dicho de otro modo, son formas políticas o ideológicas inmovilistas de comprender la realidad.
Mi
postura también es ideológica, lo sé. Afirmo que es posible el cambio en los
hombres, es una cuestión de educación. Todo se aprende o educa y la situación
actual funciona como lo hace, según unos criterios más o menos patriarcales.
Intento aplicar un modelo bio-psico-sociocultural con perspectiva de género,
construyendo nuestro propio estilo de masculinidad y feminidad.
Es inquietante que se haya
incrementado el consumo declarado de
crack (una forma “rápida” de cocaína), que aunque sigue siendo poco común, está
creciendo mucho en algunos países.
Muchos consumidores que lo toman expresan que así “se sienten más fuertes y
valientes”, valores de la masculinidad tradicional. El afán de explorar lleva a
consumir el “fentanilo”, una droga cincuenta veces más potente que la
heroína, un opiáceo de uso médico para dolores crónicos como el cáncer que ha
sido desvirtuado como droga. Es consumido casi en su totalidad por hombres.
Es habitual asociar el alcohol y
las drogas a la conducción. Recientes
estudios realizados a conductores y conductoras sobre drogas, reflejan rangos
entre 8-10% de positivos. La retirada de carnet, la mayor accidentalidad de los
varones, los excesos de velocidad o el asumir mayores riesgos, están asociados a
los alardes de hombría, a las marcas patriarcales de la identidad masculina que
tanto influyen a nivel individual y grupal.
Cuando hay datos desagregados por
sexos y lo podemos saber, encontramos siempre brechas superiores a 80% hombres/ 20% mujeres.
Leemos la noticia de que el 17%
de los españoles se emborracha en su jornada laboral. Y el 30% de los
accidentes en el trabajo se debe al consumo de alcohol. En todos los casos, cuando encontramos datos vemos que está muy
masculinizado. Habría que analizarlo en detalle. Pensemos que en muchos casos
se trata de profesiones aún muy masculinizadas como camioneros, trabajadores en
la industria del motor, fontaneros, electricistas, etc…
¿Reflexionamos sobre
las creencias acerca de los rasgos de la identidad masculina, y las consignas
de género? El grupo entre hombres influye tanto en el trabajo como en los ratos de ocio.
¡Yo controlo!
En casi todos los casos
aparece “una ilusión de control”. Es
propio de aquellos que arriesgan o “le echan cojones a la vida”(según ellos).
Hay un sistema de alerta temprana
de la UE para nuevas sustancias psicoactivas que están suponiendo un reto para
la salud pública. La formación profesional de las instituciones es vital para
la introducción eficaz de estrategias de prevención y sería muy interesante
incorporar perspectiva de género.
La aparición en Europa de drogas
de síntesis o de diseño que en menos de una década se ha pasado de 150 a 300 productos distintos.
Son opiáceos sintéticos y cannabinoides sintéticos (spice), y están relacionados
con picos de muertes e intoxicaciones agudas. Le llaman la droga de los
zombis. El consumo está muy
masculinizado. Habría que debatir por qué.
La sustancia sintética MDMA
(3,4-metilendioximetanfetamina) está relacionada químicamente con las
anfetaminas. La MDMA se consume en forma de
comprimidos y también está
disponible en polvo y forma cristalina. A menudo se llama éxtasis, aunque
este suele estar muy adulterado y
contiene poco MDMA. En el mercado se introducen constantemente nuevos diseños
de comprimidos de MDMA, con colores, formas y logotipos diferentes. De nuevo vemos que está
muy masculinizado (80/20). Parece una broma pero he leído sobre numerosos
intentos para hacerles más atractivas estas sustancias a las chicas por medio
de bonitos colores y modos más limpios.
No es ninguna novedad que los centros
penitenciarios son entornos muy relacionados con las drogas. Más del 90% de la población reclusa son
hombres. No perdamos de vista un asunto muy importante.
Estamos analizando los
estilos de masculinidad y el influjo de los elementos asociados, como las
drogas o la delincuencia. Pero advertimos, el número de mujeres que entran en
la cárcel, o las que consumen drogas, aunque son muchas menos, suelen reunir
diversas discriminaciones adicionales por el hecho de ser mujeres, como abusos
sexuales, mayores cargas familiares, etc
(ver cárceles con perspectiva de género)
Insisto, aquellas mujeres que se mueven en entornos de
drogas y violencia se mueven en ambientes muy masculinizados donde los tipos de
hombres que abundan son muy machistas y
las reglas del juego son la guerra, la selva. Justamente los valores que
rechazamos quienes aspiramos a otros modelos de masculinidad.
Cuando aparecen
las mujeres en el mundo de las drogas suele ser en entornos de la prostitución,
que es el ambiente más sórdidamente patriarcal. Y la gran mayoría de mujeres
sufren la violencia machista ¿Me explique?
Es apasionante el tema de guerras
y drogas a lo largo de la historia. Estudios de etnohistoria farmacológica nos
describen el protagonismo de la coca en la Primera Guerra
Mundial, las anfetaminas en la Segunda, el licor “saltaparapetos” en la Guerra
Civil Española, el opio en la de Vietnam, o el “Captagon”, la anfetamina
tristemente famosa en la actual guerra de Siria.
El uso de narcóticos en
conflictos bélicos (prototipo del “trabajo masculino" en la historia) eran destinados para enardecer o insensibilizar a soldados antes del combate. Atenúan
la sensación de pánico, cansancio y apetito, disminuyen el dolor de las heridas
y el miedo al enemigo. Resulta mucho más fácil tener conductas heroicas cuando
están drogados. Las drogas son “útiles” para las secuelas psicológicas.
Resalto un elemento interesante,
¿por qué casi dobla el consumo de
sedantes y tranquilizantes en las chicas
respecto a sus compañeros?
Es el único caso, el resto de drogas es muy superior
entre los chicos, como hemos venimos diciendo.
Un estereotipo sexista pretende
seguir afirmando que las mujeres son “emocionales” y los hombres racionales,
pero ¿acaso la agresividad no es una emoción? ¿No estamos los hombres llenos de
frustraciones sobre multitud de emociones? No hay una disposición natural. Todo
se puede aprender y controlar, o expresar con madurez.
Sería muy interesante
profundizar en los elementos específicos de cada hombre o mujer en los
concretos estilos de la dependencia emocional, (tan relacionada con las adicciones), de una sola parte o de la dependencia recíproca de la pareja. La dependencia emocional hacia “cosas” o hacia personas está
influenciada por las consignas de género sobre la resolución de conflictos, etc
En una dependencia emocional de pareja, parece más fácil que sea ella quien
acompaña en el consumo a su novio, ¡por amor!,
que al revés. Necesitaría todo esto mucho estudio.
Otro estereotipo sexista es el
que relaciona a las mujeres con la “histeria”, o ciertas “neurosis”. ¿Esta
creencia repetida y reiterada puede hacer mella en ellas mismas, y asumir culturalmente más fácilmente que tomando tranquilizantes les va a ir mejor? Me parece una línea de trabajo
muy interesante, pero no me corresponde a mí.
Sin embargo respecto a ellos, la falta de control
de la agresividad y violencia de muchos hombres , las conductas hipocondriacas,
o las depresiones enmascaradas en el alcohol u otras drogas, etc tan propias de
los hombres, son nuestras propias neurosis generizadas. Sospecho que las
estadísticas oficiales psiquiátricas sobre las neurosis están mal registradas
por no tener en consideración estos matices ¡Atención! No pretendo etiquetar con enfermedades o "patologizar" como atenuante o justificación de la violencia de género, sino lo contrario incorporar perspectiva de género con sus elementos sociales y culturales a la "antropología de la salud" ¿Me expliqué?
Por todo lo dicho, vemos que de
los consumidores de cannabis que inician tratamiento con más de 25 años, existe
una brecha curiosa, puesto que el 84% son hombres, y el 16% mujeres. Respecto a la cocaína, la mayoría
presentan recaídas. Pues bien, el 86%
son hombres y 14% mujeres. En consumo de anfetaminas es 73% /27%. En el caso de la heroína es 80%/20%. Respecto
a los pacientes que reciben tratamiento de sustitución de opiáceos, 74%
hombres/ 26% mujeres. La edad media de las muertes inducidas por drogas son los
39 años, generalmente por sobredosis, donde de las 8000 personas que fallecen al
año en Europa, el 74% son hombres y el 26% son mujeres. Con la Ketamina y los alucinógenos, el consumo sigue siendo bajo puesto que se mueve entre
el 0,2% y el 1,5 % según los países, pero la brecha de género es parecida.
Permitidme insistir una vez más,
¿no deberíamos preguntarnos por qué se dan estas cifras?
Para terminar me apetece hacer
una alusión “histórica” a otra droga legal: el tabaco. Recordamos los signos de
virilidad del vaquero de Malboro en la segunda mitad del siglo XX, o la
identificación del tabaco en las mujeres como signo de liberación femenina en
los años 60-70 del pasado siglo.Recuerdo cuando era niño a una tía mía que fumaba el “fortuna mentolado” porque decía que
era el tabaco ideal para las chicas.
Como diría Amelia Valcárcel, las
mujeres “tienen derecho al mal”. Ellas en algunas drogas vemos que han transitado con
su propio proceso (tabaco, alcohol), pero en este blog ponemos el foco en
“nuestros lastres” específicos. No olvidemos que una consigna patriarcal hacia los hombres
sigue siendo la presión de “hombre proveedor” que tiene que llevar el dinero a casa, y si no lo hace sufre sus castigos sociales y vergüenzas.
Cuando llega el paro, o crisis de todo tipo, etc es comprensible que se baje la
autoestima (si no se lo trabaja), y aparezca la depresión o el consumo de sustancias como escape.
Veo con curiosidad una foto en el
periódico (ver arriba), con cinco mujeres profesionales del Proyecto Hombre.
También le acuden mujeres, (a pesar del nombre), pero de los 500 clientes que
atienden la grandísima mayoría, aproximadamente 90%, son varones. Según palabras
de su directora Eloísa Velarde, de los ocho trabajadores la mayoría son mujeres,
y de las cuarenta personas voluntarias, la gran mayoría son mujeres, como
sucede por lo general en todas las ONGs, ya que “cuidar a las demás personas”,
y máxime cuando no está remunerado, es un estereotipo muy habitual.
Esto demuestra
que felizmente aumenta el acceso de las mujeres al espacio público, y por otro
lado estamos desatendiendo una perspectiva específica sobre “lo masculino”. Un tabú que no queremos atender. A menudo se ven juicios donde el único varón que hay en la sala es el reo.
Invito a leer la entrada "no lo queremos ver, estamos desatendiendo la educación específica de los varones" (ver aquí)
A menudo he contado experiencias personales
del colegio. En este caso relaciono la influencia entre iguales en relación a las drogas en edades cruciales.
Recuerdo con terror los inicios en los que otros chicos bajaban “donde
la gloria”, una tienda de chucherías a comprar cigarrillos sueltos. En un
colegio segregado, solo de chicos, estaba muy claro cuál era el rito de
iniciación a la masculinidad vinculado al tabaco. Recuerdo perfectamente al
líder de clase (“típico matón”) que se burlaban de quienes no queríamos ir. Lo
recuerdo aún con pesar. Por ello, yo procuraba anticiparme al momento y me escondía
sin necesidad unos minutos "en el cuarto de baño a rezar" para se olvidaran de mí. Un gesto político de
resistencia, según se mire.
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